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31 diciembre 2013

Pequeño resumen del año 2013.


Mi resumen del año, comienza con una foto de unas manos y una Cruz Trinitaria. ¿Por qué?
Porque esa Cruz y esos colores, como ya he dicho en varias ocasiones, tienen un estilo y un modelo de vida...
2013, si tengo que resaltar algún acontecimiento es mi entrada a la Orden. Mi vida, ha cambiado.
Compañeros nuevos, familia nueva, amig@s nuev@s, ciudad nueva... Todo nuevo... Empezaba con algo de miedo, pero con mucha ilusión.
El dejar mi Parroquia, mi vida, mis amig@s y mucha gente me costó. Pero el Señor, te da el ciento por uno. Os lo aseguro.
También este año, me he dado cuenta, quién de verdad merece la pena. Quien está a pesar de los KM al lado mía. Día a día.
Y el darte cuenta, tiene un peligro... Que veas quién de verdad está a tu lado.... Y por consiguiente, ves, que la mayoría te trataban porque no les quedaba más remedio...

Pero bueno, vuelvo al principio....
Agradecer a Dios Trinidad este año 2013, la oportunidad de poder entrar en la Orden, por mis hermanos de comunidad, por mi día a día, mi felicidad (porque me hacen ser feliz) y por las tristezas (porque me hacen ser fuerte), por mis amigos y amigas que están en todos los momentos y en mi día a día y no podía olvidarme de este super encuentro de hace unos días que ha sido el mejor broche para cerrar este año.

Gracias Señor por todas las personas que tengo en mi vida, por la que este año han estado y ya no las tengo a mi lado (por diferentes motivos...) y por la que vengan en un futuro.
Pero, a las que tengo como personas importantes y son esenciales en mi vida, protégelas para que nada ni nadie las haga separarse de mi.
Pero, que no se haga mi voluntad, si no, la tuya.

Y si Dios quiere, dentro de pocas horas, comienza el 2014... Que por lo que tengo entendido, va a ser muy muy bueno. Y seguiremos con cambios... Pero eso, se lo dejo al Señor, para que EL empiece a escribir despacio en mi libro de la vida...

29 diciembre 2013

Evangelio. Solemnidad de la Sagrada Familia.


+ Según San Mateo 2, 13-15.19-23

Después que se fueron los Magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle. Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Muerto Herodes, el Angel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño. El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: Será llamado Nazareno.




Reflexión



Hoy contemplamos el misterio de la Sagrada Familia. El Hijo de Dios inicia su andadura entre los hombres en el seno de una familia. Es el designio del Padre. La familia será siempre el hábitat humano insustituible. Jesús tiene un padre legal que le “lleva” y una Madre que no se separa de Él. Dios se sirvió en todo momento de san José, hombre justo, esposo fiel y padre responsable para defender a la Familia de Nazaret: «El Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto’» (Mt 2,13).

28 diciembre 2013

Villancico: Y ya está aquí.


Dos personas en la noche caminan, han llegado lentamente hasta Belén y han encontrado un lugar de acogida, en un portal con una mula y un buey, es el momento Virgen María, a su lado hoy estará José, en el portal nace el Mesías, esta noche Dios es un bebé.

Y ya está aquí, llegao del cielo en una cuna de paja y helechos, un rey sin bandera y un reino nuevo, pobre de moneda, un rey nada menos.

Su reino es eterno como lo es su fuego, llegó del cielo y ya está aquí un reino nuevo, 

los ángeles cantan con alegría, los pastores van acercándose al Belén, a ver al niño de María, al niño Dios vienen a ver.

Que vale que lo escriban, que lo lloren, que le digan que dio su vida por borrar el pecado del mundo, que entre ladrones fue crucificado.

Y ya está aquí, llegao del cielo en una cuna de paja y helechos, un rey sin bandera y un reino nuevo, pobre de moneda, un rey nada menos, su reino es eterno como lo es su fuego, llegó del cielo oh oh y ya está aquí, un reino nuevo.

Que vale que lo escriban, que lo lloren, que le digan que dio su vida por borrar el pecado del mundo, que entre ladrones fue crucificado.

Y ya está aquí, llegao del cielo en una cuna de paja y helechos, un rey sin bandera y un reino nuevo, pobre de moneda, un rey nada menos.


25 diciembre 2013

Felicitación de Navidad.




La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
(La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba..)





Feliz y santa navidad. 
Que el Dios Trinidad que se hace humilde y sencillo como un niño, sea luz para nuestra vida.
A pesar de la tiniebla, el pecado, el dolor... Jesús, sigue viniendo cada día a nuestro encuentro.
Preparemos nuestro corazón y nuestra vida para recibirlo.


Un abrazo en Cristo,
Jose Borja. 

Evangelio. Natividad del Señor.


+ Según San Juan 1, 18-24.

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.
Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.




Reflexión

Hoy resplandece una luz para nosotros: ¡nos ha nacido el Señor! Del mismo modo que el sol sale cada mañana para iluminar y dar vida a nuestro mundo, esta misa de la aurora, celebrada todavía con cierta oscuridad, evoca la figura del pequeño Infante nacido en Belén como el sol naciente, que viene para iluminar a toda la familia humana.
Fue designio de Dios que acudieran pastores a adorar al Niño Jesús. Todos somos pastores. Todos hemos de ser pobres y humildes, los últimos... Contemplando el pesebre de nuestra casa, con sus pastores de plástico o de cerámica, vemos una imagen de la Iglesia, que el profeta en la primera lectura describe como una “ciudad-no-abandonada” y como la-que-tiene-un-enamorado. En esta Navidad hagamos el propósito de amar más a nuestra Iglesia... que no es nuestra, sino de Él, y nosotros la recibimos y entramos a participar en ella como indignos siervos, y la recibimos como un don, como un regalo inmerecido. De ahí que nuestro estallido de alegría en esta Navidad ha de ser una profunda y sincera acción de gracias.

22 diciembre 2013

Evangelio. Domingo IV de Adviento.


+ Según San Mateo 1, 18-24.

La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: Dios con nosotros. Despertado José del sueño, hizo como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer.



Reflexión.
(Tomada de la página web de la Diócesis de Cartagena. De su Obispo: José Manuel Lorca Planes)

En la cuarta semana de Adviento se nos prepara para reconocer la presencia de Dios en medio de nosotros, Dios está adelantado los acontecimientos y motivando a su pueblo para que nos preparemos bien para las fiestas de la Navidad. El Señor tiene interés en que sepamos acertar en la decisión, por eso se adelanta y da las señales, como ha hecho siempre: la Virgen está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Dios con nosotros. Que este año, nadie pase de largo sobre este acontecimiento tan grande y nos dediquemos a mirar para otro lado y que la flojera espiritual nos paralice. Me duele mucho pensar en las palabras de Jesús: “Cuando el Hijo del Hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?” (Lc 18,8). El Papa Francisco, en la Exhortación sobre “La alegría del Evangelio”, denuncia la tentación de la acedía paralizante y nos advierte contra las actividades mal vividas, sin motivaciones y sin una espiritualidad que impregne la acción y la haga deseable, llegando a desgastar la fe y a convertirla en mezquindad.

