Buscar en este blog

30 mayo 2021

Reflexión. Solemnidad de la Santísima Trinidad.


Con la fiesta del envío del Espíritu Santo el domingo pasado culminaba el tiempo Pascual.
Ya tenemos la fuerza que Dios nos ha regala gratuitamente para poder dar testimonio con nuestra vida. Dios no es distante, no se desentiende. Dios es comunidad de amor.

Para entender esto, basta con mirar la imagen de la Santísima Trinidad. Como dice el Papa Francisco, “No es el producto de razonamientos humanos, es el rostro con el que Dios se ha revelado a sí mismo, no desde lo alto de un trono, sino caminando con la humanidad.”

Una persona que ama a los demás por la alegría misma de amar es reflejo de la Santísima Trinidad. El amor verdadero es ilimitado, pero sabe limitarse para salir al encuentro del otro, para ser libre y respetar la libertad del otro. A veces descubrimos presencias que, a primera vista, no somos capaces de percibir. Solo el silencio interior y la contemplación de lo que nos rodea nos permite encontrarnos con AQUEL que nos trasciende.

Celebrar la Trinidad es celebrar que la comunidad se hace una. Y se hace una a pesar de las diversidades de carisma, personalidades y caracteres. La Trinidad es unión. El domingo pasado celebramos a la TERCERA PERSONA de la Trinidad (el Espíritu Santo), hoy celebramos a ese Dios Uno y Trino, (el Padre) PRIMERA PERSONA de la Trinidad, y el domingo que viene celebraremos a la SEGUNDA PERSONA (EL HIJO) que se hace PAN EUCARISTICO y que encierra tan gran misterio. La Trinidad une estas dos fiestas Bíblicas, con la tradición de la Iglesia: el Corpus. Tres solemnidades que repito, encierran el misterio de amor, de unidad, y que invita a los creyentes a PERMANECER y celebrarla en comunidad. 

----------En la Primera Lectura del Deuteronomio,

Yahvé es un Dios creador, un Dios que se comunica con su pueblo, que se da a conocer y que decide revelarse a su mismo, un Dios que elige para sí un pueblo pequeño, insignificante y sufriente, un Dios conmovido ante el clamor de Israel que sufre injustamente e interviene para liberarlo. Moises por tanto invita a aprender a confiar en Yahvé, a hacer que esa confianza configure y modele la vida del pueblo. Un Dios que su única preocupación es que su pueblo sea feliz.

---------- En la Segunda Lectura de Pablo a los Romanos,

el Apóstol explica como la persona que acoge con fe el Evangelio vive una existencia liberada de la muerte, del pecado y de la ley. Una vida nueva animada por el Espíritu Santo. La síntesis del fragmento que hemos leído es la filiación Divina. Somos hijos de Dios. El auténtico hijo de Dios se deja guiar libremente por el E.S. y por eso no puede sentirse oprimido y como un esclavo ante su amo. Somos hijos de Dios por Adopción, y por consiguiente, Cristo nos regala el que nos podamos dirigir a Dios, como el mismo lo hace, diciendo ABBA, como un niño se dirige a su padre: Papá. Y, por último, de la idea de hijo, se pasa también a la de heredero. Nos regala la mejor herencia: su Reino.

----------En el Evangelio de Mateo,

concluye con una solemne aparición de Jesús Resucitado en Galilea, allí donde había comenzado su misión. Es un momento clave. Los discípulos, personas de poca fe, que, por miedo, cobardía e inseguridad, habían abandonado a Jesús en el momento de la pasión, ahora vuelven a el, se postran y este gesto les hace reconocerlo como el Hijo del hombre.
Jesús da el mandato misionero a su Iglesia: “id y haced discípulos..” Una misión que se extiende por todos los pueblos de la tierra. No hay pues ni privilegio ni exclusión: la misión es universal. El evangelio es para todos sin discriminación de raza, lengua, pueblo, nación, titulo académico… Jesús nos enseña dos actividades fundamentales: BAUTIZAR en el nombre de la Santísima Trinidad (P+H+E.S.) Y ENSEÑAR la doctrina de Jesús, que no consiste en transmitir a las personas conocimientos teóricos teologicos, sino en ayudarlas a poner en práctica sus enseñanzas en la vida de cada día. Enseñar un estilo de vida basado en el Evangelio. Sin olvidar que Dios no nos deja solos (Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo) Palabas que infunden esperanza a todas las personas que optan por seguir a Jesús desde su propia vocación: ser feliz.

Que María, madre de la Trinidad, nos ayude a ser partícipe de esa comunión, que es reflejo auténtico de AMOR.

Acojamos con gozo un recuerdo este domingo por tantos religiosos y religiosas que son contemplativos. Para que la Santísima Trinidad les vaya iluminando en la oración, fortaleciendo en su misión, y siendo comunión con nosotros a través de la oración constante.



Evangelio. Solemnidad de la Santísima Trinidad.


Santo Evangelio según San Mateo


En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».

