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28 diciembre 2019

Cruz Lampedusa: Jueves 26 y Viernes 27 en Melilla.


- Jueves 26 de diciembre.

Dentro de los actos que se están celebrando con este símbolo de Solidaridad con los Inmigrantes en la Diócesis de Málaga, la Cruz ha arribado al otro lado del Estrecho, a la ciudad autónoma donde la inmigración encuentra en multitud de ocasiones su primer contacto con Europa.

En la jornada de jueves, tras su viaje en barco desde Málaga, se celebró una vigilia en la Parroquia del Sagrado Corazón de Melilla, presidida por el vicario de la ciudad autónoma, Eduardo Reza.

Un encuentro lleno de emoción y fuerte sensibilidad, que puso este símbolo en el centro de la comunidad para recordar la tragedia continua que esta viviendo el Mediterráneo con la muerte de miles de inmigrantes desde hace años, instar a las instituciones a un cambio en la legislación de Extranjería y proponer una mentalidad de acogida e integración con todas las personas. "Esta Cruz representa la lucha por un mundo sin fronteras, donde ningún ser humano sea ilegal" dijo el Papa Francisco en tragedia de Lampedusa en octubre de 2013, cuando murieron 330 personas en un naufragio de pateras. Estas palabras fueron el eje de la vigilia en Melilla.

Esta vigilia, que congregó a cientos de personas, es el preludio de uno de los actos centrales de esta ruta de la Cruz de Lampedusa por la diócesis malagueña, una oración interconfesional en la Valla fronteriza de Melilla.

- Viernes 27 de diciembre

El recorrido de la Cruz de Lampedusa continuó el viernes por Melilla en uno de los actos centrales de su devenir por la Diócesis de Málaga. La oración interconfesional en el Dique Sur melillense, donde acaba la valla fronteriza, congregó a más de 200 personas en un acto de lo más emotivo, en el que el encuentro fue el eje vital de todos los presentes.

Con representantes de todas las confesiones de la ciudad autónoma, se realizó una oración hindú, otra musulmana y otra cristiana, con sus correspondientes traducciones y reflexiones por parte de los portavoces, creando un ambiente de discernimiento y encuentro lleno de sensibilidad y reivindicación.

Todos coincidieron en reclamar a las instituciones otro rumbo en las políticas de migraciones para evitar convertir el Mediterráneo en una fosa común, sensibilizar en los distintos ambientes para presionar a los legisladores y llenar de misericordia los corazones de todos para recordar a las víctimas y acompañar a sus familias.

Fotos de la Cruz de Lampedusa por Melilla.











La Cruz de Lampedusa en la valla fronteriza de Melilla.



26 diciembre 2019

¿Navidad? ¿Qué significa?


Queridos amigos: ¡Feliz Navidad!

Años tras años, solemos expresar nuestro deseo de la Navidad con una expresión parecida, o un "felices fiestas"...

Pero, si nos paramos a pensar en ese deseo, seguramente, no lo digamos tan rápido, o a su vez, nos lo pensaríamos varias veces antes de desearle a alguien algo.

Celebrar la Navidad, aparte de reunirse con la familia, irse de cenas, y ver a gente que hace tiempo que no ves, es algo que vas más allá de lo típicamente tradicional.

La Navidad es AMAR,
No solamente a quién me interesa, quiero o es cercano. Es amar a ese que tiene mala pinta, a uno que está tirado en la calle, a un extraño que no conocemos de nada, o inclusive a ese a quien no podemos ni ver y nos come por dentro.

La Navidad es PERDONAR,
A quién me ha podido hacer daño, a quien a pesar de los equívocos, heridas o traición, le intento dar una nueva oportunidad de rectificar, de hablar y arreglar las cosas. Porque hoy soy yo, pero mañana puede ser que me toque a mí y sentir como otra persona me tiene que perdonar. Y si lo haces, seguramente, tu herida se cierre, porque no tendrás esa espina dentro. Ni dejarás que la otra persona la tenga.

La Navidad es pedir PERDÓN,
Por las veces que en nuestro corazón sentimos que hemos hecho mal, que hemos traicionado consciente o inconscientemente a esa persona a quién valoramos y queremos. Es ser valientes a mirar a los ojos, abrir nuestro corazón y decir "perdón, me equivoqué". Y desde ahí, construir un mundo más sincero y justo.

La Navidad es DAR OPORTUNIDAD,
Si. Como lees, es tender la mano amiga a esa persona que por miles de circunstancias, nos ha podido fallar. Es trabajar día a día para que ese "edificio" después del terremoto, vuelta a estabilizarse. Es ayudar a esa persona a decirle "creo, aunque me hayas fallado".

La Navidad no es fácil.

La Navidad, es, pudiendo tener casi todo, no encerrarte en ti mismo, es salir fuera de ti, mirar al otro como un hermano.
Es sentarte en la mesa con esa persona a quién seguramente, en otro momento no lo haríamos.
Es acoger la vida del otro, poniéndome en su lugar y ayudándole. El rencor, mata.

La Navidad es un paso previo para hacer de un mundo frío, un mundo más humano, más solidario, más compresivo...

La Navidad es el examen para ponerte tu, en el lugar del otro, y, desde ahí, actuar como te gustaría que actuarán contigo. Porque, como dije antes, hoy soy yo. Pero, mañana, puedes ser tú.

