En esta celebración eucarística, los sacerdotes renuevan sus promesas, y, el Obispo bendice los óleos:
de los catecúmenos (para los que se van a bautizar).
de los enfermos (para fortalecer a los que están pasando una enfermedad o dolencias).
Y consagrada el Santo Crisma (que sirve para los que están ya Bautizados, para ungir a los confirmados, a los nuevos sacerdotes y a los Altares e Iglesias).
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