Marcaron primero los “Crusaders”. Jesús aplaudió entusiasmado, lanzando al aire su sombrero. Después marcaron los “Punchers”. Y Jesús volvió a aplaudir con ilusión y nuevamente voló su sombrero por los aires.
Esto pareció desconcertar a un hombre que se encontraba detrás de nosotros. Dio una palmada a Jesús en el hombro y él preguntó: “¿A qué equipo apoya usted, buen hombre?”.
“¿Yo?”, respondió Jesús visiblemente excitado por el juego “Ah, pues no animo a ningún equipo. Simplemente disfruto del juego”.
Esto pareció desconcertar a un hombre que se encontraba detrás de nosotros. Dio una palmada a Jesús en el hombro y él preguntó: “¿A qué equipo apoya usted, buen hombre?”.
“¿Yo?”, respondió Jesús visiblemente excitado por el juego “Ah, pues no animo a ningún equipo. Simplemente disfruto del juego”.
El hombre, se volvió a su vecino de al lado y, con gesto despectivo, le dijo: “Humm… ¡Un ateo!”.
Al regresar, le informamos, a Jesús, en pocas palabras acerca de la situación religiosa del mundo actual.
Al regresar, le informamos, a Jesús, en pocas palabras acerca de la situación religiosa del mundo actual.
“Es curioso lo que ocurre con las personas religiosas, Señor”, le decíamos. “Siempre parecen pensar que Dios está de su parte y en contra de los del otro bando”.
Jesús asintió: “Por eso es por lo que Yo no apoyo a las religiones, sino a las personas”, nos dijo. “Las personas son más importantes que las religiones”.
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