Y, aunque parezca utopía, no me lo invento yo. Este mensaje lleva dos mil año, y aún, para mucho de nosotros, la Navidad no es la verdadera.

Cogemos la parte fácil de la navidad, sin contar con que eso que hacemos, es una gota de agua de ese mar infinito que es la verdadera Navidad.

¿Te apuntas a hacer la verdadera Navidad?

Acércate a un niño pequeño.
Contempla sus actos y palabras.
Mira cómo sonríe, perdona, olvida, pide perdón y actúa como si nada hubiera pasado. Porque la Navidad es para gente humilde. Porque la Navidad es para valientes.

Feliz Navidad.

Fdo. José Borja.
Esto me ha salido después de tomarme un nescuik y posteriormente un ratito de oración, y de no tener sueño. Así que..."casi na".

23 diciembre 2019

¿Qué es la Cruz de Lampedusa?



Lampedusa fue el destino del primer viaje apostólico del Papa Francisco, donde hizo presente la responsabilidad que tenemos en el drama de las muertes del Mediterráneo. Tras el naufragio del 3 de octubre de 2013, en que perdieron la vida 366 personas que recientemente dijo: «Sólo me viene la palabra vergüenza, es una vergüenza»
En ese contexto Franco Tuccio construyó una cruz con trozos de madera de las embarcaciones que habían naufragado y que Francisco recibió como regalo por la fundación Casa dello Spiritu e delle Arti, que trabaja en Milán con personas que viven en situaciones de grave dificultad social. Al bendecirla, el Pontífice encargó llevar la Cruz de Lampedusa a todas partes como símbolo, para no olvidar el drama y la realidad de los inmigrantes y les encargó: “Llevadla por todas partes”.

La Cruz de Lampedusa llega a Málaga.



23 de diciembre: Oh Emmanuel.


OH EMMANUEL,
REY Y LEGISLADOR NUESTRO,
ESPERANZA DE LAS NACIONES
Y SALVADOR DE LOS PUEBLOS.
VEN A SALVARNOS,
SEÑOR DIOS NUESTRO.

Ven a salvarnos,
Señor Dios nuestro…

Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos: «Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas». Pero Ajaz respondió: «No lo pediré ni tentaré al Señor». Isaías dijo: «Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios? Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel. (Is 7,10-14)

Emmanuel. Dios con nosotros. No es fácil escribir esta palabra: Emmanuel. Necesitamos la sabiduría de Aquella que le acoge en su seno. De aquella que fue una buena y perfecta discípula en la escucha de la Palabra. Aquella que respondió bien, porque escuchó bien. Y viene a ser, como le decimos en las letanías, la sede de la Sabiduría. Santa María tiene en su interior la letra, ha ido guardando la letra de la Palabra, a la vez que el Amado iba poniendo la melodía. Hasta que María, incapaz de guardar tanta belleza en su interior, la desborda en un canto de amor, el profundo canto de amor de Dios a su criatura.

En tiempo de Adviento, a las puertas de la Navidad, también nosotros somos invitados a acoger la Palabra que se hace carne en el hoy de nuestra historia. Vivir HOY la experiencia de Dios. Pues cuando Dios planta su tienda entre nosotros, cuando el Verbo de Dios se reviste de nuestra fragilidad humana, la eternidad de Dios penetra nuestro tiempo efímero y lo transforma en ese HOY de la experiencia permanente de la eternidad, pues como enseña el mismo Jesús: «Esta es la vida eterna, que te conozcan a Ti y a tu enviado…» (Jn 17,3)

22 diciembre 2019

22 de diciembre: Oh Rey de las naciones y deseado de los pueblos.


OH REY DE LAS NACIONES,
Y DESEADO DE LOS PUEBLOS,
PIEDRA ANGULAR DE LA IGLESIA,
QUE HACES DE LOS PUEBLOS UNO SOLO.
VEN Y SALVA AL HOMBRE
QUE FORMASTE DEL BARRO DE LA TIERRA.

Oh Rey,
Deseado de los pueblos…
ven a salvar al hombre formado del barro de la tierra…

Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: «Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz». Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. (Is 9,5-6).

«En un sermón sobre un capítulo de la Sagrada Escritura, el predicador habló de un hombre que, desde hacía ocho años, deseaba que Dios le mostrara a alguien que le enseñara el camino de la verdad. Y como tenía tan gran deseo, le llegó la voz de Dios que le decía: Dirígete a la Iglesia; allí encontrarás a un hombre que te va a enseñar el camino de la verdad.

Fue enseguida y se encontró a un hombre pobre, con los pies destrozados y embarrados, cuyos vestidos apenas valían unas monedillas. Le saludó y le dijo:
-¡Que Dios te dé un buen día!
El hombre respondió:
-Yo nunca he tenido un mal día…
Él le dijo entonces:
-¡Que Dios te dé fortuna!
Y le respondió:
-Jamás he tenido infortunio…
Pero él insistió:
-Que seas bienaventurado.
-Nunca he sido desventurado…
Él siguió diciéndole:
-¡Que Dios te dé salud! Y explícame tus respuestas, pues no puedo comprenderlo.