Debemos despertar de nuestras rutinas y cansancios, ponernos en camino, remar mar adentro, tal como nos pide el Señor, para anunciar el Evangelio, que el mundo tiene hambre de Dios, aunque lo niegue, el mundo necesita a Dios para ser más humano y reconocer a su Creador. Esta es una aventura para valientes y nos costará sacrificios, esfuerzos, persecuciones…, pero no hay que temer, que por delante va el Señor y nos da la fuerza de su Espíritu Santo. A nadie le es lícito permanecer ocioso, con los brazos cruzados, será necesario participar en la tarea evangelizadora y llevar la Luz de Cristo, aunque sabemos que a las tinieblas no les gusta la luz, pero nosotros no podemos renunciar a nuestra condición de testigos de la Luz, porque sabemos que quien salvará a su pueblo es Jesús, Luz y Vida.

Nos debemos preparar bien, con determinación, y esperar al Señor en estos días, deseando el encuentro con Él, salir a su encuentro, porque viene el Rey de la Gloria. Al Señor hay que esperarle con manos inocentes y puro corazón, por eso conviene participar en estos días de la celebración del Sacramento de la Penitencia y alcanzar su misericordia y su perdón, vaciando nuestro interior de todo lo superfluo y vano, hacerle sitio habiendo apostado por sanar las heridas de nuestras relaciones con los otros, de construir puentes y estrechar lazos para aprender a ayudarnos a llevar las cargas.

Que el ejemplo de la Santísima Virgen María nos ayude a tomar la decisión de abrirle al Señor a penas venga y llame, o mejor, salgamos a su encuentro pacificando nuestro interior. Recordemos que la Virgen vivió con gozo el primer Adviento verdadero de la historia. Dios os bendiga.

17 diciembre 2013

CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO AL MINISTRO GENERAL DE LA ORDEN DE LOS TRINITARIOS CON OCASIÓN DEL VIII CENTENARIO DE LA MUERTE DE SU FUNDADOR.

Querido Hermano:
En este año en el que la Orden de Santa Trinidad y de los Cautivos, y todos los que se unen a ella con lazos espirituales, recuerdan el octavo centenario de la muerte de su Santo Fundador, Juan de Mata, y los cuatrocientos años del feliz tránsito de san Juan Bautista de la Concepción, Reformador de la misma Orden, quiero unirme a ustedes en su acción de gracias a Dios Trinidad por estas figuras señeras para la Iglesia, haciéndoles llegar este sencillo mensaje de aliento y cercanía espiritual, con el deseo de que les sirva de estímulo y compañía para avanzar con entusiasmo y decisión por el camino espiritual que ellos trazaron para gloria del que es tres veces Santo y bien de los que pasan por pruebas diversas.
El antiguo lema: Hic est Ordo adprobatus, non a sanctis fabricatus, sed a solo summo Deo (San Juan Bautista de la Concepción, Obras III, 45) que los religiosos trinitarios proclaman desde siempre, parte de la conciencia profundamente arraigada en ustedes de que este carisma es un don de Dios, acogido por la Iglesia desde su inicio por medio de la aprobación pontificia. Dios nos ha primereado, nos ha ganado la mano, eligiendo a estos siervos suyos para manifestar en ellos sus misericordias. Ellos supieron aceptar el reto, en docilidad a la Iglesia que discierne los carismas. Así, si hoy celebramos los dies natales de su Fundador y Reformador, lo hacemos precisamente porque fueron capaces de negarse a sí mismos, tomar con sencillez y docilidad la cruz de Cristo y ponerse por entero, sin condiciones, en manos de Dios, para que Él construyera su Obra.
Todos estamos llamados a experimentar la alegría que brota del encuentro con Jesús, para vencer nuestro egoísmo, salir de nuestra propia comodidad y atrevernos a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio (cf.Evangelii gaudium, 20). Esto fue lo que hicieron con su vida y coraje apostólico san Juan de Mata y san Juan Bautista de la Concepción. Ellos, que llevaban unas existencias religiosas, respetables, aunque tal vez un tanto acomodadas y seguras, recibieron de Dios una llamada, que los volvió del revés y los empujó a gastarse y desgastarse en favor de los más necesitados, de los que más padecían por proclamar su fe en el Evangelio, de aquellos a los que se les quería robar esa alegría. A través de los siglos, en perfecta sintonía con ese espíritu fundacional, la Casa de la Santa Trinidad ha sido casa del pobre y postergado, un lugar donde se curan las heridas del cuerpo y del alma, y esto con la oración, que como bien decía su Santo Reformador es mejor medicina que muchos remedios, y también con la entrega incondicional y con el servicio desinteresado y amoroso. El trabajo, el esfuerzo y la gratuidad están condensados en la Regla de san Juan de Mata con las palabras Ministro y sine proprio (Regla Trinitaria, n. 1). En efecto, los Trinitarios tienen claro, y de ello debemos aprender todos, que en la Iglesia toda responsabilidad o autoridad debe ser vivida como servicio. De ahí que nuestra acción ha de estar despojada de cualquier deseo de lucro o promoción personal y tiene que buscar siempre poner en común todos los talentos recibidos de Dios, para dirigirlos, como buenos administradores, al fin para el que se nos han concedido; esto es, para aliviar a los más desfavorecidos. Ése es el interés de Cristo, y por ello las casas de vuestra Familia tienen la «puerta siempre abierta» para la acogida fraterna (Directorio primitivo de las Hermanas Trinitarias 2, cf. Evangelii gaudium, 46).
Ahora, al unirme a vuestro canto de alabanza a la Santísima Trinidad por estos grandes santos, quiero rogarles que, siguiendo su ejemplo, no dejen nunca de imitar a Cristo y, con la fuerza de su Espíritu, entréguense con humildad a servir al pobre y al cautivo. Hoy hay muchos. Los vemos cada día y no podemos pasar de largo, contentándonos con una buena palabra. Cristo no fue así. Es condición de vida adquirir los sentimientos que tenía Cristo, a fin de ver su rostro en el que sufre y darle el consuelo y la luz que brota de su Corazón traspasado. Atrévanse también ustedes aprimerear (cf. Evangelii gaudium, 24), tal y como se lo proponía san Juan Bautista de la Concepción a sus frailes con la simpática imagen de un juego de cartas, tratando de hacerles entender que es en este envite por el pobre que ganamos la vida auténtica y dichosa. Para el Santo, es ése el desafío que Dios nos hace: sus pobres, y si perdemos esta mano, nos dice, estamos totalmente perdidos (Obras III, 79). No busquen, por tanto, para sus obras e iniciativas apostólicas otro fundamento que no sea «la raíz de la caridad» y «el interés de Cristo», que mi Predecesor, Inocencio III, consideró como los quicios esenciales de este modo nuevo de vida que aprobaba con su autoridad apostólica (Operante divinae dispositionis clementia, Bula 17.12.1198).
Al despedirme de ustedes, mientras imparto la Bendición Apostólica sobre todos los miembros de la Orden y de la entera Familia Trinitaria, les ruego que, como es inmemorial tradición entre ustedes, no dejen de rezar por el Papa. Sé que esta intención es constante junto a la de los pobres, y que ustedes las presentan al Señor todas las noches. Me agrada mucho pensar que ustedes, en la oración, ponen al Obispo de Roma junto a los más pobres, pues esto me recuerda que yo no puedo olvidarme de ellos, como no se olvidó de ellos Jesús, que sintió en lo más hondo de su Corazón que fue enviado a darles una buena noticia y que, con su pobreza, nos enriqueció a todos (cf. Lc 4,18; 2Cor 8,9). Que Él los bendiga y la Virgen Santa los cuide.
Fraternalmente,
Francisco PP.

