El próximo 20 de octubre D.m., será beatificado en Málaga, el P. Tiburcio Arnaiz S.J.
¿QUIÉN ES EL PADRE ARNAIZ?
Creo que la definición más acertada es la que dio el obispo de Málaga, S. Manuel González, durante la oración fúnebre que pronunció ante su cadáver: “El P. Arnaiz fue un persuadido, un enamorado, un loco de Jesús”.
Este Vallisoletano, nacido en 1865, se ordenó como presbítero en su ciudad natal en 1890 y ejerció como párroco durante 12 años. El acontecimiento de la muerte de su madre fue para él un toque profundo de la gracia: “Cuando murió mi madre -contó el mismo P. Arnaiz-, fue tanto lo que sufrí, que me dije: ya no se me vuelve a morir a mi nadie, porque voy a morir yo a todo lo que no sea Dios”.
En 1902 llamó a las puertas del noviciado de la Compañía de Jesús, en Granada. D. Tiburcio iba decidido a todo; se formuló dos propósitos que expresan sus sinceros deseo de entrega a Dios: “No pedir nunca nada y contentarme con lo que me den” y “Nunca me negaré a ningún trabajo, bajo ningún pretexto”.
Terminados los años de formación jesuítica, en 1909 llegó a Murcia, por la ciudad se dejaba oír:“Este Padre es un santo y hace santos”.Allí ya puso en marcha una modesta obra social, para acoger a las chicas de los pueblos que deambulaban por la ciudad buscando colocación. Adquirió una casa y puso al frente una mujer que las atendiese en aquellas circunstancias.
En 1912, llegó a Málaga, e hizo en el secreto de su corazón un pacto con el Corazón de Cristo,le propuso que si le concedía diez años de vida, él los emplearía en “matarse” por su gloria.
Así vivió hasta su muerte los catorce años que el Señor le concedió, completamente olvidado de su persona y volcado en su Cristo y en sus prójimos, que para él todo era Uno.
¿CUAL FUE SU APOSTOLADO?
Es difícil hablar de un apostolado concreto, porque su actividad fue muy fecunda y variada. Además de los cargos que desempeñaba en la residencia de la Compañía de Jesús, visitaba a los enfermos en los hospitales y en sus propias casas, a familias que vivían en situaciones precarias, la cárcel…
Las colas en su confesonario eran proverbiales y, con algunas de sus dirigidas, comenzó en la capital una labor escondida en los entonces llamados “corralones”, alquilando una de las habitaciones para poner escuela, donde aprendiesen los rudimentos de la fe y cultura general.
Dirigió numerosas tandas de Ejercicios Espirituales. Los párrocos lo requerían continuamente para dar misiones populares. Sólo en Málaga recorrió con este ministerio más de sesenta pueblos, y unos cuarenta de las diócesis actuales de Cádiz, Jerez y Sevilla, además de algunos otros pueblos del resto de Andalucía.
¿QUÉ CARACTERÍSTICAS DESTACARÍA DE SU APOSTOLADO Y DE SU ESPIRITUALIDAD?
De su apostolado me gustaría resaltar que no era una ocupación a la que dedicara un tiempo su vida, sino que era su vida. Él no distinguía, vivía en una santa inquietud, sus semejantes eran el Cuerpo Místico de Cristo y vivía en Él y para Él.
Otro aspecto a destacar sería haber sabido contagiar ese entusiasmo misionero a los seglares , a todo el que trababa amistad con él; con lo que logró tener un grupo respetable de hombres y mujeres sin otro compromiso que la voluntad de colaborar en la tarea evangelizadora, lo que llamaríamos ahora un voluntariado comprometido, en algunos hasta heroico.
Y hablar de la espiritualidad del P. Arnaiz… significa hablar de su amor al Corazón de Cristo. Vivirla como la vivió el P. Arnaiz y como la hacía vivir, es vivir en plenitud nuestra consagración bautismal, participar de los mismos sentimientos del Corazón Divino que no se buscó a sí mismo, sino que dio su vida para dar Vida al mundo.
¿CUANDO SE PUEDE DECIR QUE DA COMIENZO LA OBRA DE LAS DOCTRINAS RURALES?
El P. Arnaiz, ya tenía desde hacía varios años un grupo de catequistas trabajando en los famosos corralones de Málaga y en otros apostolados, pero el encuentro con María Isabel González del Valle Sarandeses, supuso un antes y un después entre sus “doctrineras”.
El Señor en su providencia dispuso que esta chica ovetense conociese al P. Arnaiz en Málaga, en enero de 1921. Después de este encuentro, se comenzó a fraguar la idea de algo nuevo que, unos años antes, el mismo Padre había vislumbrado y comentado con una de sus principales colaboradoras: “Mi idea, lo que yo pienso es que sean señoritas las que vayan, por el amor de Dios, a poner escuelas temporalmente en los pueblos y lagares”… María Isabel estuvo dispuesta a comenzar este apostolado, deseando entregarse de por vida, con todo cuanto era y tenía.
Al fallecer el Padre en 1926, la mayoría de sus colaboradoras fueron desapareciendo y María Isabel quedó muy sola, sin embargo, ella, fiel a la inspiración del Señor, continuó con las “Doctrinas Rurales del P. Arnaiz”, que perduran hasta el día de hoy.
¿CUÁL SIGUE SIENDO VUESTRO APOSTOLADO HOY?
¿QUÉ ACTOS SE VAN A PREPARAR DE CARA A LA BEATIFICACIÓN?
Ya desde el curso pasado, estamos dando a conocer la figura del P. Arnaiz los pueblos donde estuvo predicando. Ahora, en la ciudad de Málaga, estamos teniendo un ciclo de conferencias sobre los aspectos más relevantes de su vida y su obra. Pues aunque se ha mantenido viva la devoción y la fama de santidad, sobre todo en Málaga, capital y provincia, como murió en 1926 apenas quedan personas que lo trataran personalmente y se conoce poco su vida y sus virtudes. Y los santos son propuestos por la Iglesia no solamente como intercesores, sino como ejemplos , para lo que tenemos que conocerlos.
También se ha puesto en marcha en la Diócesis una página web para la beatificación: www.padrearnaiz.es, donde pueden encontrar su biografía, espiritualidad, testimonios, recursos para catequesis y clases de religión y los formularios para que puedan inscribirse todos los que quieran asistir a la beatificación. En septiembre, D. m., abriremos una exposición biográfica. Y con los voluntarios que se van inscribiendo para ayudar a la organización se podría tener alguna actividad como preparación.
En fin, que desde el Patronato del P. Arnaiz y desde la Obra misionera fundada por él tenemos muchos proyectos y entusiasmo por que todo lo que se organice sea motivo de un nuevo impulso misionero, y pedimos al Señor que así nos lo conceda.
Hna. Mª Vicenta Vilarroig
www.revistaecclesia.com
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