¡Feliz Pascua de Resurrección!
El Evangelio dice que entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó. Supo captar por la fe que aquel vacío y, a la vez, aquella sábana de amortajar y aquel sudario bien doblados eran pequeñas señales del paso de Dios, de la nueva vida.
El amor sabe captar aquello que otros no captan, y tiene suficiente con pequeños signos. El discípulo a quien Jesús quería, se guiaba por el amor que había recibido de Cristo.
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