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23 marzo 2021

NORMATIVA LITÚRGICA PARA LA SEMANA SANTA - 2021 DIÓCESIS MÁLAGA


I.- INTRODUCCIÓN

El 17 de febrero del presente la Congregación del Culto Divino y la Disciplina
de los Sacramentos emitió una nota con unas orientaciones generales sobre las
celebraciones de la Semana Santa de 2021. En esta nota se remitía al vigente Decreto
que el mismo Dicasterio emitió el 25 de marzo de 2020 por el mismo motivo: la
celebración en el tiempo de pandemia.
El pasado 3 de marzo, la Comisión Episcopal para la Liturgia de la Conferencia
Episcopal Española, acogiendo las mencionadas indicaciones de la Santa Sede, ha
ofrecido a los Obispos de España una “nota sobre las celebraciones de Semana Santa en
el año 2021” con una serie de propuestas de carácter general.
Dado que el Obispo es el máximo responsable y moderador de la vida litúrgica
en cada diócesis, el documento siguiente concreta las anteriores sugerencias y
propuestas en una serie de aplicaciones para la Diócesis de Málaga.


II.- APLICACIONES DE CARÁCTER GENERAL

1. Se recomienda la participación presencial en la celebración, formando parte activa de
la asamblea.
2. Aquellos fieles que, por razón de edad, enfermedad, o de prudencia sanitaria, no
puedan participar presencialmente en las celebraciones, no tienen obligación, pero se
aconseja que las sigan por los medios de comunicación.
3. En todas las celebraciones se deberán respetar las normas de las autoridades
sanitarias: el aforo de las iglesias, el uso de la mascarilla, disponibilidad de gel
hidroalcohólico, distancia social, ventilación de los espacios y demás.
4. Por razones teológicas, litúrgicas y pastorales, no se debe repetir en la misma iglesia
la celebración de la Pasión del Señor del Viernes Santo ni de la Vigilia Pascual.
5. Es de desear que el Domingo de Resurrección, en la medida de lo posible, se celebren
las misas que sean necesarias en cada iglesia. Desde la cuaresma y como culminación
del triduo pascual, hemos de enfocar todas las celebraciones hacia este Domingo,
culmen del año litúrgico.
6. Prepárense con sumo cuidado las celebraciones, eligiendo bien las alternativas que
propone la Liturgia y acogiendo de buen grado las indicaciones que se dan a
continuación para adaptarlas a este tiempo de pandemia.
7. El canto no está prohibido, siempre y cuando se observe la normativa vigente de
sanidad. No es aconsejable el canto o la música grabados.
8. Los enfermos, impedidos y personas en confinamiento o de alto riesgo podrán seguir
desde sus casas, por los medios de comunicación, la retransmisión de las celebraciones
presididas por el Papa o por el Obispo en la catedral, como signo de unidad de la
Diócesis.
9. Los fieles que no puedan participar en las celebraciones es aconsejable que celebren
la Liturgia de las Horas, especialmente Laudes, Vísperas y Oficio de Lecturas.
10. Se recomienda vivamente que se fomente el Sacramento de la Penitencia.
Se ruega a los sacerdotes disponibilidad para que los fieles puedan participar de este
Sacramento con todas las medidas de precaución.


III.- DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR

1. Para la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén, se utilizará la forma
segunda descrita por el Misal –entrada solemne–, al menos en la misa principal. Los
fieles permanecerán en sus lugares y se hará la bendición y la proclamación del
evangelio desde un lugar, dentro de la iglesia, en el que los fieles puedan ver el rito. En
la procesión al altar puede participar una representación de los fieles junto con el
sacerdote y los ministros (ver subsidio mensual de la Delegación Diocesana de
Liturgia). En el resto de misas se puede utilizar la forma tercera –entrada simple–.
2. En todo caso, este Domingo de Ramos, para la conmemoración de la entrada del
Señor en Jerusalén se evitará la forma primera –procesión–.

IV.- MISA CRISMAL

La Misa crismal será presidida por el Obispo el Miércoles santo a las 11.30 h. en la
Catedral. Podrán asistir los sacerdotes y los fieles hasta completar el aforo permitido. La
misa será retransmitida para que puedan seguirla los sacerdotes y fieles que no puedan
asistir.

V.- JUEVES SANTO

1. En las misas con participación del pueblo no se omita en la Misa de la Cena del Señor
la procesión y la reserva del Santísimo Sacramento para la adoración y la comunión al
día siguiente.
2. Se pueden celebrar varias Misas de la Cena del Señor en la misma iglesia. Háganse
siempre por la tarde, y omítase, salvo en la última misa, la reserva solemne del
Santísimo. Para dicha reserva, este año evítese el uso del palio, por razón de la distancia
social.
3. Este año debe omitirse el rito del lavatorio de los pies.
4. Facilítese, en la medida de lo posible, que los fieles puedan dedicar un tiempo de
adoración, respetando siempre los horarios de restricción de la libre circulación.
5. Si no se ha celebrado la Misa vespertina de la Cena del Señor, evítese una adoración
eucarística.
6. Si no se va a celebrar en una iglesia el Triduo completo no se hace la reserva
eucarística solemne, sino que se reserva en el sagrario habitual.
7. De forma excepcional, al igual que el año pasado, los sacerdotes tienen la facultad de
celebrar este día la Misa sin el pueblo. Pero si no pueden celebrar la Misa, rezarán
preferentemente las Vísperas.
8. Si existiera verdadera necesidad, se permite este año celebrar alguna misa en la
mañana del Jueves Santo, siempre que no sea la misa de la Cena del Señor. En este caso
se puede elegir alguna misa votiva, incluso la del día anterior (Miércoles santo).