Y el pobre le dijo:
Tú me dices que Dios me dé un buen día; y yo te digo que nunca me ha dado un mal día. Si tengo hambre, alabo a Dios; si tengo frío, alabo a Dios; si estoy en la miseria y en el oprobio, alabo a Dios: es por lo que nunca he tenido un mal día…

Cuando has dicho que Dios me dé fortuna, te he contestado que nunca la he tenido mala, pues lo que Dios me ha dado o dispuesto para mí, sea agradable o penoso, amargo o dulce, lo he recibido de Dios como lo mejor: por eso no he sido nunca infeliz…
Me has dicho que Dios me haga bienaventurado y te he respondido que nunca he sido desventurado, porque he puesto mi voluntad en la voluntad de Dios de modo absoluto: lo que Dios quiera también lo quiero yo, y por eso nunca he sido desventurado, pues sólo he querido la voluntad de Dios…
-¡Ah, buen hombre!… Y si Dios te quisiera arrojar al infierno, ¿qué podrías decir a eso?

Entonces le dijo:
-¿Echarme al infierno? ¡Se lo rechazo!… Pero, aun así, si quisiera echarme al infierno, tengo dos brazos para presionarle. Un brazo es la verdadera humildad, que le pondría por debajo, y le rodearía con el brazo del amor…
Prefiero estar en el infierno y tener a Dios que en el reino de los cielos y no tener a Dios.» (Maestro Eckhart)

21 diciembre 2019

21 de diciembre: Oh sol naciente, resplandeciente de la Luz Eterna.


OH SOL NACIENTE,
RESPLANDOR DE LA LUZ ETERNA,
SOL DE JUSTICIA,
VEN A ILUMINAR A LOS QUE YACEN
EN TINIEBLAS Y SOMBRA DE MUERTE.

Oh Sol Naciente,
Sol de justicia, ven…

Porque nos envuelven las tinieblas, nos acosa la oscuridad. Este grito está en el corazón, en la vida de innumerables seres de esta tierra, cada día más desorientados frente a un futuro crecientemente problemático. Es el grito que nace de un corazón que tiene el deseo de la luz, que necesita la luz para caminar en la vida. Es el deseo más ardiente que reside, que quema, en el espacio interior de la humanidad. Porque, de alguna manera, el hombre sabe que en este deseo tiene el eslabón que lo une a la fuente de la luz, a Dios; porque ha aprendido de la Sagrada Escritura que la primera obra de Dios es la luz, que su primera palabra nacida del más profundo de los silencios fue esta: «Que exista la luz. Y la luz existió» (Gen 1,3). La luz trae la vida, como el sol trae la alegría de un nuevo día. Una nueva vida nace en nosotros con el Sol de justicia.

El Señor me ilumina y me salva (Sal 26,1) Feliz aquel que habla así, porque sabe de dónde procede la luz y quien es el que le ilumina. Feliz, porque ve, no la luz que muere cada atardecer, sino aquella luz que ojo no vio jamás.
El Señor dice: «Caminad mientras tenéis luz» (Jn 12,35). Se refiere a la luz que es él mismo, pues también dice: «Yo he venido al mundo como luz, para que los que ven no vean y los que no ven vean, y los ciegos reciban la luz» (Jn 9,39). El Señor, por tanto, es nuestra luz, es el sol de justicia que irradia sobre la tierra.
El hombre interior, cuando es iluminado por este sol no vacila, sigue con rectitud su camino, todo lo soporta, aguanta las adversidades, no se entristece por las cosas temporales, sino que encuentra en Dios su fuerza, humilla su corazón, es constante, y la humildad le hace paciente. Esta luz, el Hijo, manifestándose a sí mismo la da a quienes le temen… (Juan el Mediocre, Sermón 7).

Y tú, Niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados; gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, que nos traerá del cielo la visita del Sol naciente, para iluminar a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el camino de la paz. (Lc 1,76-79)

Luz de Paz de Belén: Gruta de Belén a Austria, y desde allí, a todo el mundo.



La Luz de Paz de Belén llega a Málaga...



... Pero, ¿qué es la Luz de Paz de Belén?

El proyecto es una iniciativa de Scouts y Guías de Austria que, con la colaboración de Scouts de diferentes países de Europa y otros continentes, reparten la Luz de la Paz encendida cada año por un niño o niña austriaco en la cueva del Nacimiento de Jesús en Belén.

La distribución de la Luz de la Paz a todos los países participantes se realiza desde Viena.

Allí, unas semanas antes de Navidad, se reparte la Luz a todas las delegaciones asistentes para que la hagan llegar a sus respectivos países con un mensaje de Paz, Amor y Esperanza.

Posteriormente, los Scouts y las Guías la distribuyen por parroquias, hogares particulares, hospitales, residencias de ancianos, prisiones y otras asociaciones de sus respectivos pueblos y ciudades.

En España cada año, nos preparamos para acoger en nuestra casa la Luz de la Paz de Belén con una serie de materiales que nos acercan al sentido de la Navidad.

20 diciembre 2019

20 de diciembre: Oh llave de David y cetro de la casa de Israel.


OH LLAVE DE DAVID
Y CETRO DE LA CASA DE ISRAEL,
QUE ABRES Y NADIE PUEDE CERRAR,
CIERRAS Y NADIE PUEDE ABRIR.
VEN A LIBRAR A LOS CAUTIVOS
QUE VIVEN EN TINIEBLAS Y SOMBRAS DE MUERTE.

Ven a librar
a los cautivos que viven en las tinieblas…

Pondré sobre sus hombros la llave de la casa de David: lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que él cierre, nadie lo abrirá. (…) Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres, a vender los corazones heridos, a proclamar la liberación a los cautivos y la libertad a los prisioneros, (Is 22,22; 61,1).

