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22 marzo 2020

Domingo IV del Tiempo de Cuaresma.



Todos los días, sin miramos con atención a nuestro alrededor, nos podemos encontrar con muchas cosas que nos hablan de Dios. Pero para verlas, hay que tener los ojos bien abiertos y, sobre todo, que sean sensibles al amor de Dios.

Las lecturas nos van a hablar de Luz, Luz para descubrir a Dios en nuestra vida y Luz que los cristianos debemos ser para el mundo.
Vamos a pedir a Dios que nosotros, camino a la Pascua, nos abra los ojos de la fe, a su presencia y aleje de nosotros la tiniebla, para poder contemplar el mundo con ojos limpios y luminosos, y que esa Luz llegue también a nuestro corazón e ilumine nuestros sentimientos y nuestro obrar. Es decir, que nos cure de las cataratas que nos impiden verle a Él en nuestros hermanos.

En la Primera Lectura,
Nos cuenta, como David es ungido Rey de Israel por el profeta Samuel, quien es enviado por Dios para buscar al próximo rey de su pueblo. Éste es un muchacho humilde, sin grandes pretensiones ni liderazgos.

En la Segunda Lectura,
San Pablo en su carta a los fieles de Éfeso nos invita a alejarnos de las tinieblas, a buscar la luz de Cristo y a valorar que, por Jesucristo, somos hijos de Dios por adopción, y a su vez, somos también Hijos de la Luz.

En el Santo Evangelio,
San Juan, nos narra la persecución religiosa que sufre un ciego a quien Jesús de Nazaret ha devuelto la vista. Jesús no quiere solo que veamos, sino que, iluminados por la fe, los demás descubran a Jesús a través de nuestras buenas obras.
Sólo podemos salir de la oscuridad si reconocemos nuestra ceguera y acudimos a Cristo, que es Luz del mundo. Por eso, este Evangelio, es un buen espejo para mirarnos aquellas enfermedades que no nos dejan seguirle con fidelidad ni amar al prójimo como debemos hacerlo.

Que la Santísima Virgen, que es refugio de los pecadores y salud de los enfermos, nos ayude a ser valientes para poder andar en la Luz, nos fortalezca en estos momentos estamos viviendo de pandemia, e interceda por nosotros para que no perdamos de vistas que es más importante aplicar el “nosotros” que el “yo”.

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