VI.- VIERNES SANTO

1. En el rito de entrada, este año debe evitarse la postración en silencio del sacerdote en
el suelo por las razones higiénicas ya sabidas y elegir la fórmula de la genuflexión en
silencio.
2. En la oración universal se añadirá al formulario habitual la intención especial que la
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el pasado
año. El texto de la intención, que se añade entre la IX y la X, es el siguiente:
IXb. Por quienes sufren en tiempo de pandemia.

Oremos también por todos los que sufren las consecuencias de la pandemia actual: para
que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo
a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto.

Oración en silencio. Prosigue el sacerdote:

Dios todopoderoso y eterno,
singular protector en la enfermedad humana,
mira compasivo la aflicción de tus hijos
que padecen esta pandemia;
alivia el dolor de los enfermos,
da fuerza a quienes los cuidan,
acoge en tu paz a los que han muerto
y, mientras dura esta tribulación,
haz que todos
puedan encontrar alivio en tu misericordia.

Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

3. La adoración de la Cruz se hará con una genuflexión o una inclinación profunda, sin
tocar la imagen. Primeramente, se acercarán a adorarla los ministros; después, los fieles
se acercarán a lugar habitual de la comunión y, desde allí, hacen el gesto
correspondiente para adorar la cruz y vuelven a su sitio. Finalmente, el sacerdote
invitará a todos a adorarla durante un tiempo de silencio.
4. La procesión de los fieles para la adoración de la Cruz y, después, para la comunión
eucarística ha de realizarse guardando la distancia social.
5. Para facilitar la adoración de la Cruz a los fieles que no hayan podido participar en la
celebración litúrgica, conviene dejar el templo abierto un tiempo suficiente.
6. Aunque la liturgia del Viernes Santo sólo prevé la distribución de la comunión fuera
de la celebración para los enfermos e impedidos, dadas las excepcionales circunstancias
por causa de la pandemia, se puede también ofrecer la comunión sacramental en el
templo a los fieles que no hayan podido participar en la celebración.

VII.- VIGILIA PASCUAL

1. Teniendo en cuenta la restricción horaria que haya para ese día, elíjase una hora
adecuada para la celebración que permita a los fieles la participación en la misma y la
vuelta a sus casas.
2. Para el lucernario las velas para los fieles pueden colocarse a la entrada de la iglesia,
para evitar repartirlas. El lucernario se hace como de costumbre, pero únicamente con
los ministros y, quizá, con un número muy reducido de fieles, garantizando a éstos un
lugar donde sentarse cuando la procesión haya terminado. El resto de fieles se
mantienen en sus lugares. La procesión se hace manteniendo la distancia de seguridad y
repartiendo la luz con unas velas a partir del cirio pascual, lo que se puede hacer sin
romper la distancia de seguridad.
3. Cuando haya que apagar las velas, sea al final del Lucernario como tras la renovación
de las promesas bautismales, conviene advertir a los fieles que las apaguen
cuidadosamente, manteniendo la normativa sanitaria para evitar contagios.
4. La liturgia de la Palabra puede ser más breve por razón de no estar mucho tiempo
dentro del mismo espacio, normalmente cerrado; pero no debe reducirse a una Liturgia
de la Palabra normal de un domingo, con tres lecturas.
5. Durante la Liturgia bautismal puede hacerse, al menos simbólicamente, el rito de la
aspersión después de la renovación de las promesas bautismales. Evítese el contacto con
el agua por parte de quienes la preparen y del celebrante cuando la bendiga. El sacerdote
antes de la aspersión use el gel hidroalcohólico.
6. Si se celebran los sacramentos de la Iniciación Cristiana de adultos o bautismo de
niños durante la Vigilia Pascual, se procederá con las mismas medidas higiénicas con
las que ya se vienen realizando estos ritos. Evítese que el agua usada para el bautismo
vuelva a caer dentro del mismo recipiente.
Esperamos que estas concreciones a partir de los documentos de la Santa Sede y de
la Conferencia Episcopal Española, sean acogidas en nuestra Diócesis de Málaga para
que esta Semana Santa y, sobre todo, el Triduo Pascual sean un auténtico encuentro con
Cristo que nos consuele, nos renueve y nos convierta en auténticos testigos de la
Resurrección.
Presentamos a nuestra Patrona, Santa María de la Victoria, nuestros deseos de
conversión durante esta cuaresma, nuestros anhelos de ser liberados de la calamitosa
pandemia que nos aflige y le encomendamos nuestras oraciones para que interceda por
todos y cada uno de sus hijos diocesanos de Málaga.


+ Jesús Catalá Ibáñez
Obispo de Málaga

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