El cautivo eres tú, soy yo, son todas las personas que en el sendero, en la casa de este mundo, necesitamos luz para caminar hacia el horizonte de la vida: la amistad con el dueño de la casa. Los cautivos son tantos otros que difícilmente vislumbran la luz en sus cotidianos. La Llave de David quiere hacer morada en nosotros para que la Buena Noticia sea palpable en este mundo.

Estamos viviendo un nuevo Adviento durante el cual Dios viene… se hace presencia viva y amorosa entre los hombres. Él entra en nuestra «casa» y toma nuestro mismo «traje» para que podamos reconocer su amor. Él tiene las llaves para abrir y para cerrar. Es él quien tiene las llaves de la casa. La casa de tu corazón.

En la sociedad en que vivimos no faltan los estímulos que nos provocan para vivir «por fuera», para descuidar la fuente de la vida que es nuestra interioridad, el corazón, todo lo cual lleva la insatisfacción y la desorientación a nuestra existencia. Necesitamos recuperar la relación íntima con Dios, la familiaridad con él; y aquí juega, debe jugar, un importante papel la «casa», que es donde aprendemos a vivir una auténtica relación que nos hace crecer como personas libres.

¿Si hoy te sentases, envuelto en el manto de tu propia pobreza y le esperases y acogieras la limosna, el don magnífico de su Palabra, cargada de amor? Si lo haces la luz imperecedera de la Navidad inundará lo más oscuro de ti mismo. (Edilio Mosteo)

19 diciembre 2019

19 de diciembre: Oh renuevo del tronco de Jesé.



OH RENUEVO DEL TRONCO DE JESÉ,
QUE TE ALZAS COMO UN SIGNO PARA LOS PUEBLOS,
ANTE QUIEN LOS REYES ENMUDECEN
Y CUYO AUXILIO IMPLORAN LAS NACIONES.
VEN A LIBRARNOS, NO TARDES MÁS.

Oh Renuevo
que te alzas como un signo… ven…

Una rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de sus raíces (Is 11,1)

Jesé es el padre del rey David (1 Sam 16,1-13). En la tradición judía y cristiana se convierte en un símbolo. Como padre de David es la cepa de la realeza elegida por Dios y por consiguiente el antepasado del Mesías.

El tiempo del Adviento es un tiempo fuerte en el Año litúrgico, pero un tiempo discreto en el actuar divino, cuando todo está adormecido en el silencio de la naturaleza invernal y el amor de Dios se hace presencia discreta, silenciosa, en el corazón de la humanidad: el grano divino abundando en una fuerza de amor, se deja caer en la tierra árida, pero con el rumor suficiente para despertar el oído del Amigo, para la escucha en un diálogo amoroso que está llamado a culminar en la respuesta de una mutua entrega generosa.

Secretamente está germinando una nueva creación. Para ella, Dios prepara un renuevo que proviene de la raíz de Jesé. Así dice Adán de Perseigne, Padre cisterciense:

De esta raíz nacerá un fruto que probado no causara la muerte, sino que nos preparará para la vida. En contraste con el primer árbol (él árbol del Paraíso) que llevó un fruto de muerte, ahora del germen de la estirpe de David nace un renuevo que produce el fruto de una vida semejante. Este brote es la Virgen María; el fruto del brote es su parto. Este brote crece en un árbol de tal modo grande que lleva el fruto de la salvación; viene a ser la Madre del Omnipotente y proclamada Reina de los ángeles y Señora de los siglos. Este árbol se desarrolla ilimitadamente…

18 diciembre 2019

18 de diciembre: Oh Adonai.


OH ADONAI,
PASTOR DE LA CASA DE ISRAEL,
QUE TE APARECISTE A MOISÉS EN LA ZARZA ARDIENTE,
Y EN EL SINAÍ LE DISTE TU LEY.
VEN A LIBRARNOS CON EL PODER DE TU BRAZO.

Pastor de Israel,
ven a librarnos con el poder de tu brazo…

Esta antífona, en este tiempo de Adviento, nos lleva a contemplar a Moisés apacentando las ovejas en el desierto a los pies del Horeb, el monte de Dios, el cual después de pasar un cierto tiempo en esta vida de pastoreo, tuvo la revelación del Dios terrible, lejano, que al final viene a manifestarse como un Dios cercano, todo amor, preocupado por la situación de su pueblo esclavo en Egipto.

Dios le pide disponibilidad para manifestar el fuego de su amor al pueblo. A Moisés le cuesta acoger el deseo de Dios, pone excusas, rehúye el compromiso… hasta que la Palabra de Dios llega a su corazón.

La zarza sigue ardiendo… Aviva tu deseo de Dios… Que tu corazón se llene de la compasión de Dios, el fuego de su amor.

17 diciembre 2019

17 de diciembre: Oh Sabiduría.



OH SABIDURÍA,
QUE BROTA DE LA BOCA DEL ALTÍSIMO,
Y QUE DISPONE TODAS LAS COSAS CON SUAVIDAD Y FORTALEZA.
VEN Y MUÉSTRANOS EL SENDERO DE LA PRUDENCIA.

