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24 febrero 2018

Historia y Biografía de los frailes Trinitarios Mártires de Argel.


El 9 de marzo de 1609 se embarcaron en Denia rumbo a Argel los tres redentores nombrados por el Ministro Provincial de Castilla: Bernardo de Monroy, Juan de Palacios y Juan del Águila donde finalmente llegaron el 1 de abril, tras sortear no pocos peligros meterológicos y de piratas.
Pasada la octava de Pascua comenzaron a vender las mercancías y a tratar los rescates. Hasta mediados de mayo de 1609 rescataron 130 cautivos cristianos, 69 de ellos liberados directamente del fondo de redención del Condestable de Castilla. Una vez concluida la redención y pagados todos los derechos de embarcación y salida de la ciudad, Monroy se disponía a regresar a España con los cautivos liberados el 13 de mayo, y ya en el barco se le presentó un emisario pidiéndole que se presentara de inmediato ante el Duán, o Consejo de Gobierno. Allí la comunicaron su detención como prisionero.
El motivo era que Fátima, una niña de unos 10 años, hija de Mamet Axá, un poderoso turco de la ciudad, había sido tomada cautiva por los genoveses y tras rescatarla en Livorno, llegó noticia de que la habían obligado a bautizarse en Calvi, puerto de Córcega, de manos del obispo de Saona.
El Duán había decidido retener a los tres redentores trinitarios, revocando la libertad otorgada a los 103 cautivos, y obligando a que Bernardo de Monroy tramitara la entrega de la niña. No estaba en la mano de los redentores trinitarios esa embajada, y el sábado 16 de mayo fueron encarcelados en el Baño del Rey, donde recibieron malos tratos, estrechas prisiones y mal comer.
La presión diplomática fue grande durante el cautiverio de los tres religiosos.
Todos los gobiernos cristianos de Europa y el mismo papa, escribieron numerosas cartas a las autoridades musulmanas de Argel y del Imperio Otomano para que se liberara a los religiosos y a los cautivos por los que se había pagado el rescate. Pero todo resultó vano.

En los años de prisión desarrollaron un importante trabajo con los cautivos, ayudándoles a mantener la fe y a resistir las pruebas. Administraban los sacramentos y les curaban de sus heridas. Incluso, con permiso del Bajá, fundaron un hospital en el interior de las mazmorras en 1612, que incluía un pequeño aposento a modo de iglesia con el título de la Santísima Trinidad.
Al frente del hospital estaban un médico-barbero natural de Lavaxos y un enfermero, Pedro de Torres Miranda, natural de Madrid que después fue quemado vivo por no renegar de su fe. Desde la prisión continuaron su labor redentora e hicieron llegar a tierras cristianas a muchos cautivos. En carta de 9 de enero de 1613 Monroy habla de 58 rescatados, y en otra de 29 de abril de 1615 habla de más de 400. El dinero lo recibían de los trinitarios de Madrid, en especial de Simón de Rojas que como Ministro Provincial de Castilla les envió en una ocasión 60.000 reales y en otra 22.000 reales.

Los tres murieron de muerte natural, tras sufrir innumerables penalidades y malos tratos. Juan del Águila murió el 5 de junio de 1613, Juan de Palacios el 20 de septiembre de 1616 y Bernardo de Monroy el 31 de julio de 1622.

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