Santa Águeda de Catania fue una virgen y mártir. Rechazó al senador Quintianus porque ella se había consagrado a Dios, castamente.
El senador, la llevó a un burdel, para que con la ayuda de una mala mujer, convenciera a la joven Águeda, a practicar sexo, pero ésta no cedió.
El Senador en venganza por no conseguir sus placeres enfurecido, ordenó que torturaran a la joven y que le cortarán los pechos, y fue arrojada sobre carbones al rojo vivo y revolcada en la ciudad de Catania, Sicilia (Italia). Además se dice que lanzó un gran grito de alegría al expirar, dando gracias a Dios.
Que el Señor nos ayude a ser FIELES hasta las últimas consecuencias, como lo hizo Santa Águeda.
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