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31 enero 2012

Ponerse en el lugar del otro.

Es importante ponerse en el lugar de la otra persona, de su situación, del momento por el que pasa. Se trata de mirar al rostro, a los ojos. De mirar con cariño, con afecto. Serenamente. A poco que leamos el Evangelio descubrimos en Jesús de Nazaret, precisamente tuvo este tipo de actitudes a la hora de relacionarse con los demás. Miraba con cariño, sentía cómo las entrañas se le removían por dentro, escuchaba, preguntaba en qué podía ayudar, estaba pendiente de lo que ocurría a su alrededor… En definitiva un modelo para mirarse en él y aprender cómo podemos relacionarnos con los demás, poniéndonos en el lugar de la otra personas aunque seamos criticados, analizados de arriba abajo o incomprendidos hasta por la gente más cercana.

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