Solemnidad de la Santísima Trinidad.



27 mayo 2021

De Pío XII: Cristo, sacerdote y víctima.


Cristo es ciertamente sacerdote, pero lo es para nosotros, no para sí mismo, ya que él, en nombre de todo el género humano, presenta al Padre eterno las aspiraciones y sentimientos religiosos de los hombres. Es también víctima, pero lo es igualmente para nosotros, ya que se pone en lugar del hombre pecador. 

Por esto, aquella frase del Apóstol: Tened los mismos sentimientos propios de Cristo Jesús exige de todos los cristianos que, en la media de las posibilidades humanas, reproduzcan en su interior las mismas disposiciones que tenía el divino Redentor cuando ofrecía el sacrificio de sí mismo: disposiciones de una humilde sumisión, de adoración a la suprema majestad divina, de honor, alabanza y acción de gracias.

Les exige asimismo que asuman en cierto modo la condición de víctimas, que se nieguen a sí mismos, conforme a las normas del Evangelio, que espontánea y libremente practiquen la penitencia, arrepintiéndose y expiando los pecados.

Exige finalmente que todos, unidos a Cristo, muramos místicamente en la cruz, de modo que podamos hacer nuestra aquella sentencia de san Pablo: Estoy crucificado con Cristo.


De la carta encíclica Mediator Dei

Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote.


Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.

No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Porque todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados ya que él mismo está envuelto en debilidades. A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo. Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón.

Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna, proclamado por Dios sumo sacerdote, según el rito de Melquisedec.


Hb 4,14-5,10

Fiesta de Jesucristo sumo y eterno sacerdote.

 



Esta fiesta se celebra el jueves posterior a la Solemnidad de Pentecostés.

La celebración fue introducida en España en 1973 con la aprobación de la Sagrada Congregación para el Culto Divino. Asimismo, ésta contiene textos propios para la Santa Misa y el Oficio que fueron aprobados dos años antes.

Además de España, este día es también la ‘Jornada de Santificación de los Sacerdotes’.

San Juan Pablo II, en el documento “Ecclesia de Eucharistia” señala que “el Hijo de Dios se ha hecho hombre, para reconducir todo lo creado, en un supremo acto de alabanza, a Aquél que lo hizo de la nada”.

“De este modo, Él, el sumo y eterno Sacerdote, entrando en el santuario eterno mediante la sangre de su Cruz, devuelve al Creador y Padre toda la creación redimida. Lo hace a través del ministerio sacerdotal de la Iglesia y para gloria de la Santísima Trinidad”.

Jesús, Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza

En el Nuevo Testamento con la palabra “sacerdote” no solo se nombra a los ministros, sino que se reserva especialmente para denominar a Cristo y a todo el pueblo de Dios, unidos como un Sacerdocio real:

"Ustedes, en cambio, son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz" (1 Pedro 2,9)

En el capítulo 4 de Hebreos se explica el Sumo Sacerdocio de Jesucristo de esta forma:

"Teniendo, pues, tal Sumo Sacerdote que penetró los cielos -Jesús, el Hijo de Dios- mantengamos firmes la fe que profesamos. Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna" (Hebreos 4,14-16)

La carta a los Hebreos también interpreta el sacrificio de Cristo como el nuevo, único y definitivo sacerdocio, diferenciándose así de los sacrificios de los sacerdotes de la antigua alianza:

"Así también Cristo no se apropió la gloria de ser sumo sacerdote, sino que Dios mismo le había dicho: Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy. O como dice también en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre igual que Melquisedec" (Hebreos 5,5-6).

La misma carta a los Hebreos añade: "Cristo ha venido como sumo sacerdote de los bienes definitivos" (Hebreos 9,11).

26 mayo 2021

San Felipe Neri, apóstol de Roma.




Felipe Neri nació en Florencia (Italia) en 1515. Muy pronto quedó huérfano de madre, pero la segunda esposa de su padre fue para él y sus hermanos una verdadera mamá. A los 17 años fue enviado a la comuna de San Germano para que aprendiera de negocios. En ese lugar, paradójicamente, tuvo una experiencia profunda de encuentro con Dios, a la que él solía referirse como su “conversión”. Dios quería, sin lugar a dudas, que Felipe se ocupe de otro tipo de “negocios”. Así, el joven florentino dejó San Germano y se fue a Roma, sin dinero y sin un proyecto claro, solo confiando en la Divina Providencia.

23 mayo 2021

Reflexión. Solemnidad de Pentecostés.


El domingo pasado, Jesús ascendía al cielo. Se reunía junto a Dios Padre, y nos hacia un hueco con Él. No nos deja huérfanos, ni se despreocupa de nosotros… Hoy cumple su promesa. El Espíritu se queda con nosotros. Baja sobre nosotros. El mismo Espíritu que animaba a Jesús, que bajo sobre Él cuando se bautizó, está con nosotros. Lo recibimos en todos los sacramentos, en especial en el Bautismo porque nos hace ser Hijo de Dios, y en la confirmación, porque recibimos la plenitud del Espíritu siendo conscientes nosotros mismo de querer llevar una vida coherente de fe.


