¿Quién te enseñó a distinguir entre el bien y el mal?
¿En quienes descubriste el don de la fe y el valor de la entrega?
¡En la familia, Señor!
¿No aprendiste todo ello en tu familia nazarena?
Hoy, en el colmado corazón de la Navidad,
nuestros ojos contemplan, el “tres en uno”,
Sí, Señor, tres personas unidas por un mismo amor
Tres personas teñidas con el color de la pobreza
Tres personas agasajadas por los que no tienen riqueza alguna
Tres personas que, bajo el umbral del portal,
siguen siendo referencia y ejemplo de santidad y de fe.
Naciste, Señor, y lo hiciste en una familia;
pobre, pero amorosa y rendida a tu causa
Sencilla, pero repleta de lo más importante: DIOS
Temerosa, pero valiente en sus decisiones y riesgos
Indiferente para muchos, pero única ante los ojos del Señor
¡EN FAMILIA, SEÑOR! ¡QUISISTE NACER EN UNA FAMILIA!
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