No hay cruz sin ellos y no hay vuelo. Sin ellos no hay abrazo. Abrazar y volar. Ansias del hombre en celo.
Abrazar esta tierra y llevármela dentro. Enséñame a ser tu abrazo. Y tu pecho. A ser regazo tuyo y camino hacia Ti de regreso.
Pero no camino mío, sino con muchos dentro. Dime cómo se ama hasta el extremo.
Y convierte en ave la cruz que ya llevo. ¡O que me lleva! porque ya estoy en vuelo.
Ignacio, sj
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