Sí. Soy de esa juventud que coreaba el nombre de Benedicto
XVI por las calles de Madrid y en el aeródromo de Cuatro Vientos hace dos
veranos.
De esa juventud por la que un hombre de 83 años, aguantó más de 40 grados y un
vendaval de aire y lluvia.
De esa juventud a quien el Papa enseñó que igual que aquella noche resistimos
bajo la lluvia, con Cristo podemos también superar todos los obstáculos de la
vida.
Soy de esa juventud en la que el Papa confía, a la que pide que esté siempre alegre, y que de testimonio en todas las circunstancias.
Soy de esa juventud en la que el Papa confía, a la que pide que esté siempre alegre, y que de testimonio en todas las circunstancias.
Soy de esa juventud que hoy ve como su Papa, sin fuerzas por su avanzada edad,
humildemente ha dejado paso a su sucesor para guiar a la Iglesia de Cristo.
Sí, soy de esa juventud que debe agradecer a Benedicto XVI todo lo que ha enseñado, no sólo a través de sus palabras, sino también con su ejemplo de entrega aún en las dificultades.
Sí, soy de esa juventud que debe agradecer a Benedicto XVI todo lo que ha enseñado, no sólo a través de sus palabras, sino también con su ejemplo de entrega aún en las dificultades.
Hoy es día para agradecer a Dios por Joseph Ratzinger, porque un día lo eligió
y lo puso a nuestro servicio.
Hoy es día de rezar por él, de rezar por nuestro futuro Papa y de rezar por la
Iglesia de Cristo.
Yo estuve esa noche rezando por SS y Dios nos protegió.
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