Yo sé que algunos de ustedes me preguntará: ‘Padre, sí, usted nos habla de mirar horizontes y de recordar cosas, pero hoy, ¿qué hago?’ ¡Juégate la vida!
Hoy asumí la vida como está y hace el bien a los demás. Hoy se está jugando en el mundo una partida en la que no hay sitio para los suplentes, o juegas de titular, o estás afuera.
Toma la memoria recibida, mira el horizonte y hoy, asumí la realidad y llévala adelante, hacerla fructificar, hacerla fecunda. ¡Dios te llama a ser fecundo! Dios te llama a trasmitir esa vida. Dios te llama a crear esperanza. Dios te llama a recibir misericordia y a dar misericordia.
Dios te llama a ser feliz ¡No tengas miedo!. No tengas miedo. La vida es así.
Queridos jóvenes: “miren siempre hacia adelante, miren siempre a los horizontes, no dejen que la vida le ponga muros delante, siempre mirar al horizonte.
Siempre tener el coraje de querer más, más, más.., con valentía pero, a la vez, no olvidarse de mirar atrás, a la herencia que han recibido de sus mayores, de sus abuelos, de sus padres; a la herencia de la fe, esa fe que ahora ustedes tienen en sus manos para mirar hacia adelante”.
¡Tengan entusiasmo, vayan adelante! Que la Virgen los cuide mucho, que Jesús los bendiga, y por favor, no se olviden de rezar por mí. Gracias.
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