Oh Sabiduría,
Ven… y muéstranos el camino…

Dios viene, está siempre viniendo y llama a tu puerta. Es preciso escucharlo. Escucha sus pasos, escucha su llamada. Como María. En Santa María tienes, tenemos todos, un modelo de escucha, una escucha que acoge y que guarda en el corazón el tesoro de la Palabra. Solamente escuchando podemos alcanzar la Sabiduría que necesitamos para caminar iluminados por aquella luz que nos proporciona la paz, la seguridad… Escucha, acostúmbrate a escuchar en esta sociedad que desborda y que agota con cantidad de palabras. Escucha para que tu palabra nazca siempre de un equilibrio con el silencio.

Hoy celebramos la onomástica de San Juan de Mata.



El 17 de diciembre de 1213 Juan de Mata murió en Roma, en la casa de Santo Tomás in Formis, en cuya fachada había mandado colocar tres años antes un gran mosaico representando la visión de su primera Misa. Unos quinientos años después, por avatares de la historia, sus reliquias viajaron a Madrid y en 1969 se depositaron en la iglesia de los trinitarios en Salamanca, donde aún se encuentran actualmente.

10 diciembre 2019

Hoy celebramos por vez primera la fiesta de la Beata María Emilia Riquelme y Zayas.



María Emilia Riquelme y Zayas nace el día 5 de agosto de 1847 en Granada (España). Hija de don Joaquín Riquelme y Gómez, capitán general del Ejército español y de doña Emilia Zayas Fernández de Córdoba y de la Vega, descendiente del gran capitán.

Desde su primera infancia mostró una clara inteligencia y hondura espiritual en la vivencia de la fe cristiana que se compartía en su hogar familiar.

A los 7 años María Emilia quedó huérfana de madre. Su orfandad se ilumina con una inefable experiencia en su alma: Siente la presencia de la Virgen María con Jesús en los brazos. María Emilia hizo promesa de fidelidad a Jesús y a María, que fue ratificada en su adolescencia con una nueva presencia de María Inmaculada.
JOVEN EJEMPLAR

La Cruz se abrió paso a la luz de un alma limpia. Exteriormente nada especial, pero sus contemporáneos atestiguan que «era muy buena y obediente y constantemente se sacrificaba mucho, como una santa». La enfermedad y muerte de su hermano Joaquín a la edad de 17 años, deja al General y a María Emilia sumidos en inmenso dolor.

Acompaña al General en sus destinos militares en Tenerife, Sevilla, La Coruña, Madrid y Lisboa. El padre se ocupó de su formación integral facilitando para ella colegios y profesorado y por encima de todo comparten padre e hija la fe en Dios y en la Virgen María, espíritu que moviliza a María Emilia en el apostolado con los pobres y necesitados. «Los pobres son mis amigos», decía.
FIEL AL QUERER DE DIOS

María Emilia siente desde su infancia el deseo de entregarse totalmente a Dios. Su centro y fuerza es Jesús en el Santísimo Sacramento, de tal manera que solicita y el Obispado le concede tener, en su oratorio privado, al Santísimo Sacramento.

Dirá: «La Eucaristía es el paraíso de la tierra. La adoración mi hora de cielo, mi recreo y descanso espiritual».

Expone a su padre el deseo de ser religiosa y éste no quiere quedarse sin su única hija. María Emilia ofrece a Dios y espera con paz se haga su voluntad divina. Cuida con filial amor a su padre hasta que fallece cristianamente en Sevilla. Esta nueva pérdida, agiganta en ella la fe en Dios. Hereda los bienes paternos. ¿Qué hace? Obras de caridad y apostolado. Y sigue buscando lo que Dios quiere de su vida.

«Acepta la Cruz que Dios te envía, no busques otra, esa es de oro para ti», escribía y, a los pocos años de la fundación le sobrevienen toda clase de pruebas, muertes inesperadas de religiosas muy queridas y difamaciones que pretenden hundir la obra de Dios. María Emilia vence heroicamente con el arma de la oración. Ella misma nos dice: «Pude seguir el impulso divino que me apremiaba, perdiendo mi pobre nada en Dios, que fue siempre mi todo».
FUNDADORA

María Emilia, movida por el Espíritu Santo, se siente llamada a fundar la Congregación de Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada, que adore al Señor día y noche y trabaje en el campo de la educación y en misiones.

La Congregación fue avalada primero por el Obispo diocesano de Granada en 1896 y definitivamente aprobada por el Papa San Pío X en Roma, en el año 1912.

Mujer contemplativa y apostólica. Como fundadora, escribe las líneas fundamentales de la Congregación: «Se dedicarán a la Adoración perpetua del Santísimo Sacramento, a la educación de la niñez y juventud, y a las misiones en países necesitados». Su lema: Entrega voluntaria y alegre por la gloria de Dios y el bien de los hermanos. Y su sello exterior la sencillez y la humildad.

Después de una vida totalmente entregada al servicio de Dios y al amor al prójimo, María Emilia entrega su alma a Dios en la Casa Madre de Granada, el 10 de diciembre de 1940. La noticia de su santa muerte se difundió por toda la ciudad. Gentes de toda clase vinieron para enaltecer a esta hija humilde y esclarecida.
Beatificación

El 9 de noviembre, en la S. I. B. Catedral de la ciudad de Granada (España) era Beatificada, por el prefecto del dicasterio de la causa de los santos en Roma, el cardenal Giovanni Becciu.

Nos recordó que lo que llama la atención de la nueva Beata es su pasión por la eucaristía, vivida personalmente con constancia y transmitida a sus hermanas; su gran amor por Jesús Eucaristía y por la santísima Virgen que le impulsa a tener un espíritu misionero y fundar una nueva congregación para amar a Dios y amar al prójimo con espíritu humilde.

