Pueda yo ser como Tú, sensible y misericordioso, paciente , manso y humilde, sincero y veraz. Tus predilectos, los pobres sean mis predilectos, tus objetivos mis objetivos.
La tranquilidad mental es un estado en el que el hombre deja de adherirse a esa imagen ilusoria. La liberación consiste en vaciarse de si mismo.
Vivir es sumergirse en la gran corriente de la vida, participar de alguna manera del pulso del mundo, sentir reverencia y gratitud por todas las criaturas.
Los que siempre se mueven en la superficie jamás sospecharán los prodigios que se esconden en las raíces.
El Señor será el vencedor de la soledad y el liberador de las angustias en la medida que sea el Dios viviente
en el fondo de la interioridad.
Sobre las cenizas muertas de mi voluntad enciende Tú la llama viva de la redención.
Todos los caminos son buenos si conducen a la morada donde habita un alma necesitada.
Salgo a la calle y tu me acompañas, me enfrasco en el trabajo y quedas a mi lado, en la agonía y más allá me dices: aquí estoy contigo voy...
A tanta profundidad, tanta altura, a tanta humildad tanto amor, y a tanto desprendimiento, tanto servicio...
Los que experimentan vivamente que Dios es "mi Padre" experimentarán también que el prójimo que está a mi lado es mi hermano.
Si alguno de vosotros quiere ser grande , hágase como el que está a los pies de los demás, para lavarles los pies y servirlos en la mesa.
El apostolado sin silencio ,es alienación el silencio, sin apostolado , es comodidad.
Creer es confiar. Creer es permitir. Creer, sobre todo es adherirse, entregarse.
En una palabra, creer es amar
La justicia ha sido trascendida por la misericordia.
Solo quien muere bajo la nieve verá el estallido de la primavera.
Hablar con Dios no significa intercambiar palabras sino interioridades.
El obstáculo más temible en el camino de la Fe , es El silencio de Dios.
La sed de Dios nunca nos deja en paz aunque siempre nos deja la paz.
Jesús, en Nazaret, hizo del silencio su música y del anonimato su domicilio.
El Padre nos espera en su casa con una mesa adornada con flores de manzano, y nos reconocerá, nos dará la mano, nos hará sentar a la mesa, y comenzará la fiesta, una fiesta que no tendrá fin. Por fin vamos a saber dónde está el secreto de la perfecta alegría.
Felices los que, en medio de la oscuridad de una noche, creyeron en el resplandor de la luz.
Maria , envuélvenos en el manto de tu silencio, y comunícanos la fortaleza de tu Fe, la altura de tu esperanza y la profundidad de tu Amor.
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