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23 enero 2014

Muchas veces, hacemos de las religiones equipos de fútbol. Llegando a ser rivales... Os invito a que leáis esta historia de Jesús y sus amigos. Ya que estamos en la semana de oración por la unidad de los Cristianos.


Jesús nos dijo que nunca había visto un partido de fútbol, de modo que mis amigos y yo le llevamos a uno. Fue una feroz batalla entre los “Punchers” protestantes y los “Crusaders” católicos.
Marcaron primero los “Crusaders”. Jesús aplaudió entusiasmado, lanzando al aire su sombrero. Después marcaron los “Punchers”. Y Jesús volvió a aplaudir con ilusión y nuevamente voló su sombrero por los aires.
Esto pareció desconcertar a un hombre que se encontraba detrás de nosotros. Dio una palmada a Jesús en el hombro y él preguntó: “¿A qué equipo apoya usted, buen hombre?”.
“¿Yo?”, respondió Jesús visiblemente excitado por el juego “Ah, pues no animo a ningún equipo. Simplemente disfruto del juego”.
El hombre, se volvió a su vecino de al lado y, con gesto despectivo, le dijo: “Humm… ¡Un ateo!”.
Al regresar, le informamos, a Jesús, en pocas palabras acerca de la situación religiosa del mundo actual. 
“Es curioso lo que ocurre con las personas religiosas, Señor”, le decíamos. “Siempre parecen pensar que Dios está de su parte y en contra de los del otro bando”. 
Jesús asintió: “Por eso es por lo que Yo no apoyo a las religiones, sino a las personas”, nos dijo. “Las personas son más importantes que las religiones”.

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