08 diciembre 2019

Dogma de la Inmaculada Concepción.


La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que, por una gracia especial de Dios, Ella fue preservada de todo pecado desde su concepción.

En el año 2024 se celebrará el 170 aniversario de la Proclamación del Dogma de que María fue concebida sin pecado original, sin mancha. El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus.

"...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de todo mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelado por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles ... " Pío IX, bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de (1854)

La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana. María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir, María es la "llena de gracia" desde su concepción. Cuando hablamos de la Inmaculada Concepción no se trata de la concepción de Jesús, quien, claro está, también fue concebido sin pecado.

"Dios inefable, (...) habiendo provisto desde toda la eternidad la ruina lamentabilísima de todo el género humano que había de derivarse de la culpa de Adán, y habiendo determinado, en el misterio escondido desde todos los siglos, culminar la primera obra de su bondad por
medio de la encarnación del Verbo (...), eligió y señaló desde el principio y antes de todos los siglos a su unigénito Hijo, una Madre, para que, hecho carne de Ella, naciese en la feliz plenitud de los tiempos; y tanto la amó por encima de todas las criaturas, que solamente en Ella se complació con señaladísima benevolencia

Como nos indican las anteriores palabras de Pío IX, la concepción inmaculada de la Virgen María es un maravilloso misterio de amor. La Iglesia lo fue descubriendo poco a poco, al andar de los tiempos. Hubieron de transcurrir siglos hasta que fuera definido como dogma de fe.

Dirijamos, pues, nuestra mirada en este tiempo de Adviento a María, que preparó a conciencia el primer y verdadero adviento. Nadie como Ella supo interpretar los signos de los tiempos, sintiendo que el Señor estaba cerca, Ella oró como nadie con el Salmo 24:
"Descúbrenos, Señor, tus caminos, guíanos con la verdad de tu doctrina. Tú eres nuestro Dios y salvador y tenemos en ti nuestra esperanza"

Y cuando le fue propuesta la maternidad, nada menos que del mismísimo Hijo de Dios, no quiso decir que no. Su vida fue un "sí "rotundo a los planes de Dios.

Siendo Ella, con su sí, quien propició que el Dios lejano se hiciera nuestro, y a partir de la encarnación de su Hijo, Dios tuviera otro título que antes no tenía: Emmanuel", el Dios con nosotros, el Salvador, el que puso su tienda entre nosotros.

Parece que de María tendríamos que explayarnos hasta la última semana de Adviento, pero quién mejor que Ella para abrir y disponer los corazones para que esta Navidad no tenga las características de ser sólo una fiesta más, o mejor la fiesta de las fiestas, donde hay de todo, pero donde se siente muchas veces un vacío, no tanto por las cosas de las que no se pudo disponer para la fiesta y el festejo, sino precisamente por no haber dispuesto el corazón, para hacer ahí el Adviento, la llegada, la recepción y la acogida para el recién nacido.

Navidad será entonces un festejo anticipado de la Pascua del Señor. Sin su encarnación, no hubiera sido posible ni la entrega, ni la redención, ni la cruz; pero tampoco la Resurrección y la vuelta de los hijos de Dios a la casa, al Reino, a los brazos amorosos del buen Padre Dios. La Navidad nos hermanará en torno al Divino Niño, nos hará compadecernos y enternecernos a la vista de quien se convierte en la presencia más cercana del Dios de los Cielos, y de la tierra.

María es un signo anticipado: de limpieza, de belleza, de santidad, de perfección, de plenitud, de vida nueva, de victoria pascual. Es un anticipo del ideal humano, del proyecto que Dios había soñado para el hombre. Un modelo, por lo tanto, para cada persona humana, para cada creyente, para la Iglesia, para la humanidad. Lo que tanto soñamos y deseamos es posible, en María se ha realizado ya.

Alegre aurora. Cuando aparecen las primeras luces del día, cuando amanece o mañanea, admiramos los tonos de color que vencen la oscuridad nocturna, Y nos alegramos. La luz, además de ofrecernos claridad, nos llena de alegría. Así es la Virgen Inmaculada, suave luz que anuncia victoria sobre el pecado y la muerte, señal segura de que se acerca el día, buena noticia para todos los hijos de la noche, causa de nuestra alegría.

Alegría verdadera, porque nos garantiza salvación y victoria. Después de tantos fracasos, después de tantas derrotas, por fin podemos levantar cabeza. El poder de las tinieblas ha sido superado. En la madre aparece un punto de luz primero, como una flor, pero la luz va creciendo hasta el encanto. Es un regalo, no sólo para los ojos, sino para toda el alma.
Pero la aurora es un anuncio solamente, ella no tiene identidad propia, es una adelantada de otra realidad original, que es el sol. La aurora no es el día, sino que lo anuncia, lo prepara. Sus luces y colores no son propios, sino del sol. La aurora es algo relativo, sin el sol nada sería. Así es María con relación a Cristo, nuestro día y nuestro sol.

Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.



26 noviembre 2019

Videos. Concierto Vanesa Martín en Granada. 23 de noviembre.







Algunas fotos del concierto de Vanesa Martín en Granada el pasado sábado día 23 de noviembre.










