La mayoría de los que me conocían su respuesta eran <¿Tu estudiando eso con lo escrupuloso que eres?; si te mareas con la sangre; tu no aguantas...>
Después de haber llegado al ecuador de los estudios, puedo dar gracias a Dios Trinidad y a mi orden por la posibilidad que me han dado de estudiar esta profesión.
A mi familia por el apoyo incondicional durante este año y a mis amigos/as que me han estado aguantando por contarles todo lo que iba haciendo en clase...jajaj
Me he ido dando cuenta con el paso del curso, que es una VOCACIÓN. He sido feliz aprendiendo cada día más para poder estar al servicio de los más necesitados desde la humildad y la igualdad de ser Hijo de Dios.
Que ser "limpia culo" es más que un título.
Es tener entre tus manos la vida de una persona que necesita de mi ayuda y que tiene una dignidad...
Que cuando me toque estar sirviendo en un hospital, residencia o donde me toque, tengo que ser conscientes de que estoy tratando a PERSONAS.
Que no son ni número ni pacientes, ni usuarios... Son enfermos que necesitan ser cuidados lo mejor posible y con la mayor delicadeza posibles Hay que tratarles como se merecen.
Y esto no habría sido posible sin contar con mis compañeros y compañeras de clase. Si. Ellos y ellas (que si no me equivoco hemos sido 30 personas) donde a pesar de nuestras diferencias, momentos buenos y malos, hemos sabido caminar juntos hacia una meta y con un ideal: formarnos lo mejor posible para dar lo mejor de nosotros mismos a esas personas que nos tocará cuidar y servir.
A todos y a todos. Sin excluir a ninguno ni a ninguna: GRACIAS A TODOS. Y nos vemos el curso que viene si Dios quiere.
Gracias a las Hermanas Amor de Dios, por transmitirnos a que el esfuerzo tiene su recompensa siempre y cuando sea desde la humildad y la sencillez de Hijo de Dios.
Gracias también a los profesores por inculcarnos el amor a esta vocación y la ayuda incondicional en el día a día.
Un abrazo de un limpia culo, que hace camas, y cambia pañales con orgullo
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