Celebrar la Solemnidad de la Santísima Trinidad es es celebrar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Ellos que nos acompañan cada día de nuestra vida. Tenemos una misión: "Id y haced discípulos".
No bastan las palabras. Necesitamos de nuestro testimonio del día a día. Que las personas con las que nos rodeamos, vean no solamente a una persona buena, sino a una persona cristiana.
En esta tarea no estamos somos.
Dios nos es la casa que nos acoge, el Hijo es la puerta que nos da acceso y el Espíritu es la llave con la que abrimos para adentrarnos en tan gloriosa y amorosa mansión. Dios AMOR nos acompaña porque necesitamos de su cercanía y compañía.
Pero... para poder verlo, necesitamos limpiarnos de esas manchas que nos impiden ver con los ojos de Dios.
Que en esta solemnidad que celebramos hoy, nos ayude el Señor a ser reflejo de ese AMOR y lo compartamos sin miedo ni vergüenza.
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