- El dibujo “destaca la imagen del Buen Pastor que toca en profundidad la carne del hombre, y lo hace con un amor capaz de cambiarle la vida. Además, un detalle particular es como el Buen Pastor carga sobre sí la humanidad con extrema misericordia, pero sus ojos se confunden con los del hombre”, dijo la autoridad vaticana.
- La escena se coloca dentro de una “mandorla”, la “almendra”, una figura importante en la iconografía antigua y medieval que evoca la presencia de las dos naturalezas, divina y humana, en Cristo, y que dentro del arte suele servir como marco para personajes sagrados.
- Los tres óvalos concéntricos, de color progresivamente más claro hacia el externo, sugieren el movimiento de Cristo que saca al hombre fuera de la noche del pecado y de la muerte. Por otra parte, la profundidad del color más oscuro sugiere también el carácter inescrutable del amor del Padre que todo lo perdona.
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