Vaticano, 17 de diciembre, solemnidad de san Juan de Mata, del año 2013, primero de mi Pontificado.


Hoy martes 17 de diciembre la Orden Trinitaria y de los Cautivos está de doble fiesta. 800 años del nacimiento de nuestro fundador a la Casa de Dios Trinidad y 815 que se aprobó la regla Trinitaria por el Papa Inocencio III




15 diciembre 2013

Evangelio. Domingo III de Adviento.


Lectura de Santiago 5, 7-10.

Tened, pues, paciencia, hermanos, hasta la Venida del Señor. Mirad: el labrador espera el fruto precioso de la tierra aguardándolo con paciencia hasta recibir las lluvias tempranas y tardías. Tened también vosotros paciencia; fortaleced vuestros corazones porque la Venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros para no ser juzgados; mirad que el Juez está ya a las puertas. Tomad, hermanos, como modelo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.



+ Según San Lucas 11, 2-11.


En aquel tiempo, Juan, que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a sus discípulos a decirle: ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?. Jesús les respondió: Id y contad a Juan lo que oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!. Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en los palacios de los reyes. Entonces, ¿a qué salisteis? ¿A ver un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. Éste es de quien está escrito: He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará por delante tu camino. En verdad os digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.





Reflexión.
(Tomada de la página web de la Diócesis de Cartagena. De su Obispo: José Manuel Lorca Planes)

Este es el grito del hombre de hoy. Son tantas las carencias y las promesas falsas que le han prometido y que nunca se cumplen, que está harto de esperar y esperar que los mercaderes de sueños le puedan mostrar un signo de verdad en medio de tantas palabras huecas. De tal forma que cuando oye la Palabra de Dios le causa tanta admiración, que despierta en su ser deseos de ver el rostro del Señor, ganas de gritar: ¡ven, Señor, y sálvanos! En las lecturas de este domingo escucharemos como Isaías ya anunciaba que Dios mismo, en persona, se haría presente en medio de nosotros para ofrecernos la salvación y con poder para alejar la pena y la aflicción y ¡esta Palabra está cumplida!

La Palabra nos está llamando a gritos para que participemos de la alegría perpetua y del gozo que nos regala el Señor, de los cánticos de alabanza a Dios y de la libertad que nos regala, ¿no lo estáis viendo? El Papa Francisco, como un nuevo Juan Bautista, ha salido al desierto del mundo diciendo en voz alta que escuchemos la voz de Jesucristo, que estemos atentos a las señales que nos ofrece, que no son humo, sino que nos libra de los pesos muertos que llevamos sobre nuestros hombros que nos impiden caminar: nuestros pecados, todas las tristezas individualistas que brotan del corazón cómodo y avaro, del vacío interior y del aislamiento, que te impide gozar de la alegría de su amor; nos libra el Señor de ser seres resentidos y quejosos, seres sin vida. El Papa Francisco, con voz de profeta, nos dice que renovemos ahora mismo el encuentro personal con Jesucristo, o al menos que tomemos la decisión de dejarnos encontrar por Él, de intentarlo cada día. ¡Dios quiere que saltes de gozo, que no eres una criatura sin nombre, el Creador te ha puesto un precioso nombre, "hijo mío", así que, si confías en el Señor, puedes esperar bienes de Él, gozo eterno y misericordia!

El Adviento nos sigue preparando al encuentro con el Señor Jesús, Luz del mundo y fuente de alegría. Piensa que tú mismo puedes ser una de esas personas-luz, otra antorcha de alegría para este mundo que vive a oscuras, pero no olvides que la luz verdadera es de Cristo y que tú, sólo la reflejas. Dios os bendiga.

08 diciembre 2013

Evangelio. Domingo II de Adviento. Solemnidad de la Inmaculada Concepción.


+ Según San Lucas 1, 26-38.

En aquel tiempo, fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
Y entrando, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?. El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y éste es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios. Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.



Reflexión.

María tiene un proyecto. Evidentemente, de proporciones humanas. Sin embargo, Dios irrumpe en su vida para presentarle otro proyecto... de proporciones divinas. También hoy, quiere entrar en nuestra vida y dar proporciones divinas a nuestro quehacer humano.

04 diciembre 2013

Reflexión.


Hemos aprendido a programar todos los aspectos de la vida, a tener todo bajo control...
Pero las mejores cosas de la vida nacen de la sorpresa y cuando menos lo esperamos.... Son los regalos de amor que otros nos ofrecen, la verdadera AMISTAD, la verdadera confianza, la verdadera fidelidad... Preocuparse por alguien que te importa de verdad sin esperar nada a cambio... Ese es el misterio de la unión entre dos personas que se llama AMISTAD.
Eso pasa también con Dios. Porque Dios es la unión que llamamos y es AMOR.
Él viene a estar con nosotros en los momentos en que menos lo esperamos. En formas imprevisibles. En lugares donde no lo esperabas. Permanece, pues, abierto, disponible y vigilante para este encuentro de gracia y belleza con Él y con las personas que te vaya poniendo en tu camino.

02 diciembre 2013

A poquitas horas de mi cumpleaños... Un poco menos de 24 horas, se me vienen muchas cosas a la cabeza...

Como siempre, agradecer a Dios Trinidad todo lo sucedido... Por los momentos buenos porque me han hecho ser muy felices... Y por los momentos malos, porque me han servido para crecer a pesar del dolor o la tristeza.

Un año, en el que no me puedo olvidar de esas personas que me han ayudado a ser lo que soy ahora. En concreto se me vienen dos personas, que me han ayudado en mi discernimiento vocacional... Que me enseñaron, que Dios se hace pobre y encarcelado... Y resonaba en mi cabeza el pasaje del Evangelio cuando está Jesús reunidos con sus discípulos y les dice: Señor, ¿cuando te vimos con sed, o desnudo, o en la cárcel...?

Un año, en el que conocí a la mejor cantante del mundo. Por lo menos, para mí. A vosotr@s os parecerá una tontería... Pero yo estaba flipando...jajaj

Un año, en el que me mostraron un movimiento de la Iglesia y que participaba de sus Eucaristías y la verdad, que gracias a esas personas, disfrutaba...

Un año en el que he ido tomando decisiones muy importantes en mi vida y que gracias a esas decisiones, "iba tejiendo mi futuro."

Un año, en el que empezaba un discernimiento vocacional. Con miedo, con alegría, y sobre todo FELIZ y estando en "vela" para intentar ver la mano de Dios en cada acontecimiento... Porque en donde menos esperaba, me daba Dios un toque...

Un año el que Dios me ha "tirado abajo todos los esquemas" me ha cogido de la mano, y me ha ido llevando por sus caminos.
Una ciudad nueva, una familia nueva... En definitiva, me ha llevado a la Orden...
Al principio con mucho miedo... Pero como decía otras veces, hoy por hoy, puedo decir que soy el niño más feliz de mundo.
Agradezco a Dios por todos y cada uno de los que componen mi comunidad... Una familia. Y que sigo recalcando, que lo más bonito de las órdenes, es la FAMILIARIDAD/COMUNIDAD. ¿El mayor tesoro? Los hermanos y la convivencia.
Y como todo tesoro cuesta, pero no deja de ser bonito.
Por eso, darle las gracias a Dios por mi Orden, mi comunidad y cada uno de ellos que la componen. Soy muy afortunado.

Un año, el que he tenido que dejar mi Parroquia después de 14 años.
Una Parroquia, que la dejaba entre lagrimas y pena... Todavía recuerdo la fiesta sorpresa que me hacían el seis de septiembre en la Iglesia y salones Parroquiales...
Voy a misa, me encuentro a todos los jóvenes, familia, catecúmenos... Algo raro pasaba allí... Joder, que si pasaba... Todos muy guapos y guapas, y yo con barba... Y lo mejor de todo, que era una fiesta para mí... Y que no me había enterado...
La emoción contenida. Hasta que me pusieron un vídeo de fotos desde cuando yo era un enano, hasta ahora...
Aunque también tengo que reconocer, que empecé a llorar como una magdalena cuando salía un vídeo que NUNCA me esperaba que pudiesen conseguir... Ahí lo dejo.... Bonito no, lo siguiente... Vamos, yo ahí era el niño más feliz del mundo :) y sigo recordando las palabras del vídeo: ¡¡Que disfrute de los momentos!!
Y eso intento :)
Gracias a todos y cada uno de vosotros, porque desde la distancia, seguís siendo importante en mi vida. Aunque tenga ya otra página nueva en mi vida, seguís permaneciendo en mí.

Un año, el que moría mi Yeya (abuela) materna, después de un tiempo enferma...

Un año, en el que mis pequeños de catequesis hacían la comunión (un grupo bastante bueno, y muy importante) ya que era mi último año en la Parroquia como catequista...
Ese curso fue increíble... Se hizo por primera vez la llegada de los reyes magos, un via-crucis, un vía-lucis, la adoración a la Cruz... Sinceramente, no se si disfrutaban más ellos o yo... Jajaja.

Ains Señor... Un año, en el que se han ido (como digo muchas veces) quedando personas importantes en el camino. Personas que han sido "pilares de la AMISTAD" y que poco a poco han ido desapareciendo... Dolor, decepción, desconfianza... Pero lo que me alegra, es que no eran de verdad.... ¿Duele? Por supuesto, pero es parte de la vida... A veces el demonio se viste de amigo o amiga de verdad y te ataca o te hace daño por ahí... Pero bueno, personas como dije anteriormente, que me alegro que se hayan ido, porque han dejado paso a nuevas personas y mejores...
La conciencia la tengo tranquila, porque a pesar de todo, puedo tener la cabeza bien alta, que la CONFIANZA (esa palabra tan fácil de decir y que poca gente la pone en práctica) nunca le he traicionado.


Ya mismo si Dios quiere se me cierra otra página de mi vida... En horas, será martes 3 y mi cumpleaños...


Algo diferente por la distancia de mi familia, amig@s... etc. Pero el mejor regalo que podéis hacer por mí, es rezar... Para que me haga más fiel a la vocación que estoy empezando a descubrir y a vivir plenamente.

01 diciembre 2013

Evangelio. Domingo I de Adviento.


Segunda lectura del apóstol San Pablo a los Romanos.


Hermanos:

Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz.
Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.



+ Según San Lucas 21, 5-19.


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre. Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían, bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado; dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada.
Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre




Reflexión.
(Tomada de la página web de la Diócesis de Cartagena. De su Obispo: José Manuel Lorca Planes)

Comenzamos el tiempo litúrgico del Adviento y durante cuatro semanas se nos expondrán las razones de por qué debemos convertirnos. Esto sólo depende de ti, porque nadie recibe el Misterio de Dios, si no lo desea de corazón. El caso es que jugamos con ventaja, porque Dios no se cansa de esperar para darnos el abrazo de la paz e invitarnos al banquete de la fiesta, pero también es cierto que insiste en advertirnos que estemos en vela, porque no sabemos ni el día, ni la hora. Las lecturas de este domingo nos preparan para la vigilia, para que andemos como hijos de la luz, como en pleno día, por el camino de la salvación y tengamos el coraje de dejar atrás las obras de las tinieblas. Nadie se extrañará de las advertencias que nos hace la Iglesia en Adviento, para librarnos de la monotonía y para que reaccionemos a tiempo. El Adviento es un grito que nos espabila: “¡Estás vivo!, ¡despierta!, ¡vigila!, ¡toma conciencia!…”. Oiremos también hablar de esperanza, de vigilancia, de preparación interior y de humildad.

La liturgia nos hace una llamada a los ‘viatores’, a todos los que peregrinamos en la vida, para que vaciemos nuestras mochilas y eliminemos los pesos muertos, para que dejemos atrás lo inútil, lo que nos impide caminar con soltura. Este ejercicio es siempre conveniente, porque nos centra en lo esencial y nos libra de la pereza, para sacudirnos la negligencia, olvidarnos de las presiones de los señores de este mundo que nos fuerzan al egoísmo, al poco respeto a los otros, a la injusticia y falsedad, a vender humo. Poco a poco irás descubriendo como Dios quiere tu libertad, para que puedas disfrutar de la salvación, que está más cerca que cuando empezaste a creer. Si podemos resumirlo todo, diremos: ¡Revestíos de Cristo!

Se trata de preparar bien la Navidad, las velas de Adviento nos lo recuerdan pedagógicamente, así que, cada vez que entremos a la Iglesia este signo nos está catequizando. Vosotros a lo esencial, a la verdadera conversión, sin caer en las trampas de hacer desaparecer los signos cristianos de la Navidad, la gente felicita las fiestas y no menciona la palabra Navidad; se distrae en la marabunta de la publicidad y de los regalos, turrones, cavas, músicas, colonias, loterías y juguetes… con demasiado ruido exterior, cuando lo importante es serenar y poner paz en el interior, para fijar dentro lo esencial, para contemplar el Misterio.

Pero, sobre todo, compartid en familia, el gozo y la alegría, que este es también el tiempo de la familia unida en la fe.

24 noviembre 2013

Clausura del año de la fe.

Bueno, pues escuchando algo de música, me apetecía escribir... Pero más que escribir, agradecer...
Agradecer a Dios Trinidad tantas cosas buena que me ha dado en este AÑO DE LA FE, y que hoy domingo termina.
Cuando el Papa proclamaba el año de la FE, decía yo... Y ahora, ¿que haremos, servirá...? Etc. Muchas preguntas, que ahora si puedo responder. 
Un año que he vivido muy intensamente... Un año, en el que CREO, que he podido conocer algo más de la FE.
Fe que la Iglesia transmite fielmente y nos regala gratuitamente...
Pero lo principal, es que ha sido un año, P R E C I O S O.
Un año, en el que empecé mi aspirantado/ discernimiento (como queráis llamarlo) en la Orden Trinitaria.
Y si al principio me preguntaba sobre el año de la Fe... Más tarde me daba cuenta que no solo reflexionaría sobre ella, si no que iba más profundo... Iba a mi vocación. "NO hay vocación, sin fe."
Un año, en el que he conocido a grandes personas que me han aportado mucho en mi camino cristiano y vocacional y que me han ayudado... (Ahora se me viene a la cabeza, una persona en concreto, que podía haber hecho algo... y lo que hizo fue ayudarme y apoyarme. Y eso le hace ser un TESORO en mi vida como lo es... A pesar de su distancia...)
Un año, en el que he entrado a la Orden Trinitaria... Un año de cambios pero que si no llego a notar la mano del ABBA, no habría podido dar tantos pasos que han cambiado el rumbo de mi vida...
Un año, que para muchos, pensarán que es una tontería... Pero para mi ha sido muy importante...
Ojalá este año, no se acabe... Sea siempre consciente de mi fe, y que Dios me ayude cada día aumentarla más.

Gracias Señor por la FE.

Evangelio. Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario. Solemnidad de Jesucristo, Rey del universo. Final del año de la Fe.


Según San Lucas 21, 5-19.


En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo: A otros salvó; que se salve a sí mismo si él es el Cristo de Dios, el Elegido. También los soldados se burlaban de Él y, acercándose, le ofrecían vinagre y le decían: Si tú eres el Rey de los judíos, ¡sálvate!. Había encima de él una inscripción: Éste es el Rey de los judíos.
Uno de los malhechores colgados le insultaba: ¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!. Pero el otro le respondió diciendo: ¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho. Y decía: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso.



Reflexión.
(Tomada de la página web de la Diócesis de Cartagena. De su Obispo: José Manuel Lorca Planes)


El Evangelio narra como vivieron los acontecimientos de la Pasión de nuestro Señor la gente que le rodeaba, entre risas y burlas; fueron ellos los que le dieron el título de Rey, ni siquiera tuvieron compasión los crucificados con él, aunque uno le reconoce inocente y le pide que lo tenga en cuenta en su reino. Jesús le concede mucho más de lo que le pide. Desgraciadamente todavía se sigue persiguiendo a Jesús, pero afortunadamente todavía existen personas que desempeñan seria y honestamente su actividad de curarle las heridas a los empobrecidos de este mundo, no aspiran a cosas demasiado elevadas, sino que se pliegan con fidelidad cotidiana en los humildes. La mentalidad de este mundo favorece las rivalidades, abusos, frustraciones y violencias de todo tipo; por el contrario, los hijos de Dios, los que tenemos a Cristo por Rey, estamos llamados a crecer en caridad, perdón, misericordia, modestia y humildad. Los ciudadanos del Reino de Dios saben cual es el estilo, el de nuestro Rey y Señor, tal como lo expresa San Pablo: "Os tratamos con delicadeza, como una madre cuida de sus hijos. Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas" (1 Tes 2, 7-8).

Celebrad este día con solemnidad, dad gracias y bendecid a Dios, pero no olvidéis que sin humildad y espíritu de servicio no es posible la caridad ni la santidad, los instrumentos de Dios son siempre los humildes. Que Dios os colme de sus bendiciones.

20 noviembre 2013

No importa...


A la lluvia de la noche le sigue el sol de la mañana. Cuando la pena y el dolor acaban, buenas cosas llegan con la nueva alborada.
No importa qué ocurrió ayer.
Mirar hacia atrás puede arruinarlo todo para ti... NO LO VAYAS A HACER…
La paciencia es una virtud,  eso afirman los sabios.
La esperanza aguarda y la fe sabe que saldrás adelante.
La última curva en el río y por fin serás libre… Fluyendo eternamente hasta desembocar en el mar.
No hay razón para entregarse ahora. Sigue andando, el camino está despejado para ti.
Más adelante Jesús aguarda.
Angosto es el camino, la puerta estrecha  y verás… ¡Entra por ella ya!
Sigue andando, el camino ha sido despejado para ti.

¡El Amor Siempre Halla la Manera!

17 noviembre 2013

Evangelio. Domingo XXXII del Tiempo Ordinario.


Según San Lucas 21, 5-19.

En aquel tiempo, como dijeran algunos, acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, Él dijo: Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida. Le preguntaron: Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?. Él dijo: Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’ y ‘el tiempo está cerca’. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.
Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo. Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.



Reflexión.
(Tomada de la página web de la Diócesis de Cartagena. De su Obispo: José Manuel Lorca Planes)



El proyecto y el estilo es igual para todos: nuestra meta es alcanzar a vivir en santidad, en obediencia a la voluntad de Dios, como nos enseña la Santísima Virgen María. Tenemos experiencia de la cercanía de Dios y de como sale a nuestro encuentro ofreciéndonos el regalo de la fe, la esperanza y la caridad, necesarias para el camino, para fortalecer nuestros pasos. La Iglesia nos propuso un Año de la Fe, que concluiremos el próximo domingo, y haciendo una evaluación del mismo podremos decir: ¡cuánto bien nos ha hecho!

Queridos diocesanos, sabéis que este año os he presentado un Plan Pastoral para centrarnos en la esperanza evangélica, cuya fuente es Cristo. La razón no está sólo en la situación más o menos dramática que estamos viviendo a causa de las crisis, que ya sería una razón poderosa por la cantidad de sufrimiento que hay a nuestro alrededor, sino más bien para que conozcamos mejor a Nuestro Señor que nos ha prometido la vida y la salvación, aceptando el regalo de la vida eterna, el 'paso' a una vida nueva: a la vida en Dios, donde “no habrá ya muerte ni habrá llanto” (Ap 21, 4). Una esperanza que te asegura la felicidad en Dios, la esperanza de estar con Cristo en la casa del Padre después de la muerte.

Si alguno os dice que eso son sólo palabras, respondedle que la fe os asegura certezas, que lo que dice el Señor siempre se cumple y Él nos ha dicho que “el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día” (Jn 6, 54). Así que, la vía es la Eucaristía, garantía de la vida eterna, y la Eucaristía la puedes celebrar en el seno de la Iglesia. Abre tus oídos y tus ojos para ver como el Señor está más cerca de ti de lo que te imaginas y verás como en la Iglesia encontrarás la Vida, porque está Cristo. Por eso, la esperanza que nos mueve es una esperanza viva, dinámica, alegre y confiada. Anunciad a todos, como testigos y profetas vuestra experiencia de fe.

14 noviembre 2013

La educación es el principal medio que cuenta un niño...

...o un joven para encauzar su vida y sacarle partido.
Pero la educación es, al mismo tiempo, una trampa. Porque, a la vez que nos encauza, nos limita: nos limita a una cultura en concreto (aquella a la que pertenecemos ), a un modo concreto de ver las cosas; nos integra en una moral determinada; nos inculca una categoría de valores, que hará muy difícil cualquier cambio de mentalidad posterior.
Es decir, que la educación nos abre y nos cierra, nos libera y nos esclaviza, nos da alas y nos ata.

