El Papa Benedicto XVI dio el domingo su último Ángelus, en el que anunció que se dedicará "a la oración y a la meditación" tras su histórica renuncia, aunque precisó con voz entrecortada que eso no significa que abandonará a la Iglesia: "Dios me pidió dedicarme a la oración y a la meditación", dijo ante decenas de miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro para su último rezo dominical como Pontífice.
"En este momento de mi vida siento que la palabra de Dios está dirigida a mí. El Señor me llama a ´subir a la montaña´, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación", proclamó emocionado ante unas 100.000 personas que le interrumpieron en varias ocasiones con aplausos y gritos de "gracias, gracias". "Pero eso no significa que abandonaré a la Iglesia", recalcó.
Como suele ser costumbre, Benedicto XVI se dirigió en varios idiomas a los peregrinos, entre ellos en español y concluyó con un sentido: "Estaremos siempre cerca".
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