Queridos hermanos y hermanas:
Sé que muchos de vosotros os sentís turbados por las noticias que han circulado en los últimos días sobre documentos reservados de la Santa Sede que fueron sustraídos y publicados. Por esta razón quisiera deciros, ante todo, que robar esos documentos es un delito. Es un acto deplorable que no ayuda. Yo mismo había pedido que se hiciera ese estudio, y mis colaboradores y yo ya conocíamos bien esos documentos, tomándose algunas medidas que comenzaron a dar frutos, incluso algunos visibles.
Quiero aseguraros que este triste hecho no me desvía en absoluto del trabajo de reforma que estamos llevando adelante, con mis colaboradores y con el apoyo de todos vosotros. Sí, con el apoyo de toda la Iglesia, porque la Iglesia se renueva con la oración y con la santidad cotidiana de cada bautizado.
Por consiguiente, os agradezco y os pido que continuéis rezando por el Papa y por la Iglesia, sin dejarse turbar, yendo adelante con confianza y esperanza.
(Ángelus, 8 de noviembre)
vatican.va
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