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24 enero 2017

Carta del P. Francisco Méndez a sus hijas: La Comunidad un cielo anticipado.


Querida Hija: ¿Cómo entiendo yo que debe ser una Comunidad religiosa? Una Comunidad Religiosa entiendo que debe ser un cielo anticipado. Pero ¿qué se necesita para esto? Que cada una de las religiosas traten de imitar lo que en el cielo se hace.

Dios dice muchas veces: “Sed santos como yo lo soy” y a Jesucristo que dice también: “Sed perfectos como mi Padre que está en los cielos”.

Una Comunidad debe parecerse al cielo y a ella indudablemente pueden aplicarse aquellas palabras de nuestro Señor: ¡Qué bueno y que agradable es vivir reunidos los hermanos! Pues no es a los hermanos naturales a quienes se refiere, sino a aquellos que por reconocer a un mismo Padre, Dios; un mismo fin, el cielo; un mismo camino, la virtud; y una misma ley, los consejos evangélicos; deben considerarse como verdaderos hermanos y procurar con todas sus fuerzas alcanzar y gozar de esa bienaventuranza terrena, precursora de la que nos espera después para siempre en el cielo.

¿Qué ha de hacer una comunidad para ser a semejanza del cielo? Amar, sí amar en el amor está todo, el amor o sea la caridad, es el vínculo que nos ha de unir según San Pablo.

Amad vosotras, pues, Hijas mías, amad que el Señor nos lo mandó repetidísimas veces y en especial cuando estaba próximo a morir: “Hijos míos, amaos los unos a los otros”.

Amaos, Hijas, y amaos de verdad, creedme, creed que con esto que hagáis basta, así lo dice San Juan, esto es lo que yo tanto os encargo, esto es lo que yo procuro con todas mis fuerzas, amaros en Cristo y llevaros a Cristo y es lo que pido que hagáis vosotras.

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