Jesús, tu que bautizaste para salvarnos,
enséñanos a no amarnos sólo a nosotros mismos.
a no contentarnos con amar a los nuestros,
con amar a los que nos aman.
Jesús, enséñanos a pensar, también, en los demás,
a amar, primeramente a los que no son amados.
Jesús, que nos duela el dolor del amigo.
Jesús, abre los ojos de nuestro corazón,
hay personas y familias,
que lejos y cerca de nosotros,
mueren de hambre, hambre de pan y de soledad,
están tristes y no sonríen,
nadie merece morir de hambre,
nadie merece morir de frío,
nadie merece sufrir por el egoísmo nuestro,
que se haga realidad que el pan de la eucaristía se parte;
Jesús,
que se parte generosamente.
Jesús no permitas que seamos felices a solas.
Haznos cercanos a los que nos rodean
Y que en solidaridad aportemos nuestra vida,
A transformar nuestro mundo con amor y ternura,
como tu quisiste hacerlo en esta mundo,
aceptando un bautismo de penitencia,
cuando no tenías pecado.
Y estuviste cerca de quienes en su vida vivieron en libertad
y justicia,
luchando por los más necesitados,
partiendo el pan con todos;
cantamos sin cesar y ante ello,
bajo la mirada benevolente del Padre:
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