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16 enero 2019

La Eucaristía y el P. Méndez Casariego.



Del sagrario debe recoger cada día la Trinitaria la antorcha de su celo apostólico. El P. Méndez no le enseña otro horno. Allí se encuentra sacramentado el mismo Cristo. Pero el Fundador se lo muestra de otra manera con sencillez evangélica desde los primeros Estatutos y lo repite al pie de la letra en las Constituciones de 1901:

“Si el trabajador necesita del pan material para poder continuar su tarea, las religiosas trinitarias necesitarán también del Pan Celestial para seguir en la hermosa pero difícil vocación para que han sido elegidas por Dios. La Eucaristía ha de ser el objeto de preferente amor por parte de todas las Trinitarias”.

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