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25 enero 2012

Hoy la Iglesia, celebra la CONVERSIóN DEL APóSTOL PABLO.


Dios salió al encuentro de Pablo en la situación en que estaba: perseguía a la iglesia naciente. En esto, se le aparece Jesús, el resucitado.
En todo este acontecimiento, Jesús es muy delicado: no regaña a Pablo, ni lo amenaza, sino que le pregunta, "¿por qué me persigues?" Le invita a ampliar sus horizonte. Todo esto es la base de la fe de Pablo: un encuentro personal con Cristo. El encuentro tiene como fruto la oración, una oración verdadera.
Después de este encuentro cerca de Damasco, Pablo se queda tres días sin poder ver. El resplandor lo cegó, ¿o sería mejor decir "lo iluminó"? Ya no es capaz de ver la vida como antes; ahora Cristo no es solamente parte integral de su vida, sino que es su fundamento desde donde se interpreta todo.

¡¡QUE PABLO INTERCEDA POR NOSOTROS ANTE EL SEÑOR, Y NOS AYUDE A QUE PONGAMOS EN EL CENTRO DE NUESTRA VIDA A ESE DIOS QUE NOS DA LA PAZ, NOS PERDONA, Y NOS ILUMINA EN CADA MOMENTO DE NUESTRA VIDA!!

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