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28 mayo 2018

María. Pureza Virginal.


1.° Reparos de María.
A las palabras del Ángel María contesta con un reparo, que es un temor. Eva en el paraíso teme al comer el fruto prohibido, pero no teme al pecado, sino al castigo de la muerte. María, al contrario, lo único que teme al oír al Ángel es faltar a la palabra dada a Dios. Su temor es justo, racional, santo, inspirado en el amor de Dios y a la virtud. ¿Son así tus reparos cuando oyes la voz de Dios..., o son inspirados por el amor propio que se resiste a someterse a esa voz divina?

2.° La virginidad.
¡Qué amor a la pureza virginal!
Se ofrecen a María glorias inauditas, grandezas inefables... de parte de Dios... por boca de un Ángel... y, no obstante, no se alucina... piensa en su virginidad, y entre la dignidad de ser Madre de Dios y el sacrificio de su virginidad no duda prefiere la gracia que la santifica, a la gracia que la ensalza y sublima ¡qué maravilla! Detente a contemplar en silencio este amor de María a su virginidad... y deja al corazón que se expansione en afectos de admiración a tu Madre. Recuerda su voto hecho a los tres años..., la fidelidad con que siempre le guardó y la prueba a que ahora la somete Dios... y cómo la Virgen prudente, humilde y castísima, triunfa de todo, sacando siempre victoriosa su virginidad. Con razón Dios, se enamora de María aún más, viéndola tan pura y tan virgen... y lo que Ella cree ser un obstáculo, es precisamente lo que más arrastra a Dios para elegirla como Madre.
Por ser virgen, por eso es la Madre de Dios.

3.° La Encarnación por la virginidad.
Penetra en tan sublime pensamiento y contempla a Dios trazando los planes de la obra grandiosa de la Encarnación a base de la virginidad. La Redención del hombre tenía dos dificultades insuperables, como ya hemos dicho en otra parte..., recuerda lo que entonces meditabas que humanamente no era posible la Redención, porque toda la humanidad no podía satisfacer por el pecado..., era necesario que lo hiciera Dios, pero Dios tampoco podía hacerlo, pues Dios no puede sacrificarse, inmolarse, padecer, ni morir por el hombre; divinamente tampoco era posible. Pero Dios busca la solución. Hacerse hombre y así tener ya un cuerpo para sufrir y morir. Mas este cuerpo, no podía formarse como los demás, porque nacería manchado como todos nacen; sería un cuerpo concebido en pecado y a este cuerpo no se podía unir el Hijo de Dios. La solución de este conflicto es María Inmaculada, sin mancha en su concepción y María Virgen, siendo Madre sin detrimento de su virginidad. Así, Jesús virgen, santo y puro como Dios, también lo será como hombre: porque su Madre también será santa, pura y virgen. La Encarnación por la Virginidad. ¡Qué hermosura y qué belleza la de esta virtud!

4.° Preferencias de Cristo.
El Señor tuvo un amor tan grande de preferencia a la virginidad, que la dedicó una de sus Bienaventuranzas..., tuvo un discípulo amado y fue... el que era virgen; a él le confió el tesoro de su Madre en la Cruz, como único digno por su virginidad de guardar a la Virgen de las vírgenes. Se quedó en la Eucaristía y dio a los sacerdotes potestad sobre su Cuerpo y Sangre, pero prefirió que su sacerdocio fuera virgen eligió almas predilectas para Esposas suyas y éstas son... las vírgenes en fin, reservó un premio especial que consistiera en acompañar al Cordero a donde quiera que fuera, y en cantar un cántico nuevo que nadie sino ellas podrían cantar, y éstas son... las almas vírgenes

5.° Tu virginidad.
Piensa mucho en la gracia tan inmensa que Dios concede a las almas que llama al estado de virginidad. Si tú eres una de ellas, penétrate bien de ella y procura ser muy agradecida. Demuestra este agradecimiento en obras, principalmente cuidando, ante todo, de la modestia interior y exterior que necesariamente ha de acompañarla, y esto llevarlo hasta la exageración, en miradas, curiosidades, posturas, vestidos, etc... Segundo, fomentando en ti la humildad, base de la castidad... Muchos por su soberbia han caído después en pecados impuros. Del mismo modo fomentarás la mortificación y penitencia, que son esenciales en esta virtud... Con tal de conservarla intacta y lozana, todo sacrificio ha de parecerte nada. En tercer lugar, pide mucho a la Virgen que la imites, en especial en su amor a la castidad virginal... y, en fin, que te ayude para trabajar con Ella por contribuir a establecer y dilatar en la medida de tus fuerzas por todo el mundo, el Reinado sublime de la pureza.

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