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31 octubre 2018

Catequesis del Papa Francisco: La fidelidad en el matrimonio.


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy me gustaría completar la catequesis sobre la Sexta Palabra del Decálogo - "No cometerás adulterio"- destacando que el amor fiel de Cristo es la luz para vivir la belleza de la afectividad humana. Efectivamente, nuestra dimensión emocional es una llamada al amor, que se manifiesta con la fidelidad, la acogida y la misericordia. Esto es muy importante. ¿Cómo se manifiesta el amor? Con la fidelidad, la acogida y la misericordia.

Sin embargo, no se debe olvidar que este mandamiento se refiere explícitamente a la fidelidad matrimonial y, por lo tanto, es bueno reflexionar más profundamente sobre su significado conyugal. ¡Este pasaje de las Escrituras, este pasaje de la Carta de San Pablo, es revolucionario! Pensar, con la antropología de ese tiempo, y decir que el esposo debe amar a su esposa como Cristo ama a la Iglesia: ¡pero es una revolución! Quizás, en aquel tiempo, es lo más revolucionario que se ha dicho sobre el matrimonio. Siempre en el camino del amor. Podemos preguntarnos: este mandato de fidelidad, ¿a quién está destinado? ¿Solo a los esposos? En realidad, este mandato es para todos, es una paterna Palabra de Dios dirigida a cada hombre y mujer.

Recordemos que el camino de la madurez humana es el camino mismo del amor que va del recibir cuidados a la capacidad de prestarlos, desde recibir la vida hasta la capacidad de dar vida.

Convertirse en hombres y mujeres adultos significa llegar a vivir la actitud conyugal y paternal, que se manifiesta en las diversas situaciones de la vida como la capacidad de asumir el peso de otra persona y amarla sin ambigüedad. Por lo tanto, es una actitud global de la persona que sabe asumir la realidad y entablar una relación profunda con los demás.

¿Quién es entonces el adúltero, el lujurioso, el infiel? Es una persona inmadura, que se guarda su propia vida e interpreta las situaciones según su propio bienestar y satisfacción. Así, para casarse, ¡no es suficiente celebrar la boda! Necesitamos hacer un camino del "yo" al "nosotros", del pensar solo a pensar en dos, de vivir solos a vivir en dos: es un camino hermoso, es un camino hermoso. Cuando llegamos a descentralizarnos, entonces todo acto es conyugal: trabajamos, hablamos, decidimos, encontramos a otros con una actitud acogedora y oblativa.

Toda vocación cristiana, en este sentido, -ahora podemos ampliar un poco la perspectiva y decir que toda vocación cristiana, en este sentido-, es conyugal. El sacerdocio lo es porque es la llamada, en Cristo y en la Iglesia, a servir a la comunidad con todo el afecto, el cuidado concreto y la sabiduría que el Señor da. La Iglesia no necesita aspirantes al papel de sacerdotes, - no, no sirven, mejor que se queden en casa- sino que le sirven a hombres a quienes el Espíritu Santo toca el corazón con un amor incondicional por la Esposa de Cristo. En el sacerdocio se ama al pueblo de Dios con toda la paternidad, la ternura y la fuerza de un esposo y de un padre. Así también, la virginidad consagrada en Cristo se vive con fidelidad y alegría como una relación conyugal y fecunda de maternidad y la paternidad.

Repito: toda vocación cristiana es conyugal, porque es fruto del vínculo de amor en el que todos somos regenerados, el vínculo de amor con Cristo, como nos ha recordado el pasaje de san Pablo leído al principio. Partiendo de su fidelidad, de su ternura, de su generosidad, miramos con fe al matrimonio y a cada vocación, y entendemos el significado completo de la sexualidad.

La criatura humana, en su inseparable unidad de espíritu y cuerpo, y en su polaridad masculina y femenina, es una realidad muy buena, destinada a amar y ser amada. El cuerpo humano no es un instrumento de placer, sino el lugar de nuestra llamada al amor, y en el amor auténtico no hay espacio para la lujuria y para su superficialidad. ¡Los hombres y las mujeres merecen más que esto!
Por lo tanto, la Palabra "No cometerás adulterio", aunque sea en forma negativa, nos orienta a nuestra llamada original, es decir, al amor conyugal pleno y fiel, que Jesucristo nos ha revelado y nos ha dado (cf. Rom 12: 1).