---------- La lectura de los Hechos de los Apóstoles,
nos narra la llegada del Espíritu Santo, y como para ellos, les pilló por sorpresa. Una de las características principales de la Iglesia primitiva, es que estaban llenos del Espíritu Santo. El Espíritu Santo pone en marcha a la Iglesia, nos une a pesar de las diferencias. Nosotros no estamos solos. El Espíritu vive y actúa en cada hombre y en cada mujer. Él nos impulsa a llevar el Evangelio a todas las partes del mundo. Y si creemos que lo tenemos, no debemos tener miedo por mucha persecución y martirio que nos encontremos.


---------- La segunda lectura de los Corintios,
nos habla de los diferentes carismas y dones del Espíritu Santo. Tenemos una gran responsabilidad en transmitir el Evangelio. Todos somos importantes, no hay ninguno mejor que otro. Todos formamos un solo cuerpo, y ese cuerpo es el de Cristo. Somos cristianos en medio de un mundo donde si no se demuestra, ni se palpa, ni se ve, no se cree. Pentecostés debe ser un ejemplo claro de vida. Somos hijos e hijas de Dios. Él envía a su Hijo, y nos manda una fuerza que nos une. Si Cristo nos une, ¿Quiénes somos nosotros para separarnos o decir este es más importante que el otro? El Bautismo nos incorpora a la comunidad eclesial. Que con nuestra vida, hagamos ver al mundo que el Espíritu sigue vivo y habla a través de los Dones que nos ha regalado el Señor a cada uno, y de los carismas que ha otorgado a la Iglesia. 


---------- En el Evangelio de Juan,
se nos muestra como los discípulos estaban encerrados por miedo. Esto es lo que nos pasa a nosotros muchas veces. Encerramos nuestro “ser de cristianos” por miedo, cobardías, vergüenzas… por lo que puedan decirnos. Pero Jesús, se presenta en medio de los discípulos y lo primero que hace es donar su Espíritu Santo para una misión. Esta donación del Espíritu del Resucitado, nos debe ayudar a ser valiente y a salir de nuestras propias cobardías e inseguridades. Desde este momento, Jesús nos invita a vivir siendo libres y a generar en otro libertad. Ya no cabe lugar para condenar, ni juzgar. Ahora toca dar una palabra de aliento liberadora y mostrar al mundo que Cristo está vivo y que su Espíritu está en nosotros. Y de aquí pasamos de estar en una casa encerrados por miedo, a abrir puertas y salir a la calle llevando el Evangelio con nuestra propia vida, ayudados por la fuerza del Espíritu.


Que María, madre de la Misericordia, nos ayude a abrir nuestras vidas al Espíritu Santo. Que nos de la fuerza para comprometernos a vivir nuestra fe, a mantener la esperanza en los momentos de dificultad. Que no nos quedemos boquiabiertos mirando a las nubes o esperando grandes signos. Que nuestro mayor signo sea el que nos creamos que el Espíritu Santo está en y con nosotros y que este gozo llene nuestra vida.


Evangelio. Solemnidad de Pentecostés.


Santo Evangelio según San Juan


Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».

Secuencia.


Ven, Espíritu divino,

manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don, en tus dones espléndido,
luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,

sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,

según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

Amén.

Solemnidad de Pentecostés.



 

19 mayo 2021

Comunicado de la Conferencia Episcopal Española sobre la situación en Ceuta y Melilla.




El Departamento de Migraciones de la CEE acoge con preocupación la situación que se está produciendo en Ceuta y Melilla.

----------

Apelando al valor supremo de la vida y la dignidad humana, recuerda que la desesperación y el empobrecimiento de muchas familias y menores no puede ni debe ser utilizado por ningún Estado para instrumentalizar con fines políticos las legítimas aspiraciones de estas personas.
«La mejor política puesta al servicio del bien común»

Muestra su solidaridad con las diócesis de Cádiz y Ceuta y Málaga y Melilla, de reconocida trayectoria en la atención y acogida a migrantes, así como con las necesarias iniciativas en ambas ciudades autónomas, para acoger integralmente y custodiar los derechos de las personas migrantes, especialmente de los menores. Invita a mantener actitudes de convivencia pacífica y reclama a todos los niveles, “la mejor política puesta al servicio del bien común” (Fratelli tutti, 154).

----------

D. José Cobo, obispo auxiliar de Madrid
Obispo responsable del
Departamento de Migraciones de la CEE

Xabier Gómez OP
Director del Departamento
de Migraciones CEE

16 mayo 2021

Reflexión. Solemnidad de la Ascensión del Señor.


El tiempo de Pascua va llegando a su fin, pero el Señor Jesús no nos deja solos. Hoy sube al cielo, pero no para dejarnos huérfanos, sino, que nos mandará su Espíritu (Pentecostés) que será nuestra fuerza para testimoniar en medio del mundo.Jesús, asciende al cielo, nos abre el camino que un día nosotros tendremos que recorrer para vivir eternamente con Él. 


