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13 noviembre 2025

El domingo pasado celebramos el Día de la Iglesia Diocesana.



 

Un día importante para hacer memoria agradecida. 

Posiblemente me ponga nostálgico, pero es de ser bien nacido ser agradecido.

Doy gracias a Dios por tantos sacerdotes diocesanos que me pone el Señor a lo largo de mi vida. 


D. Miguel Vega: mi párroco. Del que tanto aprendí y que nunca me soltó de la mano. Juntos contra viento y marea. 

D. Antonio Eloy: mi párroco. Mi director, mi apoyo en momentos en los que ni yo me aguanto... Más de diez años aguantandome, tiene el cielo ganado. Gracias por tu ejemplo.

D. Federico: siempre tengo una mano para cualquier necesidad, gracias. 

D. Jesús Catalá: Obispo, Pastor y Padre. Gracias por estos años de episcopado, y, sobre todo, por regalarme tan regalo valioso para un seglar. Gracias por su continuidad para conmigo.


Por supuesto, también agradecidos a aquellos que a base de ponerme piedras y muros en mi camino... me han hecho indirectamente crecer y no venirme abajo a pesar de sus insistencias.


Gracias Señor por tanto.


03 noviembre 2025

Festividad de San Martín de Porres. Fray escoba.

 



Fue hijo natural del ilustre hidalgo -hábito de Alcántara- don Juan de Porres, que estuvo breve tiempo en la ciudad de Lima. Bien se aprecia que los españoles allá no hicieron muchos feos a la población autóctona y confiemos que el Buen Dios haga rebaja al juzgar algunos aspectos morales cuando llegue el día del juicio, aunque en este caso sólo sea por haber sacado del mal mucho bien. Tuvo don Juan dos hijos, Martín y Juana, con la mulata Ana Vázquez. Martín nació mulato y con cuerpo de atleta el 9 de diciembre de 1579 y lo bautizaron, en la parroquia de San Sebastián, en la misma pila que Rosa de Lima.

La madre lo educó como pudo, más bien con estrecheces, porque los importantes trabajos de su padre le impedían atenderlo como debía. De hecho, reconoció a sus hijos sólo tardíamente; los llevó a Guayaquil, dejando a su madre acomodada en Lima, con buena familia, y les puso maestro particular.

Martín regresó a Lima, cuando a su padre lo nombraron gobernador de Panamá. Comenzó a familiarizarse con el bien retribuido oficio de barbero, que en aquella época era bastante más que sacar dientes, extraer muelas o hacer sangrías; también comprendía el oficio disponer de yerbas para hacer emplastos y poder curar dolores y neuralgias; además, era preciso un determinado uso del bisturí para abrir hinchazones y tumores. Martín supo hacerse un experto por pasar como ayudante de un excelente médico español. De ello comenzó a vivir y su trabajo le permitió ayudar de modo eficaz a los pobres que no podían pagarle. Por su barbería pasarán igual labriegos que soldados, irán a buscar alivio tanto caballeros como corregidores.

Pero lo que hace ejemplar a su vida no es sólo la repercusión social de un trabajo humanitario bien hecho. Más es el ejercicio heroico y continuado de la caridad que dimana del amor a Jesucristo, a Santa María. Como su persona y nombre imponía respeto, tuvo que intervenir en arreglos de matrimonios irregulares, en dirimir contiendas, fallar en pleitos y reconciliar familias. Con clarísimo criterio aconsejó en más de una ocasión al Virrey y al arzobispo en cuestiones delicadas.

Alguna vez, quienes espiaban sus costumbres por considerarlas extrañas, lo pudieron ver en éxtasis, elevado sobre el suelo, durante sus largas oraciones nocturnas ante el santo Cristo, despreciando la natural necesidad del sueño. Llamaba profundamente la atención su devoción permanente por la Eucaristía, donde está el verdadero Cristo, sin perdonarse la asistencia diaria a la Misa al rayar el alba.

Por el ejercicio de su trabajo y por su sensibilidad hacia la religión tuvo contacto con los monjes del convento dominico del Rosario donde pidió la admisión como donado, ocupando la ínfima escala entre los frailes. Allí vivían en extrema pobreza hasta el punto de tener que vender cuadros de algún valor artístico para sobrevivir. Pero a él no le asusta la pobreza, la ama. A pesar de tener en su celda un armario bien dotado de yerbas, vendas y el instrumental de su trabajo, sólo dispone de tablas y jergón como cama.

Llenó de pobres el convento, la casa de su hermana y el hospital. Todos le buscan porque les cura aplicando los remedios conocidos por su trabajo profesional; en otras ocasiones, se corren las voces de que la oración logró lo improbable y hay enfermos que consiguieron recuperar la salud sólo con el toque de su mano y de un modo instantáneo.

Revolvió la tranquila y ordenada vida de los buenos frailes, porque en alguna ocasión resolvió la necesidad de un pobre enfermo entrándolo en su misma celda y, al corregirlo alguno de los conventuales por motivos de clausura, se le ocurrió exponer en voz alta su pensamiento anteponiendo a la disciplina los motivos dimanantes de la caridad, porque "la caridad tiene siempre las puertas abiertas, y los enfermos no tienen clausura".

Pero entendió que no era prudente dejar las cosas a la improvisación de momento. La vista de golfos y desatendidos le come el alma por ver la figura del Maestro en cada uno de ellos. ¡Hay que hacer algo! Con la ayuda del arzobispo y del Virrey funda un Asilo donde poder atenderles, curarles y enseñarles la doctrina cristiana, como hizo con los indios dedicados a cultivar la tierra en Limatombo. También los dineros de don Mateo Pastor y Francisca Vélez sirvieron para abrir las Escuelas de Huérfanos de Santa Cruz, donde los niños recibían atención y conocían a Jesucristo.

No se sabe cómo, pero varias veces estuvo curando en distintos sitios y a diversos enfermos al mismo tiempo, con una bilocación sobrenatural.

El contemplativo Porres recibía disciplinas hasta derramar sangre haciéndose azotar por el indio inca por sus muchos pecados. Como otro pobre de Asís, se mostró también amigo de perros cojos abandonados que curaba, de mulos dispuestos para el matadero y hasta lo vieron reñir a los ratones que se comían los lienzos de la sacristía. Se ve que no puso límite en la creación al ejercicio de la caridad y la transportó al orden cósmico.

Murió el día previsto para su muerte que había conocido con anticipación. Fue el 3 de noviembre de 1639 y causada por una simple fiebre; pidiendo perdón a los religiosos reunidos por sus malos ejemplos, se marchó. El Virrey, Conde de Chinchón, Feliciano de la Vega -arzobispo- y más personajes limeños se mezclaron con los incontables mulatos y con los indios pobres que recortaban tantos trozos de su hábito que hubo 

02 noviembre 2025

Sermón de San Atanasio sobre la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo.


"Para esto murió y resucitó Cristo: para ser Señor de vivos y muertos". Pero, no obstante, Dios "no es Dios de muertos, sino de vivos". Los muertos, por tanto, que tienen como Señor al que volvió a la vida, ya no están muertos, sino que viven, y la vida los penetra hasta tal punto que viven sin temer ya a la muerte.

Como Cristo que, "una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más", así ellos también, liberados de la corrupción, no conocerán ya la muerte y participarán de la resurrección de Cristo, como Cristo participó de nuestra muerte.

Cristo, en efecto, no descendió a la tierra sino "para destrozar las puertas de bronce y quebrar los cerrojos de hierro", que, desde antiguo, aprisionaban al hombre, y para librar nuestras vidas de la corrupción y atraernos hacia él, trasladándonos de la esclavitud a la libertad.

Si este plan de salvación no lo contemplamos aún totalmente realizado —pues los hombres continúan muriendo, y sus cuerpos continúan corrompiéndose en los sepulcros—, que nadie vea en ello un obstáculo para la fe. Que piense más bien cómo hemos recibido ya las primicias de los bienes que hemos mencionado y cómo poseemos ya la prenda de nuestra ascensión a lo más alto de los cielos, pues estamos ya sentados en el trono de Dios, junto con aquel que, como afirma san Pablo, nos ha llevado consigo a las alturas; escuchad, si no, lo que dice el Apóstol: "Nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él".

Llegaremos a la consumación cuando llegue el tiempo prefijado por el Padre, cuando, dejando de ser niños, alcancemos la medida del "hombre perfecto". Así le agradó al Padre de los siglos, que lo determinó de esta forma para que no volviéramos a recaer en la insensatez infantil, y no se perdieran de nuevo sus dones.

Siendo así que el cuerpo del Señor resucitó de una manera espiritual, ¿será necesario insistir en que, como afirma san Pablo de los otros cuerpos, "se siembra un cuerpo animal, pero resucita un cuerpo espiritual", es decir, transfigurado como el de Jesucristo, que nos ha precedido con su gloriosa transfiguración?

El Apóstol, en efecto, bien enterado de esta materia, nos enseña cuál sea el futuro de toda la humanidad, gracias a Cristo, el cual "transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso".

Si, pues, esta transfiguración consiste en que el cuerpo se torna espiritual, y este cuerpo es semejante al cuerpo glorioso de Cristo, que resucitó con un cuerpo espiritual, todo ello no significa sino que el cuerpo, que fue sembrado en condición humilde, será transformado en cuerpo glorioso.

Por esta razón, cuando Cristo elevó hasta el Padre las primicias de nuestra naturaleza, elevó ya a las alturas a todo el universo, como él mismo lo había prometido al decir: "Cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí".

Vivimos para Dios.


Si vivimos, vivimos para Dios; si morimos, morimos para Dios; en la vida y en la muerte, somos de Dios.

Nuestras vidas son del Señor, en sus manos descansarán; el que cree y vive en él no morirá.

Con Cristo viviré, con Cristo moriré; llevando en el cuerpo la muerte del Señor; llevando en el alma la vida del Señor.

Si vivimos, vivimos para Dios; si morimos, morimos para Dios; en la vida y en la muerte, somos de Dios. Amén.

Evangelio. Conmemoración de Todos los fieles difuntos.


Evangelio según San Lucas


Cuando los soldados llegaron al lugar llamado Calvario, crucificaron allí a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!». Pero el otro le respondió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».


Conmemoración de todos los fieles difuntos.



 

01 noviembre 2025

Evangelio. Solemnidad de Todos los Santos


Santo Evangelio según San Mateo.


En aquel tiempo, viendo Jesús la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: 

«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. 

Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos».

Solemnidad de todos los Santos

 


26 octubre 2025

Envío de catequistas y agentes de pastoral.







Eucaristía. Domingo XX del Tiempo Ordinario.





 

Asamblea Parroquial de inicio de curso.




 

Evangelio. Domingo XX del Tiempo Ordinario.


Lectura del Evangelio según San Mateo 


En aquel tiempo, Jesús dijo a los discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: ‘Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo’. Y ellos fueron. Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: ‘¿Por qué estáis aquí todo el día parados?’. Les dijo: ‘Es que nadie nos ha contratado’. Les dijo: ‘Id también vosotros a la viña’.

»Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: ‘Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros’. Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, diciendo: ‘Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor’. Pero él contestó a uno de ellos: ‘Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?’. Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos».

01 octubre 2025

La vocación: el AMOR.




(...) Entendí que solo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase este amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno. (...)

Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé: «Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo, y mi deseo se verá colmado». 

Festividad de Santa Teresita de Lisieux.





Nació en Alençon (Francia), en el año 1873. Siendo aún muy joven, ingresó en el monasterio de carmelitas de Lisieux, ejercitándose sobre todo en la humildad, la sencillez evangélica y la confianza en Dios, virtudes que se esforzó en inculcar, de palabra y de obra, en las novicias. 

Murió el día 30 de septiembre del año 1897, ofreciendo su vida por la salvación de las almas y por el incremento de la Iglesia.

 

25 septiembre 2025

"El preso no es un delincuente, sino que ha cometido actos delictivos. El preso es una persona que, para nosotros, encarna a Cristo. Y no importa que esa persona tenga un lugar de nacimiento, o un color de piel, o una religión distintos. Son personas, son hermanos, son Cristo". (Fray Pedro)



 

El alma, si quiere reinar con Cristo...




"El alma, si quiere reinar con Cristo en la gloria eterna, ha de ser pulida con golpes de martillo y cincel, que el Artífice divino usa para preparar las piedras, es decir, las almas elegidas. 

¿Cuáles son estos golpes de martillo y cincel?

Hermana mía, las oscuridades, los miedos, las tentaciones, las tristezas del espíritu y los miedos espirituales, que tienen un cierto olor a enfermedad, y las molestias del cuerpo."

(...) "Abrid el corazón al médico celeste de las almas y, llenos de confianza, entregaos a sus santísimos brazos..."

- San Pio de Pietrelcina -




 

22 septiembre 2025

Segunda parte. Biografía de Hermana Clare. Sierva del Hogar de la Madre.




Gracias insignes y un profundo conocimiento de su nada y de su miseria personal llenaron los primeros meses de su vida como religiosa y fueron motivo de muchas explicaciones, que fue anotando en sus cuadernos con la sencillez propia a los amigos de Dios.

Cabe señalar que tenía una absoluta ignorancia en materia religiosa, pero lo que por la inteligencia aún no sabía, Dios se lo comunicaba misteriosamente en su alma: «Papá, aunque yo no lo merezco y soy una hija ingrata, tú me has hecho experimentar a veces el monte Tabor, la gloria de Cristo y de la Trinidad dentro de mí, en lo profundo de mi alma».

No obstante, la santidad fue un duro combate para Clare. Se sentía débil, reincidía con frecuencia en las mismas miserias de antaño y se reconocía necesitada de una gran purificación, como se puede ver en las anotaciones de su itinerario espiritual: «A pesar de mis esfuerzos de unión con el Señor, a veces caí en el egoísmo»; «¿Quiero vencerme a mí misma? Sí. ¿Qué es lo que me hace sufrir? No ser reflejo de Él, no ser como Él. Mi mucha falta de caridad y humildad».

La nota dominante de su vida de santificación siempre fue el amor, con el cual buscaba retribuir el amor infinito de Dios por ella. Y, consciente de que amar implica sufrir y negarse a sí mismo, enseñaba: «El amor es sacrificado; no superficial ni sentimental». Su devoción a la Santísima Virgen era también muy entrañada: «Sé que soy muy querida por su Corazón y algunas veces me ha dejado descansar allí».

En medio de las luchas y un decidido progreso espiritual, el 8 de septiembre de 2010, Clare hacía, finalmente, los votos perpetuos de pobreza, castidad y obediencia. Por su unión con Nuestra Señora y las tres Personas divinas, decidió tomar el nombre de Hna. Clare María de la Trinidad y del Corazón de María.

Sin perder nada de su alegría radiante, de su talento artístico y de su carisma personal, la Hna. Clare se transformó, poco a poco, en un auténtico ejemplo de generosidad para todos los que convivían con ella. A lo largo de sus quince años de vida religiosa, donde quiera que estuviera se destacaba por su obediencia, su donación de sí misma y su radicalidad de entrega y de observancia de la moral católica.

No temía en señalar el camino correcto a los que dirigía, ni de mostrar con claridad las exigencias de la virtud, como fruto de sus insistentes peticiones al Señor: «Dame la gracia de nunca tener miedo de dar testimonio de ti, de jamás esconder el rosario cuando salgo. […] Ayúdame a nunca huir del lobo».

Las pruebas con las que Dios quiso purificarla a menudo asombran por su dureza; sin embargo, su alma sensible y flaca se hizo fuerte dejándose crucificar con el Crucificado y, por eso, jamás manifestaba la desolación interior en que no raras veces se encontraba.

A lo largo de estos ocho años, muchas personas han pedido de forma ininterrumpida que se inicien las gestiones necesarias de cara al estudio de la santidad de la Hna. Clare Crockett. Las Siervas del Hogar de la Madre explican que después de rezar y reflexionar intensamente sobre lo que debían hacer, vieron en esta inquietud de los fieles una clara indicación de que el Señor les pedía solicitar la apertura del proceso de la Hna. Clare Crockett a nivel diocesano. 

Después de recibir el traslado de competencias y de haber hecho la investigación sobre la fama de santidad y todas las consultas requeridas, Mons. D. Antonio Prieto Lucena, obispo de la Diócesis de Alcalá de Henares, decidió aceptar su solicitud. Él mismo presidirá el acto de apertura de la causa de beatificación.

Moriría en el terremoto de 2016 en Ecuador, junto a cinco postulantes a las que estaba enseñando a tocar la guitarra. En el primer aniversario de su muerte, las Siervas del Hogar de la Madre establecieron su primer convento en Irlanda, en Roscommon. En 2020 se publicaba un libro biográfico “Hermana Clare Crockett: Alone with Christ Alone”. Un año antes había salido un documental sobre su vida “O Todo o Nada: Hna. Clare Crockett”.

Resulta conmovedor recordar el relato que las mismas Siervas del Hogar de la Madre hicieron del terremoto y del fallecimiento de sus hermanas en Playa Prieta, Ecuador. 

Era el 17 de abril de 2016, al día siguiente de la catástrofe: “Quedaban bajo los escombros todavía la hermana Clare y cinco postulantes. Las familias de las jóvenes consiguieron llegar al lugar del siniestro. A las ocho menos diez de la tarde (hora española), llegó la primera temida noticia. Habían localizado el cuerpo sin vida de Jazmina. 

Nosotras, en España, estábamos rezando las vísperas. Al recibir la noticia, muchas hermanas no pudieron ocultar su emoción. Cuando, finalmente, una voz consiguió reanudar el rezo, la palabra de Dios brilló iluminando el doloroso momento. No había sido preparado por nosotras, pero sí por la providencia llena de ternura del Señor. 

Era el Salmo 111, de las segundas vísperas del domingo del Buen Pastor: ‘No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor’. Horas después, alrededor de la una de la madrugada (hora española) del lunes 18 de abril, nos llegó la confirmación de que el equipo de rescate había conseguido localizar los cuerpos sin vida de la hna. Clare, Mayra, Mª Augusta, Valeria y Catalina. Como hermanas que se quieren de verdad en el Señor, lloramos la pérdida de nuestras hermanas, pero la fe nos asegura que la ‘muerte no es el final del camino’. 

La hna. Clare llevaba casi quince años entregada a Dios. Era una hermana generosísima, con un don de simpatía muy especial y con un carisma único para tratar con niños y jóvenes. Las postulantes hacía apenas un año que habían entrado y se preparaban con generosidad para llegar a ser Siervas. Pero a todas encontró el Señor preparadas. Desde que el teléfono sonó por primera vez, pedimos a nuestra Madre del Cielo que las protegiera a todas bajo su manto. No dudamos de que lo ha hecho. Y ahora, nuestra mirada se dirige hacia el Cielo, donde esperamos –por la misericordia del Señor– que el Señor las haya recibido”.


----- MODELO DE SANTIDAD -----


Clare fue para la humanidad de nuestro siglo un modelo de auténtica conversión. Probó, con su propia vida, que la santidad es el único camino hacia el Cielo y que está al alcance de todos, por los méritos infinitos de la Pasión del Redentor.

Hoy, cada uno de nosotros es llamado a seguir su ejemplo, entregando todo lo que somos y poseemos en las manos de Dios, sin reservar nada para nuestro egoísmo. Que ella interceda por nosotros y nos conceda comprender a fondo que al Cordero Divino no se le ofrece nada a medias; se trata de entregarle «o todo o nada».


----- APERTURA CAUSA DE SANTIDAD -----


El domingo 12 de enero de 2025 tuvo lugar la apertura solemne de la causa de beatificación de la hermana Clare Crockett en la Catedral Magistral de los Santos Niños Justo y Pastor de Alcalá de Henares. La hermana, Sierva del Hogar de la Madre.


19 septiembre 2025

Primera parte. Biografía de Hermana Clare. Sierva del Hogar de la Madre.




Clare Theresa Crockett nació en Derry, Irlanda del Norte, el 14 de noviembre de 1982. Primera hija del matrimonio Gerard Crockett y Margaret Doyle, desde temprana edad mostró poseer un carácter fuerte, encantador y vivaz. Llena de dotes y talentos naturales, esparcía una alegría contagiosa y siempre estaba rodeada de amigos, aunque su temperamento fogoso provocara, muchas veces, peleas y desacuerdos…

Actriz nata, acostumbrada a ser el centro de las atenciones y conocida como una niña desafiante, Clare ponía en aprieto a sus profesores con sus ingeniosas salidas. Muy inteligente, llevaba bien sus estudios sin grandes esfuerzos. No obstante, frecuentemente usaba métodos poco loables: en una ocasión, llegó a robar el libro de respuestas de su profesora, para hacer los deberes con más rapidez…

Como era de esperar, Clare no siempre utilizaba sus capacidades para el bien. Se aprovechaba de ellas también para mentir, fingir, dramatizar… Para ella, todo estaba justificado cuando se trataba de lograr sus objetivos.

La niña creció en un ambiente de relativa catolicidad, hasta que su familia se vio afectada por ciertas adversidades que la llevaron a un profundo alejamiento de la fe. A pesar de continuar cumpliendo algunos deberes que sus padres le exigían por conveniencia social, fue abandonando cada vez más el camino verdadero para iniciar otro, marcado por el vicio y por el pecado. Muy pronto conoció el tabaco, el alcohol y las malas compañías; frecuentaba discotecas valiéndose de documentos falsos y bebía descontroladamente.

Pese a ello, en su personalidad floreció una cualidad singular: la determinación. «O todo o nada» fue, de hecho, el lema que orientó su vida.

Habiendo desarrollado sus dones artísticos, Clare desempeñó diversos papeles en teatros, anuncios y programas de televisión, con vistas a la realización de su mayor sueño: ser una actriz famosa. Se dedicó al estudio de las artes escénicas y aprovechó cada oportunidad para demostrar su talento, en el cual los que la rodeaban depositaban grandes esperanzas.

Sin embargo, con el paso del tiempo, lejos de sentirse feliz con sus conquistas, Clare empezó a darse cuenta del inmenso y constante vacío que habitaba su corazón: cada nuevo éxito conllevaba profundas depresiones. Aunque todavía le atrajeran mucho el prestigio y las glorias mundanas, sentía que había algo más allá de aquella felicidad que tanto anhelaba. Si bien que al no lograr comprender de qué se trataba, se hundía cada vez más en sus vicios.

----- En un retiro espiritual cambia su vida -----

En el año 2000, Clare recibió una invitación. En realidad, se debió a un malentendido, detrás del cual estaba la mano de la Providencia deseosa de atraerla hacia sí.

Su mejor amiga, Sharon Doherty, había planeado viajar a España la semana de Pascua. Pero unos días antes una operación de apendicitis se lo impidió. Como no quería perder el billete, que ya estaba pagado, se lo ofreció a Clare. Ilusionada por el atractivo turístico del lugar, aceptó la propuesta, segura de que la esperaban agradables playas y agitadas discotecas.

Lo que no imaginaba era que marchaba a un retiro de Semana Santa con el Hogar de la Madre,1 y a una peregrinación a varios santuarios de Europa. El susto que se llevó al hallarse ante unos días de oración forzosa ¡fue monumental! Al no poder librarse del compromiso ya asumido, decidió, entonces, disfrutar del viaje tanto como pudiera, asistiendo lo menos posible a las reuniones y meditaciones.

El Viernes Santo, no obstante, Clare tuvo que comparecer a la ceremonia litúrgica, por ser una fecha muy especial. En determinado momento, sin saber muy bien de qué se trataba, entró como todos en una fila para adorar la Santa Cruz. Imitando tan sólo lo que hacían las personas que tenía delante, se arrodilló y besó el crucifijo. Sin embargo, este acto le causó un fuerte impacto interior.

Así describe ella misma la gracia que la tocó: «Yo no sé explicar exactamente lo que pasó, no vi ningún coro de ángeles ni ninguna paloma blanca que venía desde el techo hacia mí, pero tuve la certeza de que por mí el Señor estaba en la cruz. Y junto con esta convicción, me acompañó un vivo dolor […]. Al regresar a mi banco, yo ya tenía una huella dentro que no tenía antes. Yo tenía que hacer algo por Él, que había dado su vida por mí».

Sin esperárselo, Clare se vio en esa ocasión a solas con Jesús, sintió un inmenso dolor por sus pecados —cometidos contra aquel Amor que se derramaba sobre ella— y comprendió que nada podría hacer para consolarlo, excepto darle su vida.

«Ha muerto por mí; me ama», era la única frase que conseguía articular entre lágrimas después de la bendecida celebración. Extrañamente, y según su carácter aún muy superficial, Clare quiso unir su ansia de celebridad a su nuevo deseo de santidad, explicándoselo a todos los peregrinos, el mismo día en que la gracia la visitó: «Quiero ser famosa. […] Pero hace una hora yo quería ser monja también. Así que me he dicho a mí misma: “Seré una monja famosa”».

No obstante, el camino de esta alma sería aún largo y lleno de dificultades. Poseía, mezclados en su interior, la flaqueza de la naturaleza humana caída y el corazón de un águila, que vacilaba en echar a volar.

Tras haber hecho un segundo viaje con las Siervas del Hogar de la Madre, rama femenina de la asociación, regresó a Irlanda y su lucha se volvió feroz: los estudios y las fiestas de nuevo eran lo cotidiano, mes tras mes, sin que se decidiera a cortar con el mundo; y las malas amistades y los vicios la arrastraron.

Clare quería borrar de su memoria las gracias que había recibido con las hermanas del Hogar, pero el Señor la «perseguía» con amor paterno. Cierta vez, estando en una discoteca, sintió la mirada reprensora y afectuosa del Salvador diciéndole: «¿Por qué me sigues hiriendo?». Era el Buen Pastor en busca de la oveja descarriada, implorándole que se abandonara a sus divinos cuidados, los cuales la podían curar.

El demonio, sin embargo, jugaría su última gran baza en la dura conquista de ese corazón: haría que se abrieran ante éste las tan soñadas puertas de Hollywood. En febrero de 2001, Clare consiguió un papel en un documental realizado por la BBC. 

Aunque era una interpretación secundaria, podría ser el prometedor inicio de su carrera como actriz profesional. El rodaje de la película sería en Manchester y se hospedaría en un hotel de cinco estrellas, en compañía de varias celebridades.

Desde el punto de vista mundano, no podría anhelar más en aquel momento de su vida. Tocaba con las manos un futuro brillante… Pero se sentía infeliz y, finalmente, comprendió que su sitio estaba lejos de allí. Entonces resolvió marcharse.

El paso decisivo hacia la vida religiosa le costó mucho. Desprenderse de su familia, enfrentar la oposición de amigos y conocidos y abandonar tantos vicios fueron algunos de los embates que, fortalecida por Dios, logró vencer. Y pronto discernió qué debería ser en la asociación: «Una santa sierva, que esté muy unida a Él, dispuesta a sufrir todo y a ir a cualquier sitio por amor a Él».

Anhelando conquistar esa meta, empezó a rogar con insistencia el don de la fidelidad: «Ayúdame a odiar el pecado que tú odias, que me mancha y me aleja de ti. No quiero darte más espinas, no quiero que mi Dios llore por mí».

22 agosto 2025

Festividad de Santa María Reina.


Lectura del Evangelio según San Mateo


En aquel tiempo, cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había tapado la boca a los saduceos, se reunieron en grupo, y uno de ellos le preguntó con ánimo de ponerle a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley?». Él le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas».


21 agosto 2025

Mañana viernes 22, JORNADA de AYUNO y ORACIÓN convocada por el Papa León XIV.




Mañana viernes 22 el Santo Padre León XIV nos convoca a la JORNADA DE AYUNO Y ORACIÓN.

Una jornada de ayuno y oración, implorando “al Señor que nos conceda la paz y la justicia, y que enjugue las lágrimas de quienes sufren a causa de los conflictos armados” 

En su mensaje, el Santo Padre exhorta además a invocar la intercesión de María, recordada como “Reina de la Paz”, mientras “nuestra tierra sigue herida por las guerras en Tierra Santa, en Ucrania y en muchas otras regiones del mundo” 

También insistió en que “¡Sin perdón nunca habrá paz!”, señalando al perdón como condición esencial para la reconciliación entre los pueblos 


 

15 agosto 2025

Evangelio. Solemnidad de la Asunción de la Virgen María en cuerpo y alma a los cielos.


Evangelio según San Lucas


En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».

Y dijo María: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.


SOLEMNIDAD de la Asunción de la Virgen María.




Celebramos el 75 aniversario de la proclamación del Dogma de la Asunción de nuestra Madre. El 1 de Noviembre de 1950 el papa Pio XII declaraba como dogma de fe la Asunción de la Virgen (Munificentissimus Deus):

''Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado: Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial''. 

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"Porque hoy ha sido elevada a los cielos la Virgen, Madre de Dios; ella es figura y primicia de la Iglesia, que un día será glorificada; ella es ejemplo de esperanza segura y consuelo del pueblo peregrino."


 

09 agosto 2025

Cuando Dios te habla como se dice en lenguaje coloquial y perdonarme la expresión "por la cara". Cuando sale a tu encuentro y te da un "zasca". Pues eso me ha pasado. Con amigas, y sacar el papelito de entre tantos y no solamente por la frase, sino por la Santa que es... ¡Que grande es Dios!



 

Onomástica de Santa Teresa Benedicta de la Cruz.




Edith Stein (1891-1942) -quien adoptaría el nombre religioso de Sor Teresa Benedicta de la Cruz- nació en Breslau, una ciudad de Alemania que posteriormente pasó a ser parte de Polonia. Nació en el seno de una familia judía y se educó en el judaísmo. Sin embargo, durante su adolescencia y los primeros años de juventud empezó a cuestionar su religión y llegó a abrazar el ateísmo.

Años más tarde, se convirtió en estudiante de filosofía en la universidad de Gotinga (Gottingen). Fue allí donde tomó contacto con la fenomenología, novedosa perspectiva filosófica que pretendía la renovación de las ciencias y el saber. Como Edith destacó por su brillantez, el filósofo Edmund Husserl -padre de la fenomenología- la escogió como asistente de cátedra, incluso antes que a Martín Heidegger (uno de los filósofos más importantes del siglo XX). Finalmente, Edith obtuvo el título de Filosofía de la Universidad de Friburgo.

Por su elevado sentido de la solidaridad, se enlistó en la Cruz Roja como enfermera durante la Primera Guerra Mundial. Edith destacó por su amabilidad y espíritu de servicio.

En 1921, Edith decide visitar a una amiga que había quedado viuda, con el propósito de hacerle compañía. Grande fue su sorpresa al encontrarla con una serenidad y resignación inesperadas. Edith quedó impactada por la paz y la fe que irradiaba esta mujer a pesar del natural dolor a causa de su pérdida. Su amiga le confesó que era la fe en Dios la que la sostenía. Es así que Edith se interesó aún más en conocer la fuente de aquella paz espiritual, y empezó por leer la autobiografía de Santa Teresa de Jesús. Por ese entonces, varios de sus amigos del círculo fenomenológico se habían convertido al cristianismo.

El contacto con la vida de Santa Teresa la cambió profundamente. El largo cuestionamiento sobre el sentido de su propia vida y su búsqueda de la verdad culminaron en el abrazo a la fe católica. Después de un tiempo de purificación personal pidió ser bautizada. Entonces buscó la ayuda de un sacerdote y, después de una etapa de preparación, recibió el sacramento en 1922. Había encontrado aquello que buscó siempre, desde lo más hondo de su ser. Edith decía que al haberse hecho católica, de una manera muy peculiar, “se siente más judía”, porque el pueblo judío había esperado por un Mesías, y ella lo había encontrado. Jesucristo es ahora el sentido de toda su fe y vida.

Poco a poco brotarán otros cuestionamientos en ella y aparece la inquietud vocacional. Edith continúa su itinerario personal acompañada de un director espiritual. Ingresa a trabajar como maestra en la escuela de formación de maestras de las dominicas de Santa Magdalena, dicta conferencias, traduce libros, destaca profesionalmente, y cada vez que puede se escapa para encontrar la paz que necesita en la abadía benedictina de Beuron.

La situación política en Alemania empieza a empeorar, son años de deterioro moral en su país. El régimen nacional-socialista le prohibió la enseñanza. A pesar de ello, Edith no se desanima e ingresa al Carmelo, en Colonia. Con ese paso, Edith rompe definitivamente con su pasado y renuncia al prestigio y la fama del mundo académico. El 15 de abril de 1934 toma el hábito carmelita y cambia su nombre a Teresa Benedicta de la Cruz.

Para ese momento, la situación de los judíos había empeorado muchísimo y Edith pide ser trasladada de monasterio para no poner en riesgo a las hermanas religiosas del lugar. Edith es enviada a una comunidad en Holanda, junto con su hermana Rosa, quien también se había convertido al cristianismo y servía como hermana lega. Los nazis amenazan con deportar a los judíos de Europa, incluyendo a los conversos.

Un cuerpo militar nazi ingresa al convento carmelita donde vive Edith y Rosa y se las llevan.

Ambas fueron trasladadas al campo de concentración de Westerbork. Edith, en medio de aquella situación extrema, se preocupa por ayudar y consolar a sus compañeros de prisión. Las condiciones en las que vivían incluían las humillaciones, la tortura y, por supuesto, la muerte.

Semanas después, Edith y Rosa son enviadas al campo de concentración de Auschwitz, junto a unos mil judíos. Las hermanas llegan el 9 de agosto de 1942. Poco después, sucede lo inevitable: los recién llegados prisioneros son organizados para ser conducidos a la cámara de gas. Santa Edith es ejecutada en uno de esos grupos. Murió ofreciendo su vida por la salvación de las almas, la liberación de su pueblo y la conversión de Alemania.

Santa Edith Stein fue canonizada por San Juan Pablo II en 1998, quien le dio el título de “mártir por amor”. En octubre de 1999 fue declarada copatrona de Europa.