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12 abril 2013

La confianza en Dios. El paraguas.


En un pueblo de zona rural, se produjo una larga sequía que amenazaba con dejar en la ruina a todos sus habitantes debido a que subsistían con el fruto del trabajo del campo. A pesar de que la mayoría de sus habitantes eran creyentes, ante la situación límite, marcharon a ver al cura párroco y le dijeron:

- Padre, si Dios es tan poderoso, pidámosle que envíe la lluvia necesaria para revertir esta angustiante situación.

- Está bien, le pediremos al Señor, pero deberá haber una condición indispensable.

- ¡Díganos cuál es!, respondieron todos.

- Hay que pedírselo con fe, con mucha fe, contestó el sacerdote.

- ¡Así lo haremos, y también vendremos a Misa todos los días!

Los campesinos comenzaron a ir a Misa todos los días, pero las semanas transcurrían y la esperada lluvia no se hacía presente.

Un día, fueron todos a enfrentarlo al párroco y reclamarle:

- Padre, usted nos dijo que si le pedíamos con fe a Dios que enviara las lluvias, Él iba a acceder a nuestras peticiones. Pero ya van varias semanas y no obtenemos respuesta alguna...

- Hijos mios, ¿han ustedes pedido con fe verdadera?

- ¡Sí, por supuesto!, respondieron al unísono.

- Entonces, si dicen haber pedido con fe verdadera... ¿por qué durante todos estos días ni uno solo de ustedes ha traído el paraguas?

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