(Roma. 31-10-2018)

Santo Rosario. Misterios Gloriosos.




Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

- Credo
Primer Misterio:
La Resurrección del Señor

“El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Segundo Misterio:
La Ascensión

Jesús “los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo.” Después “salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Tercer Misterio:
La Venida del Espíritu Santo en Pentecostés

“Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. (...) Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido (...) que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Cuarto Misterio
La Asunción de la Virgen Santísima

“¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y vente! Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. (...) Muéstrame tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y bello tu semblante.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Quinto Misterio:
La Coronación de la Virgen Santísima como Reina de Cielos y Tierra.

“Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; con sus brocados es llevada ante el rey.” Y “una gran señal apareció en el cielo; una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.


- Letanías

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,

Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.


ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

30 octubre 2018

"Y dejándolo todo, siguió al Señor."



(...) De la misma suerte que hasta el día treinta de septiembre de mil ochocientos sesenta y ocho, no pensé en ser sacerdote, sino ingeniero, y en aquel día, de repente, al ver que un amigo mío que quería ser sacerdote, se acobardó, y me dijo que ya no lo iba a ser, sino que estudiaría para médico, sin saber por qué, sentí en mi corazón una voz y una decisión especial, y, dejando las matemáticas, la física y la mecánica y los otros estudios empecé la carrera sacerdotal...

Santo Rosario. Misterios Dolorosos.




Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

- Credo

Primer Misterio:
La Agonía en el Huerto

“Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra,” y dijo: “Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. “Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra”.

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


Segundo Misterio:
La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo

(Pilato) “volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en él (...). ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo: ¡A ése, no; a Barrabás! (...) Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle” .

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


Tercer Misterio: 
La Coronación de Espinas

Los soldados “trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.” 

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


Cuarto Misterio: 
Jesucristo, la cruz a cuestas y camino al Calvario.

“Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle”. “Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario”. “Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, (...) a que llevara su cruz.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


Quinto Misterio:
La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor

“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. (...) Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen (...). Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona (...). Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y, dicho esto, expiró.” “Como le vieron muerto, no  le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.


- Letanías

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,

Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.


ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

29 octubre 2018

Santo Rosario. Misterios Gozosos




Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

- Credo

Primer Misterio:
La Anunciación.

“El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia
delante de Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo,
a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado
Hijo del Altísimo. Dijo María: He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tú palabra.” sobre la anunciación.

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Segundo Misterio: 
La Visitación (de María a su prima Santa Isabel).

“En aquellos días, se levanto María y se fue con prontitud a la 
región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías
y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo
de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena
del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: bendita tú entre
las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; y ¿de donde a mí 
que la madre de mi Señor venga a visitarme?” 

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Tercer Misterio: 
El Nacimiento de Jesús

“Y sucedió que, mientras ellos estaban allí se cumplieron los días
del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en
pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el
alojamiento. Había en la misma comarca algunos pastores se les
presentó el Ángel del Señor, y les dijo: no temáis, pues os anuncio
una gran alegría, os ha nacido un salvador.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Cuarto Misterio: 
La Presentación

“Llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está
escrito en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un
hombre llamado Simeón que esperaba la consolación de Israel; y
estaba en él el Espíritu Santo. Simeón les bendijo y dijo a María,
su madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel,
y para ser señal de contradicción- ¡y a ti misma una espada te traspasará
el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos 
corazones.” 

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Quinto Misterio: 
El Niño Perdido y Hallado en el Templo

“Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua.
Subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los
días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres.
Se volvieron a Jerusalén en su busca. Al cabo de tres días, le
encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, 
escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban 
estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.


- Letanías

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,

Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.


ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

28 octubre 2018

Evangelio. Domingo XXX del Tiempo Ordinario.




Según San Marcos 10, 46 - 52.

En aquel tiempo, cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». 

Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle». Llaman al ciego, diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama». Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?». El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». 
Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado». Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.

Santo Rosario. Misterios Gloriosos.




Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

- Credo
Primer Misterio:
La Resurrección del Señor

“El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Segundo Misterio:
La Ascensión

Jesús “los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo.” Después “salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Tercer Misterio:
La Venida del Espíritu Santo en Pentecostés

“Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. (...) Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido (...) que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Cuarto Misterio
La Asunción de la Virgen Santísima

“¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y vente! Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. (...) Muéstrame tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y bello tu semblante.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Quinto Misterio:
La Coronación de la Virgen Santísima como Reina de Cielos y Tierra.

“Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; con sus brocados es llevada ante el rey.” Y “una gran señal apareció en el cielo; una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.


- Letanías

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,

Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.


ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

27 octubre 2018

Santo Rosario. Misterios Gozosos.




Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

- Credo

Primer Misterio:
La Anunciación.

“El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia
delante de Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo,
a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado
Hijo del Altísimo. Dijo María: He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tú palabra.” sobre la anunciación.

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Segundo Misterio: 
La Visitación (de María a su prima Santa Isabel).

“En aquellos días, se levanto María y se fue con prontitud a la 
región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías
y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo
de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena
del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: bendita tú entre
las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; y ¿de donde a mí 
que la madre de mi Señor venga a visitarme?” 

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Tercer Misterio: 
El Nacimiento de Jesús

“Y sucedió que, mientras ellos estaban allí se cumplieron los días
del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en
pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el
alojamiento. Había en la misma comarca algunos pastores se les
presentó el Ángel del Señor, y les dijo: no temáis, pues os anuncio
una gran alegría, os ha nacido un salvador.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Cuarto Misterio: 
La Presentación

“Llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está
escrito en la Ley del Señor. Y he aquí que había en Jerusalén un
hombre llamado Simeón que esperaba la consolación de Israel; y
estaba en él el Espíritu Santo. Simeón les bendijo y dijo a María,
su madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel,
y para ser señal de contradicción- ¡y a ti misma una espada te traspasará
el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos 
corazones.” 

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Quinto Misterio: 
El Niño Perdido y Hallado en el Templo

“Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua.
Subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los
días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres.
Se volvieron a Jerusalén en su busca. Al cabo de tres días, le
encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, 
escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban 
estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.


- Letanías

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,

Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.


ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

26 octubre 2018

Catequesis del pasado miércoles del Papa Francisco: Formación para el matrimonio.


Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En nuestro itinerario de catequesis sobre los Mandamientos, llegamos hoy a la Sexta Palabra, que concierne a la dimensión emocional y sexual, y dice: "No cometerás adulterio". La llamada inmediata es a la fidelidad, y de hecho, ninguna relación humana es auténtica sin fidelidad y lealtad.

Uno no puede amar solo mientras "conviene". El amor se manifiesta más allá del umbral del propio interés, cuando se da todo sin reservas. Como dice el Catecismo: "El amor quiere ser definitivo. No puede ser "hasta nuevo aviso" (No. 1646). La fidelidad es la característica de una relación humana libre, madura y responsable.

También un amigo demuestra que es auténtico cuando sigue siéndolo en todas las circunstancias; de lo contrario no es un amigo. Cristo revela el amor verdadero, Él, que vive del amor ilimitado del Padre, y en virtud de esto, es el Amigo fiel que nos acoge incluso cuando cometemos errores y siempre quiere nuestro bien, incluso cuando no lo merecemos.

El ser humano necesita ser amado sin condiciones, y quien no recibe esta acogida a menudo se siente incompleto, incluso sin saberlo. El corazón humano trata de llenar este vacío con sucedáneos, aceptando componendas y mediocridades que del amor tienen solo un vago sabor.

El riesgo es llamar "amor" a las relaciones acerbas e inmaduras, con la ilusión de encontrar luz de vida en algo que, en el mejor de los casos, es solo un reflejo de ello.

Sucede entonces que se sobrestima, por ejemplo, la atracción física, que en sí misma es un don de Dios, pero que está orientada a allanar el camino para una relación auténtica y fiel con la persona. Como decía San Juan Pablo II, el ser humano "está llamado a la plena y madura espontaneidad de las relaciones", que "es el fruto gradual del discernimiento de los impulsos del corazón".

