Benedicto XVI nos recuerda que el Reino de Dios es Jesús mismo. Y nuestra alma «es el lugar esencial donde se encuentra el Reino de Dios». ¡Dios quiere vivir y crecer en nuestro interior! Busquemos la sabiduría de Dios y obedezcamos sus insinuaciones interiores; si lo hacemos, entonces nuestra vida adquirirá una fuerza e intensidad difíciles de imaginar.
Que la Virgen nuestra madre nos ayude a regar cada día nuestra semilla de fe para que pueda dar frutos buenos.
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