Y escribo especialmente en esta foto, porque creo que una imagen vale más que mil palabras. Porque esas risas y complicidad, que no solamente me doy cuenta yo, sino todos los que estaban allí, fue un gran momentazo y una gran sorpresa.
Gracias por todo, por tanto y por más que aún queda por venir.
Gracias Vanesa y seguimos sumando momentos. Gracias, gracias y gracias.

15 noviembre 2019

Aniversario del martirio del Beato Malacitano Juan Duarte Martín.



El Beato Juan Duarte Martín nació en Yunquera (Málaga) el 17 de marzo de 1912 y fue bautizado el día 25. Sus padres se llamaban Juan y Dolores.

En 1924 entró en el seminario diocesano de Málaga. Pasaba las vacaciones con sus padres, ayudando en las labores del campo y en la catequesis. Fue ordenado de diácono el 6 de marzo de 1936.

La persecución religiosa de julio de 1936 le sorprendió de vacaciones en casa de sus padres. Estuvo escondido, en una especie de semisótano del piso de entrada, hasta que una vecina lo delató. Unos milicianos lo secuestraron y lo llevaron a la cárcel de Álora, donde fue torturado con corrientes eléctricas, clavándole agujas en el cuerpo. Le quisieron hacer blasfemar y renegar de la fe, pero no cedió ante los tormentos. Cuando le proponían que dijera ¡Viva el Comunismo! él gritaba ¡Viva Cristo Rey!. 

Fue martirizado en el Arroyo Bujía (Álora – Málaga) el 15 de noviembre de 1936. Tenía 24 años de edad. Le rociaron con gasolina, y le prendieron fuego. Durante varios días continuaron disparando al cadáver, que permaneció insepulto hasta que fue enterrado en el mismo arroyo. El día 3 de mayo de 1937 sus restos fueron trasladados al cementerio de Yunquera. Tenía las piernas partidas y estaba destrozado.

12 noviembre 2019

Palabras del Papa Francisco 10/11/2019 sobre la nueva Beata María Emilia Riquelme y Zayas.



“La nueva Beata fue ejemplar en el fervor de la adoración Eucarística, y generosa en el servicio a los más necesitados”.

Homilía del cardenal prefecto Giovanni Angelo Becciu en la Beatificación de Madre María Emilia Riquelme y Zayas.


Queridos hermanos y hermanas:

Con estas palabras que hemos escuchado en la segunda lectura, San Pablo recuerda a los hermanos de la comunidad de Corinto que son algo sagrado para el Señor, consagrados por el poder del Espíritu. Y después de hablar de sí mismo como un arquitecto que ha edificado la comunidad con sólidos cimientos, el Apóstol ofrece un criterio con el que medir la vida cristiana; un parámetro para verificar cuánto ha crecido la Gracia que en el Bautismo se sembró en nosotros: ¡el ser templo del Espíritu de Dios! La conciencia de ser "templo espiritual" de la presencia de Dios no puede dejarnos indiferentes, ella nos estimula a dar frutos de buenas obras, cumpliendo así nuestros compromisos bautismales.

Esta conciencia ha marcado toda la existencia de una hija de esta tierra, la Beata María Emilia Riquelme y Zayas, fundadora de las Misioneras del Santísimo Sacramento y de María Inmaculada. Hoy recibe el reconocimiento de sus virtudes y de su santidad de vida, porque en ella veneramos a una cristiana ejemplar, un alma de Dios, separada de todo lo mundano. Nos encontramos frente a una mujer de gran fervor religioso, cuya existencia se centró en el Señor, a quien ella reservó el primer lugar. Todo esto fue posible gracias a su fe profunda y viva en el misterio de Dios, que fue la luz que la iluminó hasta el final.

Era una fe manifestada concretamente en la total obediencia al Padre y en el carisma de oración y meditación: «La oración era su alimento» (Summ., p. 59, § 166), asegura una testigo. Aunque estuviera inmersa en tantas ocupaciones como fundadora, estas no le impidieron cultivar una intensa vida interior y alimentar constantemente un amor sin límites por el Señor. A este respecto, le encantaba repetir: «Dios es toda mi vida» (Summ., 20). Su extraordinario amor por Dios lo manifestó sobre todo en la Eucaristía; donde quiera que fuera, buscaba en primer lugar las iglesias donde tenía lugar la adoración eucarística. «La Eucaristía es el paraíso de la tierra. La adoración mi hora de cielo, mi recreo y descanso espiritual», confió a sus hermanas. Ya enferma y de edad avanzada, siempre encontró la fuerza para llegar a la iglesia más cercana para asistir a la Santa Misa y recibir la Eucaristía. Esto, después de todo, siempre fue el momento más importante de su jornada; aquí encontraba la fuerza para seguir viviendo, para esperar y para trabajar; aquí encontraba ella los únicos y verdaderos consuelos espirituales.

De la nueva Beata llama la atención sobre todo la "pasión" eucarística, vivida personalmente con constancia y transmitida a sus hermanas. Su vida se presenta como un camino gradual de profundización y de maduración, guiado por la perspectiva eucarística como fuente de una caridad con una clara proyección eclesial y misionera. Nos encontramos frente a una religiosa mística y, al mismo tiempo, de gran espíritu apostólico, que vivió en la contemplación continua de Cristo, su esposo, y en la oración incesante por la salvación de las almas. De este gran amor por Jesús Eucaristía y por la Santísima Virgen brotaba ese espíritu misionero que la llevó a fundar las Misioneras del Santísimo Sacramento y de María Inmaculada para la adoración perpetua y el apostolado comprometido en favor de la educación de la juventud. Y así, Granada se convirtió en el corazón de la misión de un grupo de mujeres intrépidas que adoraban al Santísimo Sacramento día y noche para pedir la gracia de poder educar a las niñas más pobres y poder ir por el mundo para anunciar el Evangelio.