Es algo que se conquista, ya que todo ser humano "debe aprender con perseverancia y coherencia cual es el significado del cuerpo" (cf. Catequesis, 12 de noviembre de 1980).

La llamada a la vida conyugal requiere, por lo tanto, un discernimiento cuidadoso sobre la calidad de la relación y un tiempo de noviazgo para verificarla. Para acceder al sacramento del matrimonio, los novios deben madurar la certeza de que en su vínculo está la mano de Dios, que los precede y los acompaña, y les permitirá decir: "Con la gracia de Cristo, prometo serte fiel siempre ".

No pueden prometerse fidelidad "en la alegría y en las penas, en la salud y en la enfermedad", y amarse y honrarse todos los días de sus vidas, solo sobre la base de la buena voluntad o la esperanza de que "la cosa funcione". Necesitan construir sobre el terreno sólido del amor fiel de Dios. Y por eso, antes de recibir el sacramento del matrimonio, hace falta una preparación cuidadosa, diría un catecumenado, porque se juega toda la vida en el amor, y con el amor no se bromea.

No se puede definir como “preparación al matrimonio”, tres o cuatro conferencias dadas en la parroquia; no, eso no es preparación: esa es falsa preparación. Y la responsabilidad de quien lo hace recae sobre él: sobre el párroco, sobre el obispo que tolera estas cosas. La preparación debe ser madura y hace falta tiempo. No es un acto formal; es un Sacramento. Pero hay que prepararlo como un auténtico catecumenado.

La fidelidad es, en efecto, una forma de ser, una forma de vida. Se trabaja con lealtad, se habla con sinceridad, se permanece fiel a la verdad en los propios pensamientos y acciones. Una vida tejida de fidelidad se expresa en todas las dimensiones y conduce a ser hombres y mujeres fieles y confiables en todas las circunstancias.

Pero para llegar a una vida tan hermosa, nuestra naturaleza humana no es suficiente, es necesario que la fidelidad de Dios entre en nuestra existencia, que nos contagie. Esta Sexta Palabra nos llama a dirigir nuestra mirada a Cristo, quien con su fidelidad puede quitarnos un corazón adúltero y darnos un corazón fiel. En él, y solo en él, hay amor sin reservas ni replanteamientos, entrega completa sin paréntesis y tenacidad de la aceptación hasta el final.

De su muerte y resurrección se deriva nuestra fidelidad, de su amor incondicional se deriva la constancia en las relaciones. De la comunión con Él, con el Padre y con el Espíritu Santo se deriva la comunión entre nosotros y la capacidad de vivir con fidelidad nuestros lazos.


(Roma. 24-10-2018)

Santo Rosario. Misterios Dolorosos.




Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

- Credo

Primer Misterio:
La Agonía en el Huerto

“Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra,” y dijo: “Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. “Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra”.

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


Segundo Misterio:
La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo

(Pilato) “volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en él (...). ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo: ¡A ése, no; a Barrabás! (...) Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle” .

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


Tercer Misterio: 
La Coronación de Espinas

Los soldados “trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.” 

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


Cuarto Misterio: 
Jesucristo, la cruz a cuestas y camino al Calvario.

“Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle”. “Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario”. “Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, (...) a que llevara su cruz.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.


Quinto Misterio:
La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor

“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. (...) Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen (...). Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona (...). Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y, dicho esto, expiró.” “Como le vieron muerto, no  le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.


- Letanías

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,

Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.


ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

25 octubre 2018

Santo Rosario. Misterios Luminosos.



Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

- Credo

Primer Misterio:
Su bautismo en el Jordán

“Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él (...). Salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: Este es mi Hijo amado, en quien yo me complazco.” 

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Segundo Misterio:
Su autorrevelación en las bodas del Caná

“Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: No tienen vino. Jesús le responde: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora. Dice su madre a los sirvientes: Haced lo que él os diga.”

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Tercer Misterio:
Su Anuncio del Reino de Dios, invitando a la conversión

“Marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva (...). [Luego] llegan a Cafarnaúm (...) y le vienen a traer a un paralítico. (...) Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo (...) y a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla donde yacía el paralítico. Viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados  te son perdonados (...), a ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.”
Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.» Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.»