---------- En la Primera Lectura de los Hechos de los Apóstoles, 

vemos como nos sitúa en dos momentos claves: la Ascensión del Señor (Jesús movido por el Espíritu Santo, sube al cielo), y Pentecostés (el Espíritu descenderá sobre cada uno de nosotros y nos dará una fuerza extraordinaria). El mismo Espíritu Santo presente en la vida de Jesús ahora envía a los apóstoles a la misión. La subida de Jesús, no es un fracaso, o un proyecto temporal… Dios glorifica a su Hijo Jesús como anticipo de nuestra propia gloria. Mientras que llega “la hora”, nos toca, junto a los apóstoles ser testigos del resucitado en medio de nuestros ambientes.


---------- En la Segunda de Lectura de la Carta de Pablo a los Efesios, 

nos muestra a Cristo sentado a la derecha del Padre. No como alguien que “pisotea” con poder al resto, sino su misericordia es tan grande, que nos supera a todos. Cristo, es la cabeza del cuerpo místico de la Iglesia. Por ello, el creyente, vive con esperanza porque conoce a Dios y participa de su gloria. Cristo, es Señor Resucitado, Señor de todo el orbe. Por eso, como diría el Papa emérito hace unos años “A Cristo no se le puede seguir sin seguir a la Iglesia. Quien cede a esa tentación, corre el riesgo de no encontrar nunca a Cristo” porque Cristo e Iglesia van unidos, es un solo cuerpo.


---------- En el Evangelio de Marcos, 

resume con el relato de la Ascensión del Señor todo lo que ha ido hablando de Jesús en su Evangelio, y abre la puerta a la misión de los discípulos, en concreto, la Iglesia. Jesús comenzó su misión en Galilea y es allí donde la va a terminar. El texto nos relata lo que hemos vivido en el Tiempo Pascual. Contemplamos a Jesús Resucitado en relación con el Padre, y por eso, nosotros como hicieron los discípulos, intentamos recorrer con responsabilidad el camino que ellos recorrieron: escuchar su Palabra y centrar la relación con Él y con el Padre. En nosotros queda la responsabilidad y la misión de testimoniar que Cristo Resucitado sigue presente en nosotros y en medio de la Iglesia. Ser comunicador de la Buena Noticia.

Pidamos a nuestra Madre la Virgen María, que nos ayude a ser verdaderos cristianos en cada acontecimiento de nuestra vida, y a que seamos consciente de que Cristo sigue con nosotros, en medio de nosotros.

Evangelio. Domingo de la Ascención del Señor.


Evangelio Según San Marcos.


En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. 

Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».

Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.

Solemnidad de la Ascención del Señor.



La Ascensión es un momento más del único misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo, y expresa sobre todo la dimensión de exaltación y glorificación de la naturaleza humana de Jesús como contrapunto a la humillación padecida en la pasión, muerte y sepultura.

13 mayo 2021

Onomástica de la Virgen de la Fatima.



Hoy hace 40 años del atentado contra el Papa Juan Pablo II en la plaza de San Pedro en Roma.




El intento de asesinato contra el papa Juan Pablo II tuvo lugar el miércoles 13 de mayo de 1981, en la plaza de San Pedro de la Ciudad del Vaticano. Mehmet Ali Ağca disparó contra el papa cuatro veces mientras este entraba en la plaza. A causa de los graves disparos, el papa perdió bastante sangre y tuvo que ser hospitalizado.

11 mayo 2021

El Papa Francisco instituye el ministerio de Catequista.



Carta Apostólica en forma de «Motu Proprio» del Sumo Pontífice Francisco Antiquum ministerium con la que se instituye el Ministerio de Catequista 



1. El ministerio de Catequista en la Iglesia es muy antiguo. Entre los teólogos es opinión común que los primeros ejemplos se encuentran ya en los escritos del Nuevo Testamento. El servicio de la enseñanza encuentra su primera forma germinal en los “maestros”, a los que el Apóstol hace referencia al escribir a la comunidad de Corinto: «Dios dispuso a cada uno en la Iglesia así: en primer lugar están los apóstoles; en segundo lugar, los profetas, y en tercer lugar, los maestros; enseguida vienen los que tienen el poder de hacer milagros, luego los carismas de curación de enfermedades, de asistencia a los necesitados, de gobierno y de hablar un lenguaje misterioso. ¿Acaso son todos apóstoles?, ¿o todos profetas?, ¿o todos maestros?, ¿o todos pueden hacer milagros?, ¿o tienen todos el carisma de curar enfermedades?, ¿o hablan todos un lenguaje misterioso?, ¿o todos interpretan esos lenguajes? Prefieran los carismas más valiosos. Es más, les quiero mostrar un carisma excepcional» (1 Co 12,28-31).

El mismo Lucas al comienzo de su Evangelio afirma: «También yo, ilustre Teófilo, investigué todo con cuidado desde sus orígenes y me pareció bien escribirte este relato ordenado, para que conozcas la solidez de las enseñanzas en que fuiste instruido» (1,3-4). El evangelista parece ser muy consciente de que con sus escritos está proporcionando una forma específica de enseñanza que permite dar solidez y fuerza a cuantos ya han recibido el Bautismo. El apóstol Pablo vuelve a tratar el tema cuando recomienda a los Gálatas: «El que recibe instrucción en la Palabra comparta todos los bienes con su catequista» (6,6). El texto, como se constata, añade una peculiaridad fundamental: la comunión de vida como una característica de la fecundidad de la verdadera catequesis recibida.

2. Desde sus orígenes, la comunidad cristiana ha experimentado una amplia forma de ministerialidad que se ha concretado en el servicio de hombres y mujeres que, obedientes a la acción del Espíritu Santo, han dedicado su vida a la edificación de la Iglesia. Los carismas, que el Espíritu nunca ha dejado de infundir en los bautizados, encontraron en algunos momentos una forma visible y tangible de servicio directo a la comunidad cristiana en múltiples expresiones, hasta el punto de ser reconocidos como una diaconía indispensable para la comunidad. El apóstol Pablo se hace intérprete autorizado de esto cuando atestigua: «Existen diversos carismas, pero el Espíritu es el mismo. Existen diversos servicios, pero el Señor es el mismo. Existen diversas funciones, pero es el mismo Dios quien obra todo en todos. A cada uno, Dios le concede la manifestación del Espíritu en beneficio de todos. A uno, por medio del Espíritu, Dios le concede hablar con sabiduría, y a otro, según el mismo Espíritu, hablar con inteligencia. A uno, Dios le concede, por el mismo Espíritu, la fe, y a otro, por el único Espíritu, el carisma de sanar enfermedades. Y a otros hacer milagros, o la profecía, o el discernimiento de espíritus, o hablar un lenguaje misterioso, o interpretar esos lenguajes. Todo esto lo realiza el mismo y único Espíritu, quien distribuye a cada uno sus dones como él quiere» (1 Co 12,4-11).

Por lo tanto, dentro de la gran tradición carismática del Nuevo Testamento, es posible reconocer la presencia activa de bautizados que ejercieron el ministerio de transmitir de forma más orgánica, permanente y vinculada a las diferentes circunstancias de la vida, la enseñanza de los apóstoles y los evangelistas (cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, 8). La Iglesia ha querido reconocer este servicio como una expresión concreta del carisma personal que ha favorecido grandemente el ejercicio de su misión evangelizadora. Una mirada a la vida de las primeras comunidades cristianas que se comprometieron en la difusión y el desarrollo del Evangelio, también hoy insta a la Iglesia a comprender cuáles puedan ser las nuevas expresiones con las que continúe siendo fiel a la Palabra del Señor para hacer llegar su Evangelio a toda criatura.

3. Toda la historia de la evangelización de estos dos milenios muestra con gran evidencia lo eficaz que ha sido la misión de los catequistas. Obispos, sacerdotes y diáconos, junto con tantos consagrados, hombres y mujeres, dedicaron su vida a la enseñanza catequética a fin de que la fe fuese un apoyo válido para la existencia personal de cada ser humano. Algunos, además, reunieron en torno a sí a otros hermanos y hermanas que, compartiendo el mismo carisma, constituyeron Órdenes religiosas dedicadas completamente al servicio de la catequesis.

No se puede olvidar a los innumerables laicos y laicas que han participado directamente en la difusión del Evangelio a través de la enseñanza catequística. Hombres y mujeres animados por una gran fe y auténticos testigos de santidad que, en algunos casos, fueron además fundadores de Iglesias y llegaron incluso a dar su vida. También en nuestros días, muchos catequistas capaces y constantes están al frente de comunidades en diversas regiones y desempeñan una misión insustituible en la transmisión y profundización de la fe. La larga lista de beatos, santos y mártires catequistas ha marcado la misión de la Iglesia, que merece ser conocida porque constituye una fuente fecunda no sólo para la catequesis, sino para toda la historia de la espiritualidad cristiana.

4. A partir del Concilio Ecuménico Vaticano II, la Iglesia ha percibido con renovada conciencia la importancia del compromiso del laicado en la obra de la evangelización. Los Padres conciliares subrayaron repetidamente cuán necesaria es la implicación directa de los fieles laicos, según las diversas formas en que puede expresarse su carisma, para la “plantatio Ecclesiae” y el desarrollo de la comunidad cristiana. «Digna de alabanza es también esa legión tan benemérita de la obra de las misiones entre los gentiles, es decir, los catequistas, hombres y mujeres, que llenos de espíritu apostólico, prestan con grandes sacrificios una ayuda singular y enteramente necesaria para la propagación de la fe y de la Iglesia. En nuestros días, el oficio de los Catequistas tiene una importancia extraordinaria porque resultan escasos los clérigos para evangelizar tantas multitudes y para ejercer el ministerio pastoral» (Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Ad gentes, 17).

Junto a la rica enseñanza conciliar, es necesario referirse al constante interés de los Sumos Pontífices, del Sínodo de los Obispos, de las Conferencias Episcopales y de los distintos Pastores que en el transcurso de estas décadas han impulsado una notable renovación de la catequesis. El Catecismo de la Iglesia Católica, la Exhortación apostólica Catechesi tradendae, el Directorio Catequístico General, el Directorio General para la Catequesis, el reciente Directorio para la Catequesis, así como tantos Catecismos nacionales, regionales y diocesanos, son expresión del valor central de la obra catequística que pone en primer plano la instrucción y la formación permanente de los creyentes.

5. Sin ningún menoscabo a la misión propia del Obispo, que es la de ser el primer catequista en su Diócesis junto al presbiterio, con el que comparte la misma cura pastoral, y a la particular responsabilidad de los padres respecto a la formación cristiana de sus hijos (cf. CIC c. 774 §2; CCEO c. 618), es necesario reconocer la presencia de laicos y laicas que, en virtud del propio bautismo, se sienten llamados a colaborar en el servicio de la catequesis (cf. CIC c. 225; CCEO cc. 401. 406). En nuestros días, esta presencia es aún más urgente debido a la renovada conciencia de la evangelización en el mundo contemporáneo (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 163-168), y a la imposición de una cultura globalizada (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 100. 138), que reclama un auténtico encuentro con las jóvenes generaciones, sin olvidar la exigencia de metodologías e instrumentos creativos que hagan coherente el anuncio del Evangelio con la transformación misionera que la Iglesia ha emprendido. Fidelidad al pasado y responsabilidad por el presente son las condiciones indispensables para que la Iglesia pueda llevar a cabo su misión en el mundo.

Despertar el entusiasmo personal de cada bautizado y reavivar la conciencia de estar llamado a realizar la propia misión en la comunidad, requiere escuchar la voz del Espíritu que nunca deja de estar presente de manera fecunda (cf. CIC c. 774 §1; CCEO c. 617). El Espíritu llama también hoy a hombres y mujeres para que salgan al encuentro de todos los que esperan conocer la belleza, la bondad y la verdad de la fe cristiana. Es tarea de los Pastores apoyar este itinerario y enriquecer la vida de la comunidad cristiana con el reconocimiento de ministerios laicales capaces de contribuir a la transformación de la sociedad mediante «la penetración de los valores cristianos en el mundo social, político y económico» (Evangelii gaudium, 102).

6. El apostolado laical posee un valor secular indiscutible, que pide «tratar de obtener el reino de Dios gestionando los asuntos temporales y ordenándolos según Dios» (Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, 31). Su vida cotidiana está entrelazada con vínculos y relaciones familiares y sociales que permiten verificar hasta qué punto «están especialmente llamados a hacer presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares y circunstancias en que sólo puede llegar a ser sal de la tierra a través de ellos» (Lumen gentium, 33). Sin embargo, es bueno recordar que además de este apostolado «los laicos también pueden ser llamados de diversos modos a una colaboración más inmediata con el apostolado de la Jerarquía, al igual que aquellos hombres y mujeres que ayudaban al apóstol Pablo en la evangelización, trabajando mucho por el Señor» (Lumen gentium, 33).

La particular función desempeñada por el Catequista, en todo caso, se especifica dentro de otros servicios presentes en la comunidad cristiana. El Catequista, en efecto, está llamado en primer lugar a manifestar su competencia en el servicio pastoral de la transmisión de la fe, que se desarrolla en sus diversas etapas: desde el primer anuncio que introduce al kerygma, pasando por la enseñanza que hace tomar conciencia de la nueva vida en Cristo y prepara en particular a los sacramentos de la iniciación cristiana, hasta la formación permanente que permite a cada bautizado estar siempre dispuesto a «dar respuesta a todo el que les pida dar razón de su esperanza» (1 P 3,15). El Catequista es al mismo tiempo testigo de la fe, maestro y mistagogo, acompañante y pedagogo que enseña en nombre de la Iglesia. Una identidad que sólo puede desarrollarse con coherencia y responsabilidad mediante la oración, el estudio y la participación directa en la vida de la comunidad (cf. Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Directorio para la Catequesis, 113).

7. Con clarividencia, san Pablo VI promulgó la Carta apostólica Ministeria quaedam con la intención no sólo de adaptar los ministerios de Lector y de Acólito al nuevo momento histórico (cf. Carta ap. Spiritus Domini), sino también para instar a las Conferencias Episcopales a ser promotoras de otros ministerios, incluido el de Catequista: «Además de los ministerios comunes a toda la Iglesia Latina, nada impide que las Conferencias Episcopales pidan a la Sede Apostólica la institución de otros que por razones particulares crean necesarios o muy útiles en la propia región. Entre estos están, por ejemplo, el oficio de Ostiario, de Exorcista y de Catequista». La misma apremiante invitación reapareció en la Exhortación apostólica Evangelii nuntiandi cuando, pidiendo saber leer las exigencias actuales de la comunidad cristiana en fiel continuidad con los orígenes, exhortaba a encontrar nuevas formas ministeriales para una pastoral renovada: «Tales ministerios, nuevos en apariencia pero muy vinculados a experiencias vividas por la Iglesia a lo largo de su existencia —por ejemplo, el de catequista […]—, son preciosos para la implantación, la vida y el crecimiento de la Iglesia y para su capacidad de irradiarse en torno a ella y hacia los que están lejos» (San Pablo VI, Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, 73).

No se puede negar, por tanto, que «ha crecido la conciencia de la identidad y la misión del laico en la Iglesia. Se cuenta con un numeroso laicado, aunque no suficiente, con arraigado sentido de comunidad y una gran fidelidad en el compromiso de la caridad, la catequesis, la celebración de la fe» (Evangelii gaudium, 102). De ello se deduce que recibir un ministerio laical como el de Catequista da mayor énfasis al compromiso misionero propio de cada bautizado, que en todo caso debe llevarse a cabo de forma plenamente secular sin caer en ninguna expresión de clericalización.

8. Este ministerio posee un fuerte valor vocacional que requiere el debido discernimiento por parte del Obispo y que se evidencia con el Rito de Institución. En efecto, éste es un servicio estable que se presta a la Iglesia local según las necesidades pastorales identificadas por el Ordinario del lugar, pero realizado de manera laical como lo exige la naturaleza misma del ministerio. Es conveniente que al ministerio instituido de Catequista sean llamados hombres y mujeres de profunda fe y madurez humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana, que puedan ser acogedores, generosos y vivan en comunión fraterna, que reciban la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica para ser comunicadores atentos de la verdad de la fe, y que hayan adquirido ya una experiencia previa de catequesis (cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Christus Dominus, 14; CIC c. 231 §1; CCEO c. 409 §1). Se requiere que sean fieles colaboradores de los sacerdotes y los diáconos, dispuestos a ejercer el ministerio donde sea necesario, y animados por un verdadero entusiasmo apostólico.

En consecuencia, después de haber ponderado cada aspecto, en virtud de la autoridad apostólica instituyo el ministerio laical de Catequista

La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos se encargará en breve de publicar el Rito de Institución del ministerio laical de Catequista.

9. Invito, pues, a las Conferencias Episcopales a hacer efectivo el ministerio de Catequista, estableciendo el necesario itinerario de formación y los criterios normativos para acceder a él, encontrando las formas más coherentes para el servicio que ellos estarán llamados a realizar en conformidad con lo expresado en esta Carta apostólica.

10. Los Sínodos de las Iglesias Orientales o las Asambleas de los Jerarcas podrán acoger lo aquí establecido para sus respectivas Iglesias sui iuris, en base al propio derecho particular.

11. Los Pastores no dejen de hacer propia la exhortación de los Padres conciliares cuando recordaban: «Saben que no han sido instituidos por Cristo para asumir por sí solos toda la misión salvífica de la Iglesia en el mundo, sino que su eminente función consiste en apacentar a los fieles y reconocer sus servicios y carismas de tal suerte que todos, a su modo, cooperen unánimemente en la obra común» (Lumen gentium, 30). Que el discernimiento de los dones que el Espíritu Santo nunca deja de conceder a su Iglesia sea para ellos el apoyo necesario a fin de hacer efectivo el ministerio de Catequista para el crecimiento de la propia comunidad.

Lo establecido con esta Carta apostólica en forma de “Motu Proprio”, ordeno que tenga vigencia de manera firme y estable, no obstante cualquier disposición contraria, aunque sea digna de particular mención, y que sea promulgada mediante su publicación en L’Osservatore Romano, entrando en vigor el mismo día, y sucesivamente se publique en el comentario oficial de las Acta Apostolicae Sedis.



Dado en Roma, junto a San Juan de Letrán, el día 10 de mayo del año 2021, Memoria litúrgica de san Juan de Ávila, presbítero y doctor de la Iglesia, noveno de mi pontificado.


FRANCISCO

Recemos por nuestro Obipo de Málaga que celebra hoy su XXV aniversario de Ordenación Episcopal.



10 mayo 2021

Modificación de aforos en lugares de culto, velatorios y entierros.


El Obispado de Málaga informa de la modificación que la Junta de Andalucía ha realizado de los aforos para los lugares de culto y la asistencia a velatorios y entierros al término del Estado de Alarma


Respecto a los aforos para los lugares de culto:

"Artículo 15. Permanencia de personas en lugares de culto.

1. Las reuniones y encuentros religiosos podrán desarrollarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, ya sea en espacios al aire libre o espacios interiores, siempre que no se supere el 75% de su aforo y que permita mantener la distancia interpersonal, en el nivel de alerta 1.

2. En el nivel de alerta 2 no se podrá superar el 60% de su aforo que permita mantener la distancia interpersonal.

3. En el nivel de alerta 3 no se podrá superar el 50% de su aforo que permita mantener la distancia interpersonal.

4. En el nivel de alerta 4 no se podrá superar el 30% de su aforo que permita mantener la distancia interpersonal.”

Respecto a la asistencia a velatorios y entierros:

Artículo 13. Velatorios y entierros.

1. Con carácter general en los velatorios y entierros deberán establecerse las medidas necesarias para procurar mantener la distancia de seguridad interpersonal en las instalaciones y la utilización obligatoria de mascarilla.

2. Se aplicarán en el nivel de alerta sanitaria 1, las siguientes medidas: a) Los velatorios podrán realizarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, debidamente habilitadas, con un límite máximo, en cada momento, de 30 personas en espacios al aire libre y de 20 personas en espacios cerrados, salvo en este último caso que los convivientes fueran un número superior. b) La participación en funeral o comitiva para el enterramiento o cremación de la persona fallecida se restringirá el aforo a un máximo de 50 personas, entre familiares y allegados, además, en su caso, del ministro de culto o persona asimilada de la confesión respectiva, para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto.

3. Se aplicarán en el nivel de alerta sanitaria 2, las siguientes medidas: a) Los velatorios podrán realizarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, debidamente habilitadas, con un límite máximo, en cada momento, de veinticinco personas en espacios al aire libre o de 15 personas en espacios cerrados, salvo en este último caso que los convivientes fueran un número superior. b) La participación en funeral o comitiva para el enterramiento o cremación de la persona fallecida se restringirá a un máximo de 35 personas, entre familiares y allegados, además, en su caso, del ministro de culto o persona asimilada de la confesión respectiva para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto.

4. Se aplicarán en el nivel de alerta sanitaria 3, las siguientes medidas: a) Los velatorios podrán realizarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, debidamente habilitadas, con un límite máximo, en cada momento, de 20 personas en espacios al aire libre o de 15 personas en espacios cerrados, salvo en este último caso que los convivientes fueran un número superior. b) La participación en funeral o comitiva para el enterramiento o cremación de la persona fallecida se restringirá a un máximo de 20 personas, entre familiares y allegados, además, en su caso, del ministro de culto o persona asimilada de la confesión respectiva para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto.

5. Se aplicarán en el nivel de alerta sanitaria 4, las siguientes medidas: a) Los velatorios podrán realizarse en todo tipo de instalaciones, públicas o privadas, debidamente habilitadas, con un límite máximo, en cada momento, de 15 personas en espacios al aire libre o de 6 personas en espacios cerrados, salvo en este último caso que los convivientes fueran un número superior. b) La participación en funeral o comitiva para el enterramiento o cremación de la persona fallecida se restringirá a un máximo de 15 personas, entre familiares y allegados, además, en su caso, del ministro de culto o persona asimilada de la confesión respectiva para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto.”

Pueden consultar sus respectivos niveles de alerta en mapacovid.es




Vídeo del Papa Francisco para este mes: El mundo de las finanzas.



Onomástica de San Juan de Ávila. Patrón del clero español.



 

09 mayo 2021

Reflexión. Domingo VI del Tiempo Pascual.


Jesús sigue dándonos claves: “el que me ama guardará mi Palabra y mi Padre lo amará”. Amando a Cristo, se confirma la obediencia a sus enseñanzas. Es decir, quien lo ama, necesariamente guarda sus palabras. Permanece en él. 

No hay un verdadero amor, sin un compromiso serio y con un esfuerzo por conocer, seguir y ser fiel a sus enseñanzas. Al hacer lo que Él dice, es un claro ejemplo del auténtico amor al Señor.

Él no se conforma como dijimos en domingos pasados con un amor temporal, va más allá de las fronteras, quiere un amor permanente. 
Un amor incondicional. 
Un amor que se deja quemar de la caridad y la misericordia.

Que hacemos de su vida y palabras, nuestras palabras. Sólo podremos conseguir este tipo de amor, si dejamos que Él tome el timón de nuestra vida. Que la oración sea en nuestra vida una plegaria de alabanza para que nos dejemos empapar de su Palabra y de alimentarnos con su Cuerpo.

María, auxilio de los enfermos, te pedimos que interceda a tu hijo Jesús, por tantos enfermos nuestros. Que les fortalezca en su enfermedad y les conceda la fuerza que tu tuviste a los pies de la Cruz.

Que así sea.

Evangelio. Domingo VI del Tiempo Pascual.



Lectura del Santo Evangelio según San Juan.


En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado.

»Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. 
Lo que os mando es que os améis los unos a los otros».

Pascua del Enfermo.





El mensaje del Papa Francisco, destaca la importancia de este momento para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades. 

En particular, señala, a las personas que sufren en todo el mundo la pandemia del coronavirus, así como a los más pobres y marginados.

Nuestra querida Vanesa Martín comenzó el viernes su nueva gira en el WiZink Center de Madrid, continuandola por segunda noche consecutiva ayer sábado. ¡¡Felicidades!!