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01 abril 2021

Reflexión. Jueves Santo.


Con este inicio del mes de abril, y en pórtico del Santo Triduo Pascual, celebramos la entrega de AMOR más sincera y verdadera que se ha dado en toda la historia de la humanidad.

Jesús, reunido con sus discípulos, en una sencilla cena, nos deja un memorial. Un alimento que nos da la salvación. Que no caduca. Nos ofrece su Cuerpo y su Sangre. Él, no ha venido a ser servido, sino a servir. Se ciñe una toalla en señal de humildad y se pone a lavar los pies de sus discípulos.

Recordemos que hoy también se celebra la institución del sacerdocio. Ser “otro Cristo”, conlleva besar las manos de los que son últimos, los que son marginados. No se puede ser un buen sacerdote sino se sirve desde la humildad y el último puesto como Cristo lo hizo. Jesús es el buen Pastor, y a él, le pedimos que ayude a los sacerdotes a ser verdaderos servidores en medio del mundo.


----------La Primera Lectura del Libro del Éxodo,

recordamos que Israel es un pueblo que no ha nacido bajo triunfo, sino que ha sido un pueblo de esclavitud tanto política como social. Dios, empeñado en su liberación, posibilita la vida y la libertad. De aquí, a que nos narre los “ingredientes” que da Moisés a los judíos para que celebren la Cena Pascual, que rituales tienen que seguir, y como tiene que llevarse a cabo. Moisés es “antesala” a Jesús.


----------La Segunda Lectura de la Carta de Pablo a los Corintios,

relata las palabas de la consagración. Es el texto más antiguo sobre la tradición de la Última Cena de Jesús con sus discípulos. Las primeras comunidades cristianas cuando se reunían, celebraban comidas comunes y hacían memoria de Jesús en la última cena. Pablo quiere corregir a la comunidad que está en crisis por la división de los hermanos y la desigualdad entre ellos. Eso hace que vayan en contra de la comunión y el cuerpo de Cristo esté dividido.


----------El Evangelio de Juan,

nos narra el lavatorio de los pies. Expresión del mayor amor sin límite. En la comunidad Joánica, se habla de que Jesús lava los pies a Pedro. En un contexto de una comida por la noche. Posteriormente salen hacia el huerto, lugar en que Jesús será apresado. Los discípulos no entendían que estaba haciendo Jesús. Pero, seguramente ninguno se atrevía a decirle nada, hasta que Pedro le preguntó. Amar hasta el extremo (para Jesús) significa dar lo más preciado que puede tener una persona por amor hacia los demás. Esto se resume en dar la vida.

Jesús les quiso enseñar con su ejemplo que amar es servir. No se puede amar siendo servido, sino, que amar es darse a los demás. Amar es estar en el último puesto. Por eso, el lavatorio de los pies, nos enseña tantos significados, que podías estar horas y horas diciendo.

Pidamos a la Virgen María, que interceda por nosotros ante su Hijo, para que nos ayude a despojarnos de nuestros egoísmos, de nuestras comodidades… y sepamos estar al servicio de los más necesitados de nuestro entorno y Amar de verdad al prójimo.



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