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Cuarto Misterio:
Su Transfiguración

“Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. (...) [Y] una nube luminosa los cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle."

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Quinto Misterio:
Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual. 

“Sabiendo Jesús, que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”. Y “mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: Tomad, comed, éste es mi cuerpo. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados” .

Padre Nuestro,
10 Ave Marías,

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
 
Oh! Jesús mío, perdona nuestras culpas, líbranos del fuego del infierno, lleva al Cielo a todas las almas, y socorre especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia.


- Letanías

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial,
ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,

Santa María,
ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de misericordia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso de insigne devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta a los Cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten misericordia de nosotros.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.


ORACIÓN.
Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

24 octubre 2018

San Antonio María Claret, ruega por nosotros.



Onomástica de San Antonio María Claret.


Antonio María Claret nace el 23 de diciembre de 1807 en Sallent (Barcelona). Durante su juventud vive un proceso personal que reproduce, en parte, los complicados avatares de su tiempo. Acabada la escuela, trabaja como obrero en el taller textil de su padre y, más tarde, como estudiante perito en Barcelona. En estos años, pasado el intenso fervor religioso de la infancia, Antonio siente simultáneamente la atracción del progreso y la llamada del evangelio.

A los veintiuno creer ver su camino en la Cartuja, pero los acontecimientos lo orientan hacia el seminario de Vic. El 13 de junio de 1835 es ordenado sacerdote. Se cumple así su deseo presentido desde niño, cuando deseaba entregar su vida para la salvación de los pecadores.

Desde este momento, se dedica -a diferencia del clero de su tiempo- al anuncio de la Palabra. Siempre desde su celo apostólico intenso y desde la pobreza. Después de un viaje a Roma (1839) para ofrecerse como voluntario a Propaganda FIDE, misiona durante nueve años los pueblos de Cataluña y Canarias.

En 1849 es nombrado Arzobispo de Cuba. Desde 1851 a 1857 desarrolla en la isla una incansable acción pastoral, hasta que la Reina Isabel II lo nombra su confesor. En Madrid compagina los deberes de su cargo con un apostolado intenso, a través, sobre todo, de la predicación y la prensa. Participa en el Concilio Vaticano Iº. Perseguido y calumniado por los que veían en él un intrigante político, se le niega el ingreso en España cuando regresaba del Concilio y muere en el monasterio cisterciense de Fontfroide (Francia) el 24 de octubre de 1870. Pío XII lo declara santo el 7 de mayo de 1950.

Por su profundo sentido eclesial y su celo misionero, por su filial amor a María y a la Eucaristía, por su intuición para descubrir lo más urgente, oportuno y eficaz en la tarea evangelizadora, Claret representa un estímulo para todos los que han recibido el encargo de anunciar el evangelio. A lo largo de toda su vida, Claret fue un misionero apostólico. Su proyecto fue el de anunciar el Evangelio poniéndose al servicio de la Iglesia Universal. Dicho proyecto le llevó a dar protagonismo a los seglares y a fundar instituciones que han continuado su espíritu en el tiempo. De entre ellas, cuatro constituyen la Familia Claretiana. Dos cuajaron durante la vida del santo y otras dos después de muerto. Los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María -Misioneros Claretianos- (1849), las Religiosas de María Inmaculada (1855), el instituto secular Filiación Cordimariana (1943) y el movimiento laical Seglares Claretianos (1979).

La vida de este misionero español del siglo pasado es algo asombroso. Pero su secreto quedó claro cuando dijo "Enamórense ustedes de Jesucristo y de las almas y lo comprenderán todo". Sus principios Antonio Claret fue apóstol antes que hombre. Dios le había elegido y desde muy pequeño sus primeros indicios eran los de un apóstol intachable y ardiente. Aunque tenía una inclinación sacerdotal, su padre lo involucró en el oficio de una fábrica de tejidos, y se aficiona con tanta pasión que durante su juventud no tuvo más sueños que las máquinas de telares. A pesar de la fama y fortuna que ganó, el llamado de Dios se hizo fuerte y entró al Seminario Jesuita de Vic. Claret llega al sacerdocio en unos momentos críticos de la Iglesia española, donde se suprimían las ordenes religiosas y se usurpan propiedades de la Iglesia. El ministerio de Claret estuvo caracterizado por la persecución encarnizada del enemigo y de intervenciones divinas. Hechos prodigiosos, milagrosos y hasta proféticos acreditan a Claret como enviado de Dios.

