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01 noviembre 2017

Se nos invita a ser santos.




¡Feliz día de todos los Santos!

El uno de noviembre, celebramos todos los católicos el día de los Santos.
Celebrar esta fiesta, es celebrar a personas que han pasado por este mundo, por nuestro lado, haciendo el bien: familiares, amigos, vecinos… etcétera.
Algunos profesando su fe en Cristo Jesús, y alomejor otros sin profesar directamente, pero, teniendo un gran amor al prójimo.
Y como dijimos en el Evangelio del domingo pasado XXX del tiempo Ordinario, ”Dios está en la persona. Quien ama a Dios ama al prójimo y quien ama al prójimo, ama a Dios” van enlazado uno con otro.

Personas como tú y como yo que han sabido andar por nuestro mundo dándole un color diferente, actuando con el arma del amor, la compresión, la ayuda…
Los que popularmente se les llama los “santos de zapatillas” porque seguramente, no han sido introducidos en causas de los Santos y no están puestos en los altares.

Todos estamos llamados a ser santos. Dios nos quiere santos.
Ser santo, como diría Santa Teresa de Jesús es ser “amigo fuerte de Dios”.
Un Dios que se entregó en la Cruz para resucitar al tercer día y salvarnos de la muerte.
Amigos, de un Dios que se entrega cada día en la Eucaristía, que se hace presente en cada persona, en especial, en los más necesitados.

Ser santos no es ser solamente “buena persona” y “ayudar” cuando nos necesiten.
Es ser algo más. Y ese ”más” es que, al ser bautizado en el nombre de la Santa Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, somos herederos y partícipe de una comunidad de AMOR y debemos reflejarlos en nuestro entorno, con nuestros hermanos e irradiar al mundo de esa luz.

No es una utopía. Se puede conseguir si uno se pone manos a la obra.
Por eso, esta fiesta nos lo recuerda. Celebrar a hombres y mujeres que han sabido ser reflejo de Dios Trinidad en sus ambientes, ayudando, entregándose y poniendo en el centro de sus vidas a Dios y al prójimo.

Algunas de esas personas, son Santos reconocidos por la Iglesia y dándoles culto en las parroquias y otros son santos (repito) “de zapatillas”. Pero tanto uno como otro, son iguales y tienen en común que han sabido AMAR hasta el extremo.

Ojalá que sepamos imitar a tantas personas que han pasado por nuestro lado y nos han dejado un gran legado de amor y aprendamos que cuánto más se ama, más felices somos.

Que la Virgen María interceda por cada uno de nosotros para que seamos ejemplo de santidad en medio del mundo.
Que así sea.


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