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24 enero 2018

Busquemos el provecho de los otros,


- (Isaías 25, 1-9) 

Él es el Señor, nuestra esperanza, celebremos alegres
su victoria

- (Salmo 82) 

Haced justicia al huérfano y al pobre, defended al humilde

- (Filipenses 2, 1-4)

Que cada uno busque no su propio provecho, sino el
de los otros

- (Lucas 12, 13-21) Procurad evitar toda clase de avaricia

Las cambiantes regulaciones bancarias internacionales siguen teniendo un
impacto negativo en el comercio y las transacciones en el Caribe y amenazan
la supervivencia de numerosas familias. Se ha vuelto cada vez más difícil para
los caribeños que trabajan en el extranjero enviar dinero a sus familias. Las
Iglesias del Caribe introdujeron el movimiento del Credit Union para que los
pobres pudiesen tener acceso a fondos para actividades económicas.

- Reflexión

Las Escrituras dan un testimonio claro de que Dios hace una opción preferencial
por los pobres: la diestra de Dios actúa a favor de los desvalidos contra los
poderosos. De modo parecido, Jesús advierte con claridad contra los peligros
de la avaricia. Sin embargo, a pesar de estas advertencias, el pecado de la
avaricia con frecuencia infecta a nuestras comunidades cristianas e introduce
la lógica de la competencia: una comunidad compite contra la otra. Tenemos
que recordarnos que en la medida en que no nos diferenciamos del mundo,
sino que, al contrario, nos amoldamos a su espíritu competitivo que divide,
fracasamos a la hora de ser «refugio del mísero oprimido, abrigo en la lluvia,
sombra en el calor».
Para nuestras Iglesias y confesiones ser ricas a los ojos de Dios no equivale a
tener muchos miembros que pertenecen –o que donan– a la propia comunidad.
Al contrario, significa reconocer que como cristianos tenemos innumerables
hermanos y hermanas justo al otro lado del mundo, unido a nosotros más
allá de las divisiones económicas entre «Norte y Sur». Conscientes de esta
fraternidad en Cristo, los cristianos pueden unir sus manos para promover
una justicia económica para todos.

- Oración

Dios todopoderoso,
da fuerza y coraje a tu Iglesia
para que proclame continuamente el derecho y la justicia
en situaciones de dominio y opresión.
Al celebrar nuestra unidad en Cristo,
que tu Espíritu Santo nos ayude
a fijarnos en las necesidades de los otros.

Amén.

La diestra de Dios está golpeando en nuestra tierra.
La envidia, el odio y la codicia; nuestro egoísmo y nuestra lujuria, nuestra soberbia y nuestras injusticias, son golpeadas por la diestra de Dios.

1 comentario:

  1. Maria Rodríguez24 enero, 2018 16:07

    Muchas gracias de nuevo por ayudar a que recemos por la Unidad de todos los Cristianos

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