La educación ideal sería aquella que educara en la LIBERTAD, una libertad que nos capacitara para acoger la vida en toda su plenitud, toda la vida.
Es lo que suelen hacer, de modo inconsciente, las madres: ellas transmiten actitudes básicas como la misericordia, que se abrirá siempre más y más; el sentimiento de armonía, que cada uno podrá ir luego desarrollando; la generosidad y la capacidad de sacrificio para las causas que merecen la pena, el amor más allá de la justicia...

Pero hay valores que no siempre se nos enseñan, o no a todos: el espíritu crítico, por ejemplo, que anima a cuestionarse muchas cosas, incluso de las "incuestionables", la percepción de la multiforme riqueza de la realidad, más allá de esquemas interprelativos  simplistas; la capacidad de convivir con el riesgo, sin seguridades paralizantes; el coraje para soportar noches oscuras (frente a la tentación de buscar fáciles entornos cálidos y acogedores)... En definitiva, el valor de madurar, de crecer, de echarse a volar por cuenta propia.

Para muchos, la madurez consiste solo en refugiarse en unas seguridades conocidas y dejar de hacerse preguntas, que es tanto como renunciar a vivir. Y, cuanto más acrítica sea esta postura, más fanáticos e intransigentes se vuelve la defensa de lo suyo frente a los libres, los críticos, los creativos.
Esos tales nunca maduran: se pudren.

Vocación Trinitaria.

Hoy antes de irme a dormir y siendo las 00:16, agradezco a Dios el día de hoy...
Pongo en la manos de ÉL, que nunca falla, toda mi vida, y lo vivido hoy... Empezó el día con una adoración Eucarística y transcurría el día un poco raro, ya que no había dormido bien...Y entre clases, encuentros, y otras cosas, iba tirando el día. Unas veces más regular, otras menos... Mi día que termina hoy, podía ser algo así, como una montaña rusa..
Teníamos la Misa por los santos (incluyendo a todos) los de la Orden... Hasta que salí de Misa, y me hacían una propuesta de ir a una charla.
He aquí, donde quiero pararme y agradecer a Dios Trinidad las maravillas que hace conmigo y en mi vocación de Trinitario.
Hoy Señor, te agradezco a esas personas que me has puesto en mi camino hoy, por esos cinco testimonios que han abierto sus vidas. Esas vidas, que un día por una cosa u otra perdieron el rumbo, y que gracias a TI han encontrado.

Gracias por cada palabra, por cada gesto, en especial, por esa mirada que se han clavado en mi retina de esa persona cuando hablaba conmigo... por esos sentimientos florecidos porque no siempre tenemos la oportunidad de poder formar parte de la vida de ellos/as.

Gracias por esas personas a la que junto conmigo, han podido escuchar sus testimonios... Jóvenes de mi edad, todas ellas con carreras, que atendían anonadadas a esos testimonios de vida tan difíciles.

Gracias Señor, por este camino que comienzo como futuro Trinitario. Gracias porque esas personas, PERSONAS COMO YO que en algún momento de sus vidas, como he dicho antes, por cualquier motivo, han perdido el norte, pero NO HAN DEJADO DE SER PERSONAS.

Me quedo con las palabras de una persona que me decía a la salida... (No las voy a poner aquí, por respeto) Pero que hoy TU Señor, te has hecho presente en ellos, y me has demostrado un día más, que esa opción que hice hace dos meses y medio, va cogiendo forma, se va afianzando en el día a día. No se, mañana, pero el día que he vivido hoy, me ha hecho FELIZ, gracias a esa opción.

Que yo nunca Señor, deje aún lado los pobres, los marginados, los... Porque gracias a ellos, nos enriqueces la vocación dentro de la Iglesia, como futuro Trinitario.


      Gloria al Padre,
      Gloria al Hijo,
      Gloria al Espíritu Santo.
Por los siglos de los siglos, AMEN.

12 noviembre 2013

¿Quién nos libera de nuestras esclavitudes?


Nos libera alguien (o algo) que, en primer lugar, nos hace conscientes de nuestra esclavitud, que nos relativiza los pseudo-absolutos que no tienen cautivos. Ese es el primer paso (aunque así, sin más puede llevar simplemente ala desesperanza)

Ese agente liberador (que puede ser una persona, una doctrina, un acontecimiento, o un libro, o una película...) nos hace ver, a menudo a pesar de nuestra resistencia, que existe un modo mejor de pensar, de sentir, de vivir, de ser. Comprendemos entonces (o, al menos, intuimos) que podríamos ser más completos, más libres y más felices de lo que estamos siendo.

Dios es el liberador por antonomasia. ¿Por qué? Porque ÉL lo relativiza todo y de modo absoluto. Cuando Jesús nos dice: Sed perfectos como Dios, nos está invitando a dejarnos de modelos de juguete y a liberarnos de toda esclavitud. También cuando nos dice que vendamos todo lo que tenemos y comprendemos el tesoro del campo o de la perla preciosa.

Dios es la existencia total, y nos impulsa a nosotros a la existencia sin límites. ÉL, que es el creador por esencia (todo existe en ÉL y por ÉL) nos anima a re-crear nuestra vida cada mañana, a re inventarnos cada día. ÉL, que está más allá del bien y del mal, nos exige que nos replanteemos nuestra pequeña escala de valores.

Naturalmente, quien tiene una imagen ridícula de Dios (un Dios “confesional”) no podrá esperarse de ese Dios grandes liberaciones. Al revés: para la inmensa mayoría, la religión (cristiana o hinduista) no es más que una prisión más, una celda con vistas al pasado.

En cambio, todo lo que nos libera, lo que nos hace más profundos y más vivos, viene de Dios.
Y lo que no nos libera, no. Aunque lo diga la autoridad. Aunque algunos llamen a eso “religión”.

11 noviembre 2013

Historia de la Orden.



En la tradición de los trinitarios, el hábito es llamado, tricolor. Así es convertido símbolo de la Santa Trinidad.
La Cruz con sus colores, además de indicar su pertenencia y consagración religiosa a la Orden, fue un modo de confesar la fe Cristiana ante los musulmanes, entre quienes se ejercía la redención de cautivos y ante otras personas que negaban y despreciaban la dignidad y el culto a la Cruz.

10 noviembre 2013

Evangelio. Domingo XXXII del Tiempo Ordinario.

Según San Lucas 20, 27-38.

En aquel tiempo, acercándose algunos de los saduceos, esos que sostienen que no hay resurrección, le preguntaron: Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno, que estaba casado y no tenía hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano. Eran siete hermanos; habiendo tomado mujer el primero, murió sin hijos; y la tomó el segundo, luego el tercero; del mismo modo los siete murieron también sin dejar hijos. Finalmente, también murió la mujer. Ésta, pues, ¿de cuál de ellos será mujer en la resurrección? Porque los siete la tuvieron por mujer. Jesús les dijo: Los hijos de este mundo toman mujer o marido; pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan lo ha indicado también Moisés en lo de la zarza, cuando llama al Señor el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. No es un Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven.


