Ayer miércoles, decíamos que el comienzo a la cuaresma, es un camino de preparación para la Pascua. Hoy Jesús nos dice que tenemos que hacer para alcanzar esa meta. Tenemos que renunciar a algo; más todavía, renunciar a nosotros mismos.
Como dice el concilio vaticano II, la cuaresma nos prepara para entregarnos más intensamente a oír la Palabra de Dios, a la oración. Un camino, en el que celebraremos el misterio pascual, sobre todo, recordando nuestro propio bautismo.
Que la penitencia, sea un propósito para reconciliarnos con el AMOR.
Los verbos renunciar, cargar y seguir, son sinónimos; como lo son aunque parezca extraño, el perder la vida por Cristo y ganarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario