“No se puede seguir a Jesús sin seguir a la Iglesia. Quien cede a la tentación de ir por su cuenta corre el riesgo de no encontrar nunca a Cristo". (Papa Benedicto XVI).
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07 julio 2016
Papa Francisco a 200 pobres y enfermos: ¡Ustedes son el tesoro de la Iglesia!.
“La Iglesia ha querido compartir vuestra condición, y se ha hecho, por amor, uno de ustedes, despreciado de los hombres, olvidado, uno que no cuenta nada".
La presencia de todos vosotros “es un hermoso testimonio de fraternidad evangélica” y estáis “en el corazón de la Iglesia, porque Jesús, en su vida, ha dado siempre prioridad a personas que eran como ustedes, que vivían en situaciones límite”; Cual sea que es vuestra condición, vuestra historia, el peso que lleváis es el de la capacidad de acoger. Él acoge a cada uno. En Él somos hermanos, y querría que ustedes sientan cómo son bienvenidos aquí, vuestra esperanza es importante para mí y también es importante que estén aquí, en su casa”.
La Iglesia, que ama y prefiere eso que Jesús ha amado y preferido, no puede estar tranquila hasta que no haya reunido a todos aquellos que experimentan el rechazo, la exclusión y que no cuentan nada.
Y a vosotros, las personas que las cuidáis y las acompañan: “es la vida compartida con los pobres la que nos transforma y nos convierte”.
No solo ustedes van al encuentro –continuó–, no solo caminan ustedes con ellos, esforzándose por comprender su sufrimiento, entrar en su desesperación, sino que suscitan en torno a ellos una comunidad, restituyendo en ellos una existencia, una identidad, una dignidad.
Me viene a la mente qué es lo que pensaba la gente cuando vio a María, José y Jesús por las calles huyendo en Egipto. Ellos eran pobres, estaban afligidos por la persecución, pero allí estaba Dios”.
Os animo a “conservar el coraje y, en medio de la angustia, conservar la alegría de la esperanza”. “Estén seguros de que la prueba y el sufrimiento no durarán siempre, porque nosotros creemos en un Dios que repara todas las injusticias, que consuela todas las penas y que sabe recompensar a cuantos tienen confianza en Él”.
“El tesoro de la Iglesia son los pobres, dice el diácono romano San Lorenzo”. Es “una misión que solo ustedes, desde su pobreza, serán capaces de llevar a término”.
“Jesús algunas veces ha sido muy severo y ha regañado severamente a personas que no acogen el mensaje del Padre. Y así como Él ha dicho esa palabra ‘beatos los pobres, los enfermos, aquellos que lloran, aquellos que son odiados y perseguidos’ ha dicho otra, que dicha por Él da miedo. Ha dicho ‘Ay’. Y lo ha dicho a los ricos, a los sabios, a aquellos que ahora ríen, a aquellos que les gusta ser adorados, a los hipócritas”.
“Os doy la misión de orar por ellos, para que el Señor les cambie el corazón. Os pido orar por los culpables de vuestra pobreza para que se conviertan”.
“Recen por tantos ricos que visten de púrpura el rostro y hacen fiesta con grandes banquetes sin recordar que en su puerta hay muchos Lázaros deseosos de alimentarse de las sobras de su mesa. Oren también por los sacerdotes, por los levitas que viendo en su camino un medio muerto pasan mirando hacia otro lado porque no tienen compasión”.
“A todas estas personas y también a otros que están unidas con vuestra pobreza y con tantos dolores, sonreíd desde el corazón, desead su bien y pedid al Señor que se conviertan. Os aseguro que si ustedes hacen esto habrá una gran alegría en la Iglesia, en vuestro corazón y también en la amada Francia”.
Papa Francisco, 6-7-2016.
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