La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal ha propuesto, a todas las diócesis de España, la celebración de una Jornada por los afectados de la pandemia, que tendrá lugar el día 26 de julio, día de la memoria de los santos Joaquín y Ana, padres de la bienaventurada Virgen María; o el día 25 de julio, solemnidad de Santiago apóstol, patrono de España.
Esta jornada incluirá la celebración de la eucaristía, ofreciéndola por el eterno descanso de todos los difuntos y el consuelo y esperanza de sus familiares. Al mismo tiempo, está previsto dar gracias por todo el trabajo y el sacrificio realizado por tantas personas durante el tiempo de la pandemia y rezar de una manera especial por los mayores y las residencias de ancianos. Esta celebración desea además pedir la luz, comunión y entrega fraterna ante la crisis social y económica provocada por la pandemia y el confinamiento.
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Reunidos para la celebración de nuestra fe en el domingo, día del Señor, abrimos nuestro corazón a la Palabra de Dios. Como el rey Salomón, pedimos sabiduría e inteligencia para leer los signos de los tiempos y acoger, como nos propone el Evangelio, el tesoro del Reino. Cada domingo es también el día de la familia y, por ello, hoy queremos, tener presentes a todos los afectados por esta pandemia y, de modo especial, con motivo de este día de los santos Joaquín y Ana, padres de la Virgen María, a nuestros mayores, que han sido duramente golpeados por la covid-19.
Vamos a dar gracias a Dios por nuestros abuelos, por todo lo que ellos nos dan y, en especial, por la herencia de la fe que nos transmiten, y también vamos a pedir por ellos, para que este tiempo de sus vidas lo puedan recorrer con plenitud, paz y alegría, en alabanza a Dios Padre.
Participemos todos en esta celebración de forma activa y alegre siendo conscientes de que el testimonio de nuestros mayores nos ayudará a renovar y fortalecer el tesoro de la fe.
- Acto penitencial
− Tú, que nos das el don del perdón y de la paz. Señor, ten piedad.
− Tú, que nos diste ejemplo de gratitud y obediencia a Dios Padre. Cristo, ten piedad.
− Tú, que aceptas nuestra acción de gracias por todos tus beneficios. Señor, ten piedad.
- Oración de los fieles
— Por la Iglesia, para que se muestre siempre agradecida por todo el bien que ha recibido de los abuelos, especialmente como testigos de la alegría del Evangelio. Roguemos al Señor.
— Por las autoridades públicas, para que cuiden de la vida en todas sus formas y generen espacios saludables donde nuestros mayores puedan sentirse cuidados y valorados. Roguemos al Señor
— Por el personal médico y de enfermería, responsables sanitarios, por todos los que ofrecieron su trabajo profesional o voluntario con generosidad, para que sea reconocida su entrega y dedicación. Roguemos al Señor
— Por los científicos y por los farmacéuticos, para que se encuentre pronto el remedio para combatir esta pandemia. Roguemos al Señor.
— Por los contagiados y cuantos tienen miedo ante la situación que estamos viviendo, por las personas en riesgo, por los ancianos que se encuentran solos, por los trabajadores que han perdido su trabajo, para que el Señor los libre del miedo y les infunda serenidad y esperanza. Roguemos al Señor.
— Por los difuntos, especialmente los fallecidos en los hospitales y en las residencias de ancianos, por las familias que no pudieron acompañar y despedir a sus seres queridos, para que el Dios de la vida los acoja en su presencia y a sus allegados los llene de consuelo, fortaleza y esperanza. Roguemos al Señor.
- Oración por nuestros mayores
Señor Jesús, tú naciste de la Virgen María,
hija de los santos Joaquín y Ana.
Mira con amor a los abuelos de todo el mundo.
¡Protégelos! Son una fuente de enriquecimiento
para las familias,
para la Iglesia y para toda la sociedad.
¡Sostenlos! Que cuando envejezcan
sigan siendo para sus familias
pilares fuertes de la fe evangélica,
custodios de los nobles ideales hogareños,
tesoros vivos de sólidas tradiciones religiosas.
Haz que sean maestros de sabiduría y valentía,
que transmitan a generaciones futuras
los frutos de su madura experiencia humana y espiritual.
Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad
a valorar la presencia y el papel de los abuelos.
Qué jamás sean ignorados o excluidos,
sino que siempre encuentren respeto y amor.
Ayúdales a vivir serenamente y a sentirse acogidos
durante todos los años de vida que les concedas.
María, Madre de todos los vivientes,
cuida constantemente a los abuelos,
acompáñalos durante su peregrinación terrena,
y con tus oraciones obtén que todas las familias
se reúnan un día en nuestra patria celestial,
donde esperas a toda la humanidad
para el gran abrazo de la vida sin fin. Amén