La experiencia de la madre María Emilia recuerda la actitud de dos mujeres del Evangelio, Marta y María, que se acercan a Jesús de una manera diversa pero complementaria (cfr. Lc 10, 38-42). Marta es el modelo de la gozosa acogida y de la acción generosa, preocupada por preparar todo bien, eliminando lo que impediría alegrarnos por la visita de Jesús, el salvador de nuestras almas. María, en cambio, es la imagen del "estar a los pies" de Jesús, para escuchar su palabra y contemplarlo mientras nos revela el significado más profundo de la realidad. Nuestra Beata supo conjugar admirablemente estas dos actitudes, atribuyéndoles el justo valor. Nos muestra un programa de vida cristiana, que será fructífero si sabemos vivir inseparablemente el servicio acogedor a los demás y la escucha orante de las palabras del divino Maestro.

Esta figura de religiosa brilla también como una mujer evangélicamente fuerte, que ha respondido con valentía y con una mirada profética a las urgencias de momentos históricamente difíciles y complejos, para difundir con generosidad la semilla evangélica. En el contexto histórico de la España entre el Ochocientos y el Novecientos, la madre María Emilia supo cómo afrontar todo con plena disponibilidad al proyecto de Dios para ella, sacando constantemente fuerza y luz del encuentro íntimo con la persona de Cristo. Así, el amor divino que obtenía de la oración lo transmitía a los demás a manos llenas, como medicina que sana las heridas del cuerpo y del espíritu. Su testimonio puede ser un estímulo y un aliento precioso para la Iglesia, llamada también hoy a responder a la necesidad de esperanza que caracteriza nuestro mundo, encerrado en sí mismo y desprovisto de ideales apasionantes.

El profundo amor por el Señor se reflejaba en su amor por el prójimo, especialmente por el pobre, el enfermo y el abandonado. Nunca descuidó el ejercicio constante de la caridad hacia los necesitados y la ofrenda del sacrificio y de la oración por la salvación de las almas. De hecho, su caridad evangélica se extendió a todo tipo de necesitados en el cuerpo y en el espíritu, hacia cualquier expresión de indigencia. La virtud de la caridad hacia Dios y hacia el prójimo también sabía inculcarla constantemente en los demás, especialmente en sus hermanas, con el ejemplo vivo, con la palabra, con sus cartas. Respecto a sus hermanas, ella era una madre solícita y vigilante, preocupada por su formación humana y espiritual.

Uno de los rasgos característicos de su espiritualidad era la humildad. No presumía de su ascendencia aristocrática ni de sus dotes humanas, por el contrario, siempre se consideraba la última, la más pequeña de todos, la más pecadora ante Dios. No solo hablaba de sí misma de una manera humilde, sino que también aceptaba con la misma actitud las humillaciones que muchas veces le infligieron otras personas, especialmente cuando comenzó el proceso de fundación del Instituto. Su humildad siempre estuvo acompañada de dulzura y amabilidad, pero también de energía en la defensa de los derechos de sus hijas ante ciertas intrusiones injustas en la vida de la Congregación.

Esta actitud estaba determinada por el profundo sentido de justicia de la Madre María Emilia, que se manifestaba tanto en el respeto que tenía por los derechos de los demás, como en la forma de gobernar el Instituto que fundó. Amaba la verdad y siempre luchó por ella. Era una persona de carácter decisivo, como dicen los testigos. Ante las dificultades, las incomprensiones y las hostilidades, la esperanza era su único apoyo que la orientaba cada vez más hacia Dios y la mantenía en una habitual tranquilidad de espíritu. Le gustaba decir: «Acepta la Cruz que Dios te envía, no busques otra, esa es de oro para ti». A los pocos años de la fundación tuvo que afrontar todo tipo de pruebas, muertes inesperadas de queridas monjas y, sobre todo, difamaciones indescriptibles que pretendían hundir la Obra de Dios. A los insultos y a las vergonzosas acusaciones, María Emilia no respondió con palabras, sino que se refugió en la oración, porque en ella: «Pude seguir el impulso divino que me apremiaba, perdiendo mi pobre nada en Dios, que fue siempre mi todo». ¡Qué lección para todos nosotros!

Con la beatificación de la Madre María Emilia Riquelme y Zayas, la Iglesia propone hoy a la imitación de los creyentes el ejemplo de una mujer evangélica que recuerda los valores esenciales del ser cristianos y consagrados: el amor tenaz y exclusivo por Cristo y por su Evangelio, la opción preferencial por los más pobres de la tierra, la oración como fecunda raíz oculta de nuestro trabajo, el optimismo de la esperanza, el sentido de la justicia, la alegría y la confianza que siempre deberían acompañar nuestro testimonio cristiano.

Que la intercesión de la nueva Beata nos ayuda a vivir de esta manera nuestra presencia en el mundo; apoye especialmente la misión de esta Iglesia diocesana de Granada y el apostolado de las Misioneras del Santísimo Sacramento y de María Inmaculada.

Beata María Emilia, ¡ruega por nosotros!