Su vida estuvo fundamentada en un AMOR intenso que no le dejaba parar, una POBREZA que vivió radicalmente, un SACRIFICIO que lo lleva al heroísmo al negarse cualquier satisfacción personal, la HUMILDAD y la OBEDIENCIA. Además, Claret fue gran amante de la Virgen María y propaga por doquier el Rosario. El nombre de María lo añadió a su nombre al ser consagrado Arzobispo "porque María Santísima es mi Madre, mi Madrina, mi Maestra, mi Directora y mi todo, después de Jesús". Para perpetuar su apostolado en el tiempo y en el espacio Claret fundó en el 16 de Julio de 1949 su obra principal: La Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María, a la que dará por consigna: "Salvar las almas de todo el mundo y por todos los medios posibles".

Su vida misionera Años más tardes y por voluntad expresa del Papa que había palpado la labor misionera de Claret, es nombrado Arzobispo de Santiago de Cuba, donde realiza una pastoral en la que dio todo: dinero, comodidades, descanso y hasta su misma sangre. A dos meses de su llegada, logró una gran reforma en las costumbres del pueblo: los confesionarios estaban a todas horas ocupados, el concubinato se va extirpando, se arreglan matrimonios desunidos, se reparten miles de comuniones, los sacramentos son administrados a cientos de fieles, en fin, una obra tan intensa que necesitó colaboradores, formando así a las

RELIGIOSAS DE MARIA INMACULADA.

A pesar de que le encantaba Cuba, un atentado a su vida hizo que el Papa lo trasladase a España nuevamente, donde la Reina Isabel II le reclama y le nombra como Confesor. La labor apostólica continuó en Madrid tanto dentro como fuera de palacio, transformando la vida de miles de fieles. Fundó la Librería Religiosa, que en sus primeros diez años, imprimió más nueve millones de impresos religiosos.

También organizó y restauró centros de estudios y seminarios, promovió el catecismo, instituyó seglares y llevó tantas obras a la realidad que hoy en día han germinado y se han disperso por el mundo entero. La Familia Claretiana está compuesta por los Misioneros Claretianos Hijos del Corazón de María, Misioneras Claretianas Religiosas de María Inmaculada, Filiación Cordimariana y los Seglares Claretianos. Sus miembros son continuadores de la misión que el Espíritu suscitó en la Iglesia al Padre Claret.

Crónica de la Beatificación del Padre Arnáiz.




Amenazaban las lluvias un día radiante para la Diócesis de Málaga que celebró con gozo la Beatificación del muy querido y venerado Padre Arnáiz, vallisoletano de nacimiento pero malagueño de misión.

El pasado sábado, 20 de octubre, la muy noble, leal y hospitalaria Ciudad de Málaga amaneció más pronto, vistió sus galas y, paraguas en mano, se echó a las calles mojadas para no perderse el acontecimiento eclesial más trascendental de la diócesis malacitana en los últimos años.

La “Manquita”, como popularmente llamamos los malagueños a nuestra Catedral de la Encarnación, se quedó pequeña para albergar a los miles de devotos y fieles llegados desde diversos puntos de España, otros tantos seguían la celebración a pie de calle en las pantallas preparadas para la ocasión. La ornamentación de la iglesia principal de la Diócesis era primorosa, las guirnaldas de flores blancas y amarillas rodeaban todo el presbiterio.

