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13 abril 2020

Lunes de la octava de Pascua. Evangelio y Reflexión.


Lectura del santo evangelio según san Mateo 28, 8-15

En aquel tiempo, las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos.
De pronto, Jesús salió al encuentro y les dijo:
«Alegraos».
Ellas se acercaron, le abrazaron los pies y se postraron ante él.
Jesús les dijo:
«No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles:
«Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernados, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros».
Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy.


Reflexión

Hoy comenzamos la octava de Pascua, y se propone como Evangelios las apariciones del Señor Resucitado, en el que recordamos que Jesús permaneció como los apóstoles. La Iglesia nos propone estos días para contemplar la Resurrección y hacernos partícipes de ella.

La Primera Lectura de los Hechos Apóstoles,
nos presenta la proclamación del mensaje de cristiano, lo que se llama “el kerigma” encabezada por una confesión valiente del nombre de Cristo. Dios se manifiesta por medio de Cristo. Él, para liberarnos de la corrupción de la muerte tuvo que pasar por una muerte, y una muerte de Cruz, y de ahí, implanta un sendero de vida gloriosa.

Salmo 15: “Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti”
La resurrección de Cristo es esperanza de incorrupción. Ella hace posible que las afirmaciones del salmista tengan plenitud de sentido en los labios del cristiano. Por Cristo, el cristiano puede vivir su vida en clave de VIDA.

En el Evangelio de Mateo,
nos muestra dos pilares del Resucitado. Por un lado, la aparición a las mujeres. Ellas son las encargadas de transmitir el anuncio del Resucitado. Porque no podemos olvidar que la mujer es la quien recibe la “sorpresa” de encontrase la piedra rodada sepulcro, porque Cristo, no estaba allí, había RESUCITADO. Es una preparación a la manifestación a los discípulos, que serán testigos del Resucitado; y el otro lado, es como el Evangelista habla del “sepulcro vacío” para ridiculizar y desmontar el testimonio de los soldados, esos que custodiaban la entrada del sepulcro.

Pidamos a nuestra Madre de la Paloma, que nos ayude a ser valiente para que podamos anunciar el Kerigma a todas las personas en este tiempo del COVID-19.

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