El pecado del hombre ha dado muerte al Ungido de Dios y, en cruz clavado, con su muerte venció todo el pecado, con su amor del mortal cambió la suerte.
Nueva vida dará a todas las gentes, saciará su gran sed siempre sentida, brotarán en el alma redimida de la vida de Dios copiosas fuentes.
Luz que brilla en lo alto,y reverbera en la honda pupila dilatada de la angustia del hombre, que, en su espera,
sin saberlo tal vez, sólo quisiera ver su cruz en tu cruz, luz deseada para guardar muy dentro lo que viera. Amén.
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