El Beato Pío IX, en el año 1856, extendió su fiesta por todo el orbe. León XIII consagró el mundo al Corazón de Jesús en 1899.
Jesús pidió a Santa Margarita María la comunión de los primeros viernes del mes y la hora santa:
“Este es el corazón que tanto ha amado a los hombres, que no escatimó nada, hasta agotarse y consumirse para testimoniarle su amor. Y como agradecimiento no recibo, de la mayoría, sino ingratitudes por sus irreverencias y sus sacrilegios y por las frialdades que tienen por mí en este sacramento de amor (…)."
"Te pido que el primer viernes después de la octava del Santísimo Sacramento sea dedicada a una fiesta particular para honrar mi Corazón, comulgando ese día haciendo reparación de honor por medio de una ofrenda honorable, para reparar las indignidades que recibió durante el tiempo que ha sido expuesto en los altares."
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