El Cardenal Giovanni Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, presidió la solemne Misa en nombre del Santo Padre el Papa Francisco, y concelebraron con él, el Nuncio apostólico de Su Santidad en España, Renzo Fratinni, el Cardenal Mons. Fernando Sebastián, el arzobispo de Granada, los obispos de Málaga, Segorbe-Castellón, Valladolid, Madrid, Cuenca, Almería, Sevilla, Jaén, Cádiz-Ceuta, Asidonia-Jerez, Córdoba, y ciento setenta sacerdotes diocesanos y de distintas congregaciones que no quisimos perdernos esta gran fiesta, triunfo del amor del Corazón de Cristo, pues “el loco de Jesús”, como cariñosamente llamamos al Padre Arnáiz, ha sido elevado a los altares como Beato de la Santa Madre Iglesia.

En la monición de entrada a la Eucaristía escuchábamos las palabras proféticas de otro gran enamorado del Corazón Eucarístico de Jesús, San Manuel González; palabras que dirigió a todos los asistentes durante el entierro del tan amado sacerdote jesuita el 19 de julio de 1926: «Yo espero que la Iglesia hablará algún día y dirá a los hombres cuáles han sido las virtudes del Padre Arnáiz. […] Que el mundo no se ha de salvar con discursos, ni combinaciones políticas sino con santos y sólo con santos.» Y he aquí el testimonio de un hombre de Dios para la sociedad malagueña del siglo XX. Su vida entregada generosamente en favor de los pobres y de la Iglesia nos llena de esperanza y confianza para afrontar este tercer milenio. Como decía otro gran santo canonizado hace escasos días: «El mundo está más necesitado de testigos que de maestros» (San Pablo VI). El Padre Arnáiz se nos presenta hoy como modelo de vida cristiana, pues su testimonio nos enseña a buscar no nuestros intereses sino los de Jesucristo.

Tras el acto penitencial, el Obispo de Málaga, Jesús Catalá, junto a la Postuladora de la Causa Silvia Correale y el Padre Luque SJ (Vicepostulador), se acercaron al representante del Santo Padre para solicitar la inscripción en el Libro de los Beatos al Venerable Siervo de Dios Padre Tiburcio Arnáiz Muñoz. A continuación, la Postuladora leyó una breve reseña biográfica del Siervo de Dios y en torno a las once y media de la mañana el Cardenal Becciu daba lectura a la Carta Apostólica en latín por la cual el Papa Francisco otorga que «pueda ser llamado beato y se pueda celebrar su fiesta en los lugares, y según las normas establecidas por el derecho, el día 18 de julio de cada año, día de su nacimiento para el cielo.» Después de escucharla en español, se descubrió la gigantogradía, con una hermosa imagen del Padre Arnáiz, obra del magnífico artista malagueño Raúl Berzosa. En ese momento un gran aplauso dejó de respetar el silencio de una celebración tan exquisitamente preparada por el Delegado Diocesano de Liturgia, Alejandro Pérez Verdugo.

El Coro formado para la Beatificación, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Málaga y las Escolanías San Estanislao y Pueri Jesús Nazareno de Almogía entonaron un hermoso Aleluya y las campanas de la Catedral y de todas las iglesias de Málaga y su provincia se escucharon repicar en este momento.

Por la vía sacra de la Catedral, la Directora General de las Misioneras de las Doctrinas Rurales portaba las reliquias del nuevo Beato, relicario cuya efigie nos recuerda la fachada de la Iglesia del Sagrado Corazón de la capital malagueña; ya en el presbítero, a los pies del tabernáculo, fueron incensadas por el Cardenal Prefecto. Para concluir el rito de Beatificación el Obispo malacitano dio gracias al Santo Padre, en la persona del Cardenal, por haber proclamado Beato al Padre Arnáiz y la Misa continuó, como es costumbre, con mucha solemnidad con el canto del Gloria, la oración colecta, las lecturas y el canto del Evangelio.

Me gustaría destacar algún fragmento de la homilía del Cardenal Becciu donde destaca las virtudes heroicas del venerado sacerdote jesuita: «El beato Tiburcio Arnáiz Muñoz, con el intenso sabor de su fiel testimonio del Evangelio hasta el heroísmo, supo impregnar de la doctrina de Cristo el ambiente en el que vivió, contribuyendo así a la misión de la Iglesia en el mundo. Con su vida, marcada por las buenas obras, nos ofrece un claro ejemplo de fe sincera y profunda, enriquecida por el sentido de la presencia de Dios y por la disposición a conformar su existencia con la voluntad divina. […] Su vivaz y cálida predicación se convirtió en un motivo decisivo para la conversión de muchos, especialmente durante las misiones populares, a través de las cuales llevaba a cabo una intensa y fructífera evangelización y promoción social.»

El Prefecto señaló la unidad de la fe y las obras en el Beato, que la Iglesia nos propone como modelo de vida en santidad. Todos los cristianos estamos llamados a predicar con nuestra vida, cada uno desde la vocación propia, la presencia y el amor de Dios a nuestros contemporáneos. Y prosigue: «Él fue un pastor según el corazón de Cristo y un misionero de la fe y de la caridad. Fue el típico ejemplo del “pastor con olor a oveja”, como hoy diría el Papa Francisco. Fue un intrépido heraldo del Evangelio, especialmente entre los más humildes y olvidados de los llamados “corralones”, los barrios más pobres y también más hostiles a la Iglesia de Málaga, consumiendo su vida por el prójimo, sostenido por un gran amor a Dios. […]  ¡Cuánta necesidad hay, en nuestros días, de abrir el corazón a las necesidades espirituales y materiales de tantos hermanos nuestros, quienes esperan de nosotros palabras de fe, de consuelo y de esperanza, así como gestos de atenta acogida y de generosa solidaridad!»

La fama de santidad siempre acompañó al Padre Arnáiz, por eso la Iglesia reconoce esa santidad con la celebración de esta Beatificación, el Cardenal Becciu concluyó su homilía afirmando: «El nuevo Beato representa para la Iglesia de hoy un modelo que estimula a vivir de Cristo, al tiempo que para toda la sociedad supone una antorcha capaz de iluminar la historia de nuestros tiempos. Que su ejemplo nos acompañe y su intercesión nos sostenga.»

Después del canto del Credo, para la oración de los fieles participaron auxiliares de las Misioneras de las Doctrinas Rurales, miembros del Patronato del Padre Arnáiz y de la Comisión pro Beatificación, voluntarios y miembros del Teologado de la Compañía de Jesús, mientras que las ofrendas fueron llevadas al altar por el malagueño Manuel Antonio Lucena y su familia, el cual sufrió un infarto de miocardio en 1994 que le dejó sin oxígeno más de diez minutos, dicha curación sin ninguna secuela se atribuye a la intercesión del Padre Arnáiz. Ello produjo extrañeza en el equipo de cardiología y es éste el milagro que ha llevado a los altares al Reverendo Padre Tiburcio Arnáiz.

Al final de liturgia eucarística más de cien sacerdotes concelebrantes salieron de la Catedral acompañados por voluntarios con sombrillas blancas para dar la Comunión a los numerosos fieles congregados en las calles de Málaga.

Tal como deja constancia la Directora General de las Misioneras de las Doctrinas Rurales en el agradecimiento después de la oración de poscomunión cabe destacar el trabajo de los medios de comunicación, muy especialmente la Delegación Diocesana de Málaga y de tantos voluntarios. Nadie se quedó atrás en esas letras llenas de gratitud a todos los colaboradores y bienhechores que han hecho posible esta Beatificación.

Al final de la Eucaristía, tras el canto de la Salve Regina, entonamos el Himno al Beato Padre Arnáiz realizado por el joven compositor y coordinador del Coro, Juan Manuel Montiel.

Quiero terminar esta crónica de la Beatificación del Padre Arnáiz con el Tweet que el Papa Francisco compartía el 22 de octubre, fiesta litúrgica de San Juan Pablo II, cumpliéndose el segundo año de mi ordenación diaconal: «¡Qué la compañía de los santos nos ayude a reconocer que Dios nunca nos abandona, para que podamos vivir y testimoniar la esperanza en esta tierra!» ¡Qué seamos otros Padre Arnáiz! ¡Qué seamos testigos del amor de Dios! ¡Qué seamos evangelizadores con nuestras palabras y nuestros hechos al estilo del Beato Padre Tiburcio Arnáiz. Muñoz!

Rvdo. Miguel Chacón Vílchez, Sacerdote diocesano malagueño