Reflexión.
(Tomada de la página web de la Diócesis de Cartagena. De su Obispo: José Manuel Lorca Planes)

La fe exige esperanza, y esta es la que nos lleva a ver cumplidas las promesas de Nuestro Señor. Atended a lo que dice San Pablo en la primera carta a los Corintios: “¿Cómo dicen algunos que los muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. [...] Y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido. [...] Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo Resucitó de entre los muertos: el primero de todos” (1 Cor 15, 12-13. 17. 19-20). Nuestro mayor gozo es cuando rezamos el Credo y decimos en voz alta: “creo en la resurrección de los muertos y en la vida eterna…”. Dios nos ha regalado la vida y nos ha creado para la vida, para una vida eterna, porque la vida surgida del Amor creador conlleva una promesa de eternidad.
La fe se manifiesta en el testimonio de vida, que anuncia la esperanza cristiana en la vida eterna. Confiad, porque no estamos solos en esta aventura, el Espíritu sale al encuentro y nos da fuerza para toda clase de palabras y de buenas obras.

08 noviembre 2013

¡Es tan fácil cargarse de cadenas...!


¡Es tan fácil cargarse de cadenas...! Asentarse en un cierto estatus y dedicarse a repetir.
Repetir aquello que no da satisfacción, que nos resulta fácil. Buscar elogios que nos dan seguridad, entrar a formar parte de un orden establecido, aunque se trate de un orden claramente desordenado y a todas luces mejorables. Rodearnos de cariños y amores que no nos pone en cuestión, pero tal vez nos imposibilitan para hallar el amor verdadero... Hacernos repetitivos, perezosos, previsibles. Poner nuestra seguridad en el aprecio y la buena opinión de los demás hacia nosotros.

Claro que en la vida hay otras cadenas y otras esclavitudes; pero son más visibles y, por ello, más fáciles de evitar: algún tipo de dependencia física (desde la droga hasta el sexo); algún tipo de fijación (desde el dinero a la religión). También están las ataduras físicas involuntarias que van apareciendo a lo largo de la vida (una enfermedad, una disminución física, la propensión a ciertos dolores...) o que lo acompañan a uno desde siempre: una enfermedad...

Pero, con todo, no son esas las peores ataduras, las que nos impiden vivir la plenitud. Porque uno siempre puede desarrollarse por otro lado, transformar en abono el desprecio, hacer de la necesitad una virtud. Y, en cualquier caso, de esas ataduras uno es fácilmente consciente.

Mientras que aquellas ataduras verdaderamente peligrosas son las que, por sutiles, nos pasan inadvertidas, las que incluso podemos llegar a tomar por virtudes.

Esas son las que nos limitan y nos impiden crecer. Creernos libres y realizados solo porque, extendiendo los brazos, somos capaces de tocar las cuatros esquinas de nuestra diminuta celda.

Ser consciente de que uno está atado, es la condición indispensable para empezar a pensar en la liberación.

06 noviembre 2013

Una noche más, me voy dando HONOR Y GLORIA a Dios Trinidad que ha creado y gobierna todas las cosas.



Ese Dios, que cada día, me espera en el silencio de la oración, en el trato con mis hermanos de comunidad, en esas personas que me va poniendo en mi camino...
Ese camino, que a veces no es nada fácil. Pero me tendría que preguntar, ¿el AMOR verdadero es fácil? Porque lo que vale cuesta...Entonces creo ahora, que el camino emprendido desde hace dos meses, va mereciendo la pena...
Cuesta, sí. Pero me va dando FELICIDAD. Al principio con miedo, pero ahora día a día, se que Dios uno y trino me ayuda, me aguarda y sé que si en algún momento caigo, la Virgen como madre, me dará ese buen REMEDIO para levantarme y seguir en ese camino ayudado de mi familia Trinitaria.
Gracias Dios, por ese gran regalo y por ese camino que ahora empiezo y que todavía me queda por recorrer.

05 noviembre 2013

Si no es para vivir más, no vale la pena liberarse.


Libres para sacarle todo su jugo, todas sus posibilidades a una vida que es el don más directo de Dios que tenemos. Libres para comprender que estamos en armonía con toda la vida que hay a nuestro alrededor. Libres para ser conscientes en todo momento (no solo de vez en cuando, no solo los fines de semana) de que estamos vivos , espléndidamente vivos. Vivos como Dios, que es la vida misma. Si no es para vivir más, no vale la pena liberarse.

Libres para comprender que vivimos tanto más cuanto menos muerte sembramos o permitimos a nuestro alrededor, cuanto más colaboramos a que crezca la vida a la que tan radicalmente pertenecemos. Porque, como enseñaba Jesús con su ejemplo, uno no puede ser feliz, no puede vivir, si permite que haya enfermedad o muerte (demonios) a su alrededor. Y eso no por ninguna ley religiosa, sino por congruencia con nuestra propia liberación y consagración profunda a vivir.


Se trata de una felicidad radical (desde las raíces) que nada ni nadie podrá arrebatarnos; una sequía y otras de brillantez, pero que será siempre, a su modo, FELICIDAD. Es decir, un proceso, más que un asentamiento definitivo. Una felicidad que va tomando cada día más consciencia de sí misma, que se va retroalimentando.

A esta felicidad, difusiva, se le dirá algún día: Venid, benditos de mi Padre, disfrutad de la vida sin fin preparada para vosotros.

Y, aunque así no lo fuera, (que lo será, de algún modo misterioso, pero lo será), habrá valido plenamente la pena ser vivida.  

03 noviembre 2013

Evangelio. Domingo XXXI del Tiempo Ordinario.


Según San Lucas 19, 1-10.

En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa»
El bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador. Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más. Jesús le contestó: Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.


Reflexión.
(Tomada de la página web de la Diócesis de Cartagena. De su Obispo: José Manuel Lorca Planes)

¿Me quieres decir, Zaqueo, qué te ha pasado? ¿Por qué corres a la desesperada, como un loco, y vas hacia la multitud, si nunca te han gustado los jaleos de la calle? Has sido un hombre de tu casa; tu profesión te ha llevado a esconderte de todos, porque decías que te miraban con recelo, ¿me oyes, Zaqueo? Nada, ni caso, ¿qué llevará este hombre en la cabeza? Lo veo distraído, inquieto… Mejor dejarle, ya se calmará el pequeño recaudador de impuestos.

Pensativo, decidí sentarme en la plaza, a la sombra de la higuera, por cierto, no había otra mejor en todo Jericó por sus ricos y apreciados frutos, delicia de propios y extraños. Estando debajo de la higuera vi, a lo lejos, a mi amigo Zaqueo dando brincos de alegría. Algo le había pasado, de veras, porque no era normal el comportamiento de este hombre. La verdad es que estaba revuelto todo Jericó, que mucha gente iba de un lado para otro. "¡Zaqueo!", le llamé a gritos, y vino como una flecha. Sin respirar, sin dejarme tiempo para preguntarle, me abrazaba y saltaba al mismo tiempo, lleno de risas y lágrimas, por lo feliz que se sentía. Se logró calmar, después de haber bebido agua de la fuente y, conteniendo su emoción, me dice: "¡He visto a Jesús, el de Nazaret, y me ha dicho que viene a comer a casa! ¡Fíjate bien, con la ilusión que tenía yo de conocerlo, aunque hubiera sido de lejos, y lo voy a tener en mi casa! Había oído tantas cosas de Él que, cuando me enteré que estaba aquí, salí corriendo, como un camello a galope, y me subí a un árbol para verle mejor. Si le hubieras visto la cara a los que murmuraban contra mí, diciendo que soy pecador; a los que se reían de mí por ser pequeño o por mi oficio… ¡Qué susto tenía! Pero Jesús dijo, con autoridad: "Voy a comer a tu casa", y se callaron todos". Después, sin dejarme hablar aún, se despidió de mí, porque iba a prepararlo todo.

Al día siguiente nos vimos en la puerta de la sinagoga y no parecía el mismo, por su serenidad, ahora no esquivaba la mirada, lucía una desconocida sonrisa, que nunca había usado. Me abrió su corazón y me dijo: "Amigo, he encontrado lo que andaba buscando desde niño, la paz del corazón. Después de haber comido con Jesús me he dado cuenta que pierdo el tiempo acumulando cosas. Jesús me ha hablado de lo esencial, así que he visto que me sobra todo lo que tengo para ser feliz y he decidido dar la mitad de mis bienes a los pobres, la otra mitad será para restaurar todo lo que he cobrado de más, devolveré cuatro veces más de lo que cobré". No salía yo de mi asombro, pero al ver que estaba hablando muy en serio, decidí seguir escuchándole. "Hoy he conocido a Dios - me seguía diciendo Zaqueo - hoy he conocido como el Señor cerraba los ojos a mis pecados, no me los echaba en cara; me reprendía para que me arrepintiera, para que volviera mi vista a Él. Hoy he entendido todo lo que me amaba Dios, nunca me ha odiado, porque si me hubiera odiado no me habría creado y, sin embargo, me dio la vida y me fue corrigiendo poco a poco, hasta que ha puesto a Jesús delante de mis ojos y me he rendido a Él. Su mirada, su dulzura, su acogida a mí, pecador, han sido tan determinantes que no puedo mirar atrás, porque mi vida es estar con Él. Hoy ha entrado la Salvación a mi casa y no la voy a cambiar por nada. Amigo, si aprecias tu vida, ábrele la puerta de tu casa a Jesús, déjale que se siente a comer contigo y escucha su Palabra, entonces conocerás la Salvación".

01 noviembre 2013

Solemnidad de todos los SANTOS.


Según San Mateo 5, 1-12.

En aquel tiempo, viendo Jesús la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos.


Reflexión.
(Tomada de la página web de la Diócesis de Cartagena. De su Obispo: José Manuel Lorca Planes)

Los cristianos no miramos el futuro con temor, porque la fe nos mantiene en pie,
conocemos el rostro de Dios, por eso seguimos “lavando y blanqueando nuestras
vestiduras”, que tantas veces el pecado mancha. La santidad no reside en las manos, sino en el corazón; no se decide fuera, sino dentro del hombre, y se resume en la caridad. Los mediadores de la santidad de Dios ya no son lugares (el templo de Jerusalén o el monte de las Bienaventuranzas), no son los ritos, objetos y leyes, sino una persona, Jesucristo.
En Jesucristo está la santidad misma de Dios que nos llega en persona. La santidad es
ante todo un don, una gracia. Esta es nuestra meta y nos sentimos felices de pertenecer a Cristo más que a nosotros mismos, porque le hemos costado muy caro, a precio de sangre.

La Iglesia terrena se alegra en esta fiesta en honor de la Iglesia del cielo, al celebrar el
recuerdo de todos estos hombres y mujeres, anónimos en su inmensa mayoría, pero es también un estímulo para seguir peregrinando, seguir caminando alegres, guiados por la fe y gozosos por la gloria de los mejores hijos de la Iglesia; en ellos encontramos ejemplo y ayuda en nuestra debilidad. Será una maravilla esperar la resurrección de la carne, volver a encontrar a los seres queridos, todo gracias a la bondad y misericordia de Dios.
Pero para eso no basta ser buenos, hay que querer ser santos.

31 octubre 2013

Destellos en la oscuridad...


Destellos en la oscuridad, cada pequeña semilla al amor, como gotas en el mar, como un hambriento un poco de pan.
Destellos en la oscuridad, esa chispa que puede despertar a un pueblo sin fuerzas para luchar, esa esperanza que te hace soñar.
En las cosas pequeñas puedes encontrar lo grande. No esperes a mañana para verlas. Sólo el corazón te hará ver lo importante: la vida es un regalo de tu Dios que hay que vivir a fondo, que hay que entregar.

Desde el corazón solo hay amor. Desde el corazón solo hay amor.

Destellos en la oscuridad, unas manos que ofrecen perdón, cercanas a quien sufre más, empujando este mundo a cambiar.
Destellos en la oscuridad, cada gesto de fraternidad, miradas que alejan la soledad, palabras para levantar.
Esto os servirá de señal: un pequeño pañal, un niño en una cueva sin más.

Esto os servirá de señal: un hombre en monte está colgado de un madero como un criminal por ti y por mí.
Desde el corazón solo hay amor. Desde el corazón solo hay amor.

27 octubre 2013

Evangelio. Domingo XXX del Tiempo Ordinario.


Según San Lucas 18, 9-14.

En aquel tiempo, a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, Jesús les dijo esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: ¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis ganancias. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios! ¡Ten compasión de mí, que soy pecador!. Os digo que éste bajó a su casa justificado y aquél no. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado.


Reflexión.
(Tomada de la página web de la Diócesis de Cartagena. De su Obispo: José Manuel Lorca Planes)

Si bien es verdad que en la semana pasada vimos como se centraba la Palabra en la necesidad de orar, hoy nos ayuda bajando a los detalles, al estilo y a la calidad de la oración. El punto de partida, y que salta a la vista, es lo que destaca la primera lectura, el equilibrio y justicia de Dios, que no hace acepción de personas y que atiende las peticiones de todos, pero que si existe una preferencia es por los más necesitados, los pobres y afligidos, cuyos gritos atraviesan las nubes. Con este planteamiento concluimos que la oración es muy eficaz cuando la hacemos desde la verdad y con humildad, no cuando es utilizada con planteamientos falsos o con intereses personales para sacar provecho, queriendo manejar a Dios.

En el trasfondo del Evangelio existen unas claras advertencias contra la doble vida y sobre los deseos de sobresalir con bellas fachadas, que nos disponen a la vigilancia. Se nos advierte del pecado de los fariseos que presumían de justos, buenos, honrados, pero en realidad ni eran justos, ni buenos, sólo estaban movidos por los hilos de la soberbia, no por la mano de Dios. La prueba de su pecado es que les llevaba a despreciar a los demás. Quien actúa así, acaba mal.

Repasemos detenidamente la parábola que pone el Señor, la del fariseo y el publicano. Los dos acuden a pedir a Dios en oración, pero con dos estilos diferentes. El fariseo va a presentarle sus méritos, sus virtudes, sus grandezas, sus derechos con desprecios hacia los demás, pero no pide nada. El publicano, con la mirada baja, se presenta humilde, porque no se cree digno y le pide misericordia, porque se siente pecador. Ved el juicio de Dios en el acto de la oración: mientras que la oración del fariseo no sirve para nada, la del publicano alcanza la compasión y la misericordia. Sería bueno que sacáramos las consecuencias, que revisemos cuál es la actitud de nuestro corazón, la orientación de nuestra vida.