Trinitaria Familia de amigos
que de Cristo seguisteis la voz:
de su amor os hicisteis testigos,
mensajeros del Reino de Dios.
Evangelio encarnado en la vida,
profecía de un gozo sin fin;
vuestra luz para siempre encendida
ilumina de uno a otro confín.
Nuestra tierra en vosotros florece
con la gracia que Cristo nos dio;
nuestro barro de amor se estremece
y del cielo la cumbre alcanzó.
La victoria ya está conseguida
pues triunfasteis con Cristo el Señor;
sembradores de amor en la vida,
cosecháis de la vida el amor.
Vuestra senda luz nos invita;
con vosotros queremos lograr
la corona que no se marchita
y la vida con Dios en su hogar.
Gloria al Padre, el origen, la fuente:
gloria al Hijo que nace de Él;
gloria igual al Espíritu ardiente